—¿¡A dónde demonios vas?!
Mi exigencia se perdió entre las masas de aire mientras contemplaba la ancha espalda de FP marcharse incluso antes de que tuviera oportunidad de abrir la boca. Tras la asignación del Bulldogs las cosas habían parecido ralentizarse, convirtiendo las conversaciones en triviales y desviando mi atención al rostro desfigurado por la vergüenza de Jones.
Algo había pasado, sin lugar a dudas.
Y podríamos culpar a la curiosidad nata de una buena periodista o a un interés por los turbios asuntos que podrían acabar con el serpiente. El caso es que, no pude evitarlo y necesitaba saciar las miles de preguntas que me revoloteaban en la mente.
Me mordí los labios con rabia antes de caminar tras el muchacho.
—Si crees que por darme la espalda, ¡literalmente! Vas a librarte, estás muy equivocado. Así que puedes pararte a hablar... —aspiré aire debido a la dificultad de plasmar mi indignación en las palabras y mantener el ritmo— o puedo seguirte hasta que te canses de huir de mis problemas.
El chico se detuvo a regañadientes y me encaró.
Capté la incomodidad y la exasperación que relució en sus rutilantes ojos oscuros. Estos se posaron en mí con ferocidad como si mi sola presencia le perturbase.
—¿No deberías estar con tu novio?¿O quizás está ocupado con la otra animadora la pelirroja? —gruñó con evidente molestia.
Presioné los labios, componiendo una mueca sarcástica. Sabía que pretendía hacerme daño con eso, disuadirme para que dejase de presionar y pudiese seguir rumiando en silencio sus propios problemas. Era algo que solía hacer a menudo.
—No sé —me crucé de brazos, desafiante. El corazón me latía con brusquedad contra las sienes— y ahora mismo no me importa. Tu actitud sí que me preocupa, así que seré clara y concisa: ¿qué te ocurre? Es por... por... —suspiré, frustrada. No debía dudar en aquel punto— el beso.
La referencia a esto último pareció desestabilizarlo. Infló las aletas de la nariz y dejó caer los brazos contra el tronco. Su mirada se volví menos dura, severa para suavizarse y adquirir ese brillo alterno tan habitual en él. La luz del atardecer se reflejaba en su perfil, aclarando su cabello castaño oscuro dándole reflejos dorados.
—No —admitió con cansancio— No es por eso. Son problemas de... serpientes...
—¿Y ahora es cuándo haces tu brillante comentario de son problemas de serpientes, pensaba que ya no te incumbían? No me canso de escucharlo, cada vez adquiere más matices —repliqué con tozudez— Así que te ahorraré ese malgasto de saliva. Si son tus problemas, me incuben.
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Piel de serpiente
FanfictionLas serpientes no cambian, solo mudan la piel que las recubre. -¿Cuál es tu problema? -Tú, tú eres mi problema, Alice. ---------------------------- Fanfic basado en la serie de la CW Riverdale.