Inhalé una profunda calada del cigarro que se consumía entre mis dedos con aquel incómodo cúmulo de emociones apostado en la boca del estómago.
El resentimiento, el asco, la impotencia y el sordo sentimiento de ser un cabrón imperdonable me atormentaba hasta extremos delirantes tras situaciones similares.
Detestaba los métodos, pero debía mantenerme firme en mi busca de fines. Por muy denigrante que estos pudiesen resultar había demasiado puesto en juego.
—Pareces pensativo —ronroneó con voz melosa Penny al tiempo que se estiraba cuan larga era.
Se movió con agilidad hasta encaramarse a mí de nuevo. El cabello rubio, casi blanquecino le caía desordenado sobre la espalda y sus cejas se enarcaron con diversión tras el espeso flequillo que llevaba. Una sonrisa maliciosa curvó sus labios mientras recorría mi torso con sus largas uñas.
—¿Nervioso por la carrera de mañana? —insistió y me arrebató el tabaco para llevarselo a los labios.
Se enderezó mientras el humo abandonaba su boca entreabierta aún delineada en una mueca perversa, de tal manera que sus pechos expuestos quedaron frente a mis ojos. Continuaba desnuda por completo y parecía especialmente cómoda en dicha circunstancia, aprovechando cualquier mínimo movimiento para que su piel se fundiese con la mía.
Gruñí, molesto.
—Ya sabes cual es nuestro trato, Penny —murmuré con voz severa, sin un ápice de diversión o transigencia— Así que déjate de comentarios superfluos.
Hizo un puchero con los labios antes de sentarse con mayor comodidad sobre mi abdomen.
—Eres un aguafiestas —protestó— pero... te lo perdonaré por lo maravillo que eres en la cama, Jones. Es una pena que nuestra aventura acabe esta noche... a no ser...
—Al grano.
Elevó las manos en son de paz.
—Tranquilo, fiera. Te diré todo lo que necesitas saber antes de meterte en las fauces del lobo, principito —se mordió el labio inferior— así que te aconsejo relajarte y disfrutar, mañana, sin duda, va a ser un día duro. No en vano... te juegas el sur con desventaja.
—No estoy de humor para juegos —me incorporé de tal manera que la chica cayó hacia un lado del colchón— dime la información y lárgate.
A regañadientes la serpiente terminó escupiendo todo aquello que su pequeño pero eficaz grupo de espías había logrado reunir acerca de los preparativos de la carrera. Si alguno de esos infelices pensaba tendernos una trampa no nos pillaría por sorpresa.
Cuando la puerta de la caravana se cerró con brusquedad me lancé de espaldas contra el colchón, hundiendo el rostro entre las manos. Me sentía sucio y estúpido pero la sola idea de poder perder era impensable.
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Piel de serpiente
FanfictionLas serpientes no cambian, solo mudan la piel que las recubre. -¿Cuál es tu problema? -Tú, tú eres mi problema, Alice. ---------------------------- Fanfic basado en la serie de la CW Riverdale.