VII. La mascota de la primaria No.11

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La familia de Melissa nos invitó a Damian y a mí un rato a su casa para festejar el logro de los chicos, nos paramos en el supermercado para comprar un pastel de chocolate, cuando llegamos a su departamento comimos una rebanada de pastel, bueno quizá Damian comió un par más; los chicos se quedaron un rato viendo televisión y Karen, el padre de Melissa y yo estuvimos conversando un rato y bebiendo café. La exposición de arte fue todo un éxito y estábamos orgullosos de que el dibujo de los chicos haya recibido un diez de calificación, pero yo si estaba un poquito molesto por lo que ese tal Iván presentó como proyecto; claro que todos escuchamos su explicación, incluso Damian, fue por eso que decidimos irnos pronto después de entregarle la pintura al director Esteban.

-no les hagas caso, Damian es un niño encantador y muy lindo y tú lo sabes bien, no dejes que eso los afecte- me dijo Karen poniéndome su mano en el hombro.

Agradecí sus palabras, tenía razón, Damian no podía verme molesto por las tonterías de ese niño si no eso también lo afectaría a él. Karen me pasó a mi WhatsApp las fotos de los chicos y nos agregamos mutuamente para cualquier cosa que se ofreciera, Damian y yo nos fuimos de casa de Melissa como por eso de las 8:00 p.m. él quería quedarse un rato más pero al día siguiente había escuela y yo tenía que trabajar; nos despedimos de la familia de Melissa y nos fuimos a casa, me cayeron bien, son muy agradables.

Cuando llegamos Damian no paró de preguntarme que me había parecido todo, la exposición, el dibujo, la familia de Melissa.

-todo estuvo bien padre mi joven Padawan te felicito- revolví su cabello con mi mano y le di un beso en la frente.

-¿te agradó Karen? Es una muchacha muy amable ¿no crees?- me dio un pequeño codazo en las costillas y me guiñó un ojo, supe a qué se refería pero no quise darle alas, efectivamente Karen me cayó muy bien y me pareció una chica muy linda y agradable pero sólo eso.

-ella y su familia son muy simpáticos Robin, tu amiguita Melissa también es adorable- hice lo mismo, le di un codazo leve y le guiño el ojo, nos estábamos molestando amistosamente con el asunto de las chicas y eso nos hizo reir muchísimo.

No quise hablar del tema de Iván y su maqueta, Damian estaba muy contento por su gran logro, no iba a echarle a perder el momento; el pastel que comimos en casa de los García nos había dejado satisfechos a ambos, sólo le dije a Damian que se metiera a bañar, acomodé sus cosas para el día siguiente y nos quedamos un rato viendo la tele hasta que nos venció el sueño.

***

El viernes por la tarde, dos días después de la exposición de arte Iván había invitado a sus amigos a su casa para jugar videojuegos y comer, pero a decir verdad él no estaba muy contento, seguía enfadado por lo que pasó en la exposición y todavía se sentía humillado por culpa de Damian, el tanque se llevó su maqueta a casa y la acomodó en su cuarto, sabía que eventualmente la maqueta se iría deteriorando hasta que tuviera que tirarla a la basura; a él no le molestaba tanto lo ocurrido, si sacó un siete eso le bastaba para sentirse aprobado en la materia.

Los chicos estaban en el cuarto de Iván jugando con su PlayStation 4, si bien no podemos decir que Iván era millonario ni rico se le puede catalogar como clase media alta; su padre era un abogado muy contratado por empresarios y gente importante además de que había ejercido como fiscal pero era un hombre corrupto y tenía el ideal de "el que no tranza no avanza" era capaz de hacer lo que fuera con tal de ganar sus casos y hasta ahora no le había fallado; y su madre era una trabajadora social en un hospital del seguro pero ganaba lo suficientemente bien; a diferencia de los otros niños Iván vivía en una casa grande en una zona bastante bien acomodada de la ciudad, ese era el motivo por el que se siente superior a todos y sus amigos más que eso parecen sus seguidores por conveniencia.

El día que encontré a DamianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora