Han pasado 2 años desde que Hermione Granger desapareció de la vida de todos sin decir a donde iría. Cumplió lo que le prometió a Severus el último día que lo vio, que se iría y no volvería a saber de ella.
Ahora Granger trabaja en New York en el...
—¿Es nuestro hijo? - fue lo único que quiso saber.
Ella asintió solo con la cabeza, al verlo sin vida y sin esa chispa en sus ojos. Por un instante tan diminuto se esfumó en la nada. Iba a hablar, pero él solo la calló hablando por ella.
—¡Demasiado Tarde! Fueron 2 años, y no solo tu sufriste. Después hablaremos, necesito asimilar todo esto. ¡No fue buena idea Draco! - dijo pasando a lado de Hermione, desviando la mirada.
No podía creerlo ese pequeño niño por quien había ido horas antes era el fruto de ese amor que se tuvieron años atrás. Quería pedirle una explicación lógica a Granger del ¿Por qué no le dijo? ¿Por qué alejarlo de lo único bueno que hizo? No pudo ni siquiera mirarla, sabía que era mejor asimilar todo eso y después pedir explicaciones.
1 Hr antes....
—¡No, y No! He dicho que no iré por tu ahijado que ni conozco, con la extraña de la Srta.Lovegood. Además, no entiendo porque deseas que ese niño esté presente aquí cuando hablemos con Hermione - decía enojado Snape.
Iban caminando sobre el parque cercano al lago, mientras sus manos iban en sus bolsillos y la actitud necia de Draco comenzaba a ser irritante para él. Lo único que deseaba era hablar con ella, después de todo hace 2 años no había tenido ni una sola noticia de su paradero y ahora de la noche a la mañana la vida le brindaba una oportunidad de verla.
— ¡Padrino! Ya te he explicado que primero debemos hablar con ella Scamander, y yo. No quiero que me lo tomes a mal pero no creo que sea una gran idea que tu aparezcas, así como si nada después de tanto tiempo - (suspiro) — Se cuanto deseas hablar con Hermione, sin embargo, han pasado tantas cosas en estos años que creo que deben estar preparados mutuamente. Y en cuanto a lo de mi ahijado, es importante que este aquí por que cuando lo veas descubrirás – (comenzó a avanzar sin él) - ¡Suerte! – y desapareció.
Severus resopló enojado, yéndose de ahí a la dirección donde le dijo Draco. Camino hacia el edificio, y tocó a la puerta, siendo atendido en seguida por una chica rubia peculiar que se asomó por la puerta, con unos folletos en mano, alzando sus gafas. Se quedo helada como si viera un muerto, al ver a Severus Snape parado en su puerta.
—¡Profesor! ¿Qué...hace usted aquí? – preguntó, un poco asustada.
—¡Vine por el ahijado de Draco! Me dijo que usted lo había llamado porque tendría que salir, y como está ocupado me pidió recoger a ¿Liam? – dijo, con rareza el ver su nombre anotado en un papel.
— ¡Claro! Liam ¿Verdad? – contestó aún más nerviosa.
Snape se estaba cansando por la actitud de la chica, entonces solo asintió a lo evidente. Luna le pidió 2 minutos en lo que iba por el niño, quedándose afuera con la puerta cerrada en sus narices por si fuera poco la gran mala educación de esa niña. Tuvo que esperar más del tiempo que la bruja le dijo, recargándose en la pared de brazos cruzados mientras esperaba.
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