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SeHun tiene recuerdos hermosos con su hermano, los suficientes como para ayudarlo a sobrellevar la vida en casa.

MinSeok era su orgullo, su modelo a seguir y en quien se inspiraba. Su hermano siempre le mostro su lado genial, el trabajador, el animado y el más paternal aun cuando era su hermano.

Durante años, SeHun creció creyendo que su hermano era más fuerte que los héroes de los comic, esos que leían a escondidas pues sus padres los odiaban, pero la verdad es que cuando empezó a ser más consciente de la realidad y su mundo, admiro más a su hermano y a la vez le dolió.

El hijo mayor vivía en una presión sofocante que él no conoció hasta perderlo, MinSeok trabajaba y estudiaba cada vez más conforme pasaron los años y dejo de pasar tiempo con él, que empezaba a seguir los pasos de su hermano. Un pequeño SeHun no entendía porque sus padres se alteraban tanto por sus calificaciones, sus relaciones sociales y logros de cualquier cosa; odiaba que cuestionaran las amistades que con mucho trabajo lograba hacer para que las despreciaran y le obligaran a hablarle a niños y niñas de sus amigos, a los que no podía aguantar.

Ni siquiera pudo aprender los juegos típicos de niños, él aprendió inglés y a leer complicados libros de administración que no debía.

MinSeok le mostro sus lágrimas una sola vez, en una noche donde cometió un error por estar tan estresado y donde su padre lo lleno de insultos y uno que otro golpe. Su hermano estaba muy cansado y le confesó sentirme mucho menos que nada, hundiéndose en el barro y estando seguro de que un día, no querría salir. SeHun no sabía cómo ayudarlo, parecía tan desesperado y herido que solo pudo enredarse a su pecho como si fuera a desaparecer.

MinSeok no volvió a llorar delante de él pero tampoco pudo volver a dormir como se esperaba de alguien joven, tampoco fue el mismo, incluso cuando le confesó haber ido con un médico a escondidas.

Su hermano decayó día con día, adelgazando, engordando, temblando, encerrándose por horas y dejando de sonreír. Un SeHun abriéndose paso a la adultez, con 17 años, fue testigo de una muy fuerte pelea entre sus padres a causa de algo que lo sorprendió mucho: el mismo.

MinSeok quería llevárselo a vivir con él, lejos de ellos y trabajando para otra empresa. La idea lo lleno de gozo e ilusión, pues no quería seguir tratando con sus padres ni ver a su hermano tan destrozado por su culpa; desde sus 10 años pudo entender que su hermano mayor tenía depresión, ansiedad y fobia social por ellos.

Las cosas no fueron nada bien y todo termino en una pelea que él no pudo evitar, pues su padre lo aparto de su hermano cuando lo lleno de todos los comentarios más hirientes posibles, no pudo protegerlo de los gritos y reclamos de su madre antes de que se volviera oscuro.

Cuando SeHun abrió los ojos de nuevo y corrió a buscar a su hermano, lo encontró en su refugio, donde había encontrado un aliento.

MinSeok, su héroe y su más adorada persona, se hundió. Y él no pudo alcanzarlo.



Todo de él cambio tras ese día: la culpa por causar la pelea lo encerró, la impotencia de no haberlo podido ayudar alimento el odio hacia sus padres y lo hizo empezar a responderles sus gritos, sus desplantes y le dio paso a su ira. SeHun se encargó de llamarlos asesinos cada día en algún sentido, porque buscaba que sintieran dolor y culpa, importándolo poco la manera. Quería que sufrieran.

Acepto *[SeXing]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora