IX .En casa de Melissa

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Damian estaba tan entusiasmado con lo de mi cuento y el concurso que me pidió permiso de contarle a Melissa, en primera instancia lo dudé pero la niña es de confianza y la mejor amiga de Damian por lo que eventualmente acepté que le contara.

-pero que nadie más los escuche ¿ok? Y que ella se comprometa a guardar el secreto.

-¿por qué?

-porque a veces la suerte se va si todos se enteran joven padawan, podría no ganar si es que mucha gente lo sabe, ya sabes que hay gente mala onda que te desea cosas malas.

-sí, ya sé, está bien Jonathan le diré que sea nuestro secreto.

-sale y vale- si había alguien que sabía guardar secretos era Damian y esperaba que Melissa fuera igual.

Días después de eso cuando fui a recoger a Damian de la escuela Melissa se me acercó, a ella también la saludaba chocando los cinco y revolviendo su cabello, rizado y negro, recuerdo que Damian me contó una vez que ella suele llamar a su cabello "maraña" y eso siempre lo mataba de risa.

-hola Jonathan, oye felicidades por ya sabes qué, te deseo lo mejor y mucha suerte.

-gracias pequeña amiga, es muy dulce de tu parte.

A partir de ahí todos los días revisaba mi correo electrónico para ver si había una novedad pero no, a pesar de que sabía que el resultado del concurso se daría hasta noviembre no podía evitar pensar que algo me llegaría en uno de esos días en el momento menos esperado. Cuando comenzaba a creer que no ocurriría nada hasta noviembre, me llegó otro mensaje de la editorial, lo abrí y era un certificado de participante, no significaba que estaba fuera del concurso pero si me acreditaba como uno de los concursantes, quizá no era tan especial, seguramente a todos los que participaron les dieron uno igual, pero a Damian le dio mucho gusto por mí.

-está increíble Jonathan, te felicito- se abrazó de mí y como yo hacía con él revolvió mi cabello con su mano.

Mandamos a imprimir el certificado, a Damian se le ocurrió la idea de enmarcarlo y ponerlo en mi estudio como mi primer reconocimiento como escritor, pero en ese momento no teníamos dinero para ese gasto.

-ya sé, tengo una idea, ahora vuelvo- Damian se fue al cuarto, de entre sus cosas sacó los cien pesos que el director Esteban le dio a cambio de la pintura que él y Melissa hicieron, con su manita los extendió hacia mi sonriendo tiernamente.

-ay no Robin cómo crees, es tu dinero, lo ganaste por tu pintura.

-insisto, tómalo como un regalo y como agradecimiento por todo lo que has hecho por mi desde siempre ¿vale?

Si, sin duda alguna Damian es el niño con el corazón más grande del mundo y con una humildad y nobleza incomparable.

-gracias padawan, eres el mejor- lo abrecé y lo llené de besos por toda su carita, eso siempre le daba risa por alguna razón.

Enmarqué mi certificado y lo colgué en mi estudio, ahí tenía todas mis cosas, mis libros, fotos de mamá, de mis abuelos y muchas que me había tomado con Damian a lo largo de estos tres años, me sorprendía cuanto había crecido desde que lo encontré en aquel callejón.

***

En la escuela todo seguía normal e incluso un poco mejor, Damian estaba subiendo sus calificaciones de matemáticas gracias a Melissa, es una niña muy inteligente eso había que reconocerlo. Iván y tanque ya no se les acercaban para nada, aun así de vez en cuando les lanzaban miradas y se reían a sus espaldas pero ellos los ignoraban, eran más los momentos felices que los amargos para ellos dos dentro del colegio siempre y cuando estuvieran juntos.

El día que encontré a DamianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora