VI. Los García

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Me parecía muy irónico que apareciera otro paralelismo con la historia de Auggie, tras su primer día su frustración por como los demás niños lo veían y decían cosas de él lo hicieron llorar hasta que su madre lo consoló en su cuarto, mi Damian siempre trataba de ocultar cuando tenía ganas de llorar pero no podía evitarlo y no lo juzgo por eso, los chicos también necesitamos desahogarnos de vez en cuando, pero después de que curé sus heridas se tranquilizó y nos pusimos a ver la tele un rato y a terminar de comer; se le notaba un gran alivio a Damian en su carita al tener dos días completos de descanso de esos niños.

En la noche cuando Damian se quedó dormido le escribí un email al director Esteban explicándole la situación, no le dije los nombres de los niños que estaban molestando a Damian porque ni yo los sabía, eso fue lo único que Damian no me dijo pero el director Esteban me prometió vigilarlo más de cerca a la hora de recreo y decirle a miss Cindy y a los demás maestros que le daban clase a Damian que pusieran más atención a lo que sus alumnos hacían y claro que nadie se enterara de que habló conmigo, todo debía parecer muy natural.

La actitud de Damian cambió mucho el fin de semana, de nuevo estaba feliz, se reía y jugaba como antes, hasta me pidió ayuda en algo que jamás pensé que ocurriría; me pidió que le ayudara a destruir su máscara blanca de cartón y no sólo romperla, con cuidado la pusimos en el fuego de la estufa y esta se volvió cenizas; me dio la razón cuando le dije que eso era parte de su pasado, algo que tenía que olvidar si quería ser una nueva persona.

Damian estaba tan ilusionado con su tarea de leer de nuevo puente hacia terabithia que la hizo ese mismo fin de semana, leyó el libro completo en tan sólo cuestión de horas e hizo su reporte en la computadora y como terminó temprano fuimos un rato al parque y por helado; el fin de semana acabó, Damian tenía que regresar a la escuela y yo al trabajo, los dos nos sentíamos tristes por eso pero le dije que pasaría por él a la salida sin falta.

-que la fuerza te acompañe Padawan.

-que la fuerza lo acompañe maestro- dijo Damian esta vez sonriendo y moviendo su mano para despedirse.

***

Ese lunes el recreo para Damian fue un poco más tranquilo y llevadero, se sentó a almorzar de nuevo en la jardinera y cuando Iván y sus amigos llegaron para molestarlo como siempre, el director Esteban pasó casualmente junto a ellos.

-buenos días muchachos- dijo el director a los cinco.

-buenos días señor director- respondieron todos incluyendo a Damian.

Iván y sus acompañantes disimularon como si estuvieran sólo platicando con Damian sin hacer nada malo.

-terminé temprano en mi oficina y decidí dar una caminata en el patio y ver el desempeño de mis alumnos durante el recreo; estaré por aquí si me necesitan.

-sí señor director, no hay problema- dijo Iván tratando de sonar lo más inocente posible y haciendo un gesto con la cabeza para que él y sus amigos se marcharan pronto.

El director Esteban no se quedó a charlar con Damian previniendo que Iván podría verlo, solo le hizo un ademán con la mano para saludarlo. Como él no podía darse el lujo de dejar su oficina cada recreo para pasearse en el patio le pidió a sus compañeros maestros de más confianza que hicieran lo mismo; ya no era un secreto la presencia de Damian en la escuela, era difícil no fijarse en él, hasta ese momento sólo Iván y sus amigos lo molestaban, algunos niños simplemente lo ignoraban y otros lo saludaban amablemente pero todavía no tenía amigos, ni siquiera hablaba con nadie, los que lo saludaban era más por amabilidad o compromiso que por querer hacer amistad con él.

El día que encontré a DamianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora