Era una orden tajante, desafiante, teñida de prepotencia y seguridad propia de un pobre fanfarrón. Incluso acompañó sus palabras con un gesto decidido y feroz, como si la combinación pudiese lograr que acatase sus demandas con insulsa facilidad.
Así que no lo resistí.
Una potente carcajada hizo vibrar mis cuerdas vocales, volcándose en el aire.
—Buen intento —admití con diversión— vas mejorando en tus dotes persuasoras, Lodge.
El latino hundió el ceño, entre desconcertado y enfurecido por mi reacción. No obstante, pareció reformular sus pensamientos, ya que relajó la expresión y se apoyó con gracilidad contra el volante. Sus ojos oscuros, calculadores, me escrutaron unos instantes. Le mantuve la mirada, aún sonriendo con burla, sobretodo teniendo en cuenta que su impoluto aspecto y atractivo había quedado menguado debido al ojo amoratado que exhibía y el espantoso derrame de su tabique nasal.
—Supongo que no funcionan contigo aún así —pronunció con suma cautela— sólo pretendo mantener una conversación civilizada. Lamentablemente el otro día tu amigo nos interrumpió de manera muy desconsiderada.
—Bonito eufemismo —musité elevando las cejas, irónica— aunque admito que me habría gustado ser yo quien borrase esa sonrisa prepotente. Dudo mucho que entiendas el término civilizado, de hecho, tu especialidad es extorsionar.
Los dedos anillados del moreno se deslizaron con lentitud por el cuero del volante. La luz de la tarde hacía resplandecer el imponente reloj que llevaba ajustado a la muñeca y vestía un ajustado polo granate que resaltaba con su tono de piel. Denotaba una arrogancia bien curtida, intrínseca y... repugnante.
—Tienes un bajo concepto de mí, Clark. Lamento haberte dado semejante impresión, pero insisto, me encartaría hablar contigo.
Debería haberme largado. Dejar a ese idiota pijo y subido y regresar con cualquier minucia, no se merecía gastar ni un solo segundo de mi tiempo entablando conversaciones con semejante calaña. No obstante siempre había pecado de curiosa y he de admitir que aquella situación lograba intrigarme de alguna manera.
—Habla —ladré.
Echó un vistazo a su alrededor y pude apreciar la manera en la que su mirada se detuvo con especial ironía en la pesada chaqueta que vestía. Un brillo alterno relució en si mirada antes de que volviese a enfocarse de pleno en mí.
—No aquí. Sube, te llevaré al trabajo.
—No me fío de ti —alcé los hombros con fingida inocencia— por lo que no pienso montarme en este ridículo coche.
Negó con la cabeza, cansado ante mi férrea negativa. Estaba intrigada, pero tampoco era una descerebrada. Había algo que no terminaba de encajar en todo aquello y flaquear un instante podría ser mi perdición. No podía ni debía pasar por alto las notas que aparecían cada vez con mayor frecuencia en mi taquilla.
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Piel de serpiente
Fiksi PenggemarLas serpientes no cambian, solo mudan la piel que las recubre. -¿Cuál es tu problema? -Tú, tú eres mi problema, Alice. ---------------------------- Fanfic basado en la serie de la CW Riverdale.