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Lay frunció el ceño, mirando el papel con las reglas de SeHun. El rubio era sexy y pasional pero conviviendo con él por la mayor parte del día y noche, empezó a notar cosas que lo hacían muy diferente al resto.

Si bien SeHun destacaba por su atractivo, su poderoso porte y su actitud dominante y llena de confianza, una vez fuera de la atención de los demás, era uno diferente. Lay empezó a creer que el SeHun con el que vivía, era el verdadero.

La frialdad de sus ojos era algo con lo que no podía lidiar y estaba agradecido de que no la dirigiera a él, porque cuando era demasiado oscura, SeHun se quitaba la camisa y se encerraba en el gimnasio. Aunque no pasara diario, seguía intrigándole.


*No toques mis cosas.

*La casa siempre debe estar limpia. (Aun si solo tomas té, lavaras tu parte. Se hace limpieza y revisión cada viernes y domingo)

*No entres a mi gimnasio si estoy golpeando el saco.

*No te acerques cuando me quite la camisa y entre al gimnasio.

*No pelees conmigo en público.

*No tendremos hijos.

*No me engañes.

*No toques mis cosas.


Claro que repitió la primer regla a propósito. SeHun era un maniático del control, eso era obvio y parecía tener TOC. Tenía todas las cosas de su casa ordenadas, TODAS y se había asegurado de que Lay aprendiera el orden desde el primer día en que lo llevo, molestándose enserio si algo estaba fuera de lugar.

Entendía que Lee Seung era otro maniático del orden pero a una escala diferente de SeHun y aunque no debía, estaba curioso de sus motivos.

SeHun no estableció no hablar de su pasado así que podía preguntar, eso sí le contestaba.

Además, SeHun parecía tener pesadillas al igual que él y lo sabía porque después de despertar de las suyas o merodear por los pasillos en sus noches de insomnio, a veces lo escuchaba quejarse y golpear la pared.

SeHun era sonámbulo también.

La primera vez que lo vio, se asustó; estaba caminando en la sala a oscuras cuando giro y observo la alta figura de SeHun al inicio de las escaleras.

— ¡Me asustaste! — reclamo envuelto en una delgada manta. SeHun no le respondió ni le reclamo nada, simplemente lo paso de largo y camino hasta la puerta, recargando su frente. — ¿SeHun? ¿Vas a salir tan tarde?

De nuevo no le contesto, empezando a murmurar.

Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento, lo siento. —susurro con la voz rota, empezando a golpearse la frente contra la puerta.

Cuando los golpes fueron más fuertes, Lay lo tomo de los hombros con suavidad, conociendo que no se debía ser brusco con un sonámbulo. —Hey, Hun, está bien... ven.

Lo siento, lo siento, lo siento...—cuando lo giro, SeHun estaba llorando mientras lo dejaba estrecharlo en sus brazos. Fue más que impactante ver a un hombre tan intimidante y fuerte como SeHun llorar.

Está bien, tranquilo.

—Lo siento, BaekHyun...—susurro, llorando contra su hombro.

Acepto *[SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora