-Lo siento- fue lo único que salió de mis labios justo cuando Lexa me miró desde el centro de mi despacho.
Acababa de cerrar la puerta y necesité apoyarme contra ella porque de pronto me temblaban las piernas, hacía solo unos días que había asaltado a Lexa en los baños del bar, y ya no había excusa posible, no había alcohol de por medio, solo deseo, rabia que se transformó en desenfreno. Al llegar a casa tuve una pequeña discusión con Raven, que no llegó a mayores, puesto que se acabó disculpando y su justificación era buena: desde hacía semanas estaba ida, no paraba de pensar en Lexa, así no lo dijese en voz alta, ella lo sabía, así que se disculpó, solo lo hizo porque pensaba que era lo mejor, que Lexa y yo teníamos que juntarnos, como amigas claro, sin sexo de por medio, eso no era parte de su plan.
Finalmente, olvidando lo ocurrido, o tratando al menos de hacerlo, le pedí que no volviese a intervenir, había cosas que ella no sabía y yo no estaba preparada para soltar de mi conciencia, el pasado estaba bien donde estaba, no era necesario revolverlo siempre y cuando las lecciones aprendidas de los errores las mantuviésemos presentes, y así era.
Había comenzado la semana con un desánimo total, decirle adiós a Lexa esta vez había sido casi tan difícil como 10 años atrás, pero esta vez al menos tuve la valentía de decirlo a la cara, en una huida casi perfectamente calculada, porque sé que ella se dio cuenta de que estaba conteniendo las lágrimas, del dolor que me causaba rechazarla, pero era lo correcto, tenía que ser fuerte, aunque lo que más quisiese del mundo era tenerla a mi lado, recuperar su amistad, la discusión que habíamos tenido en el bar la otra noche me había dejado claro que los rencores del pasado no iban a ser más que barreras. El daño y el dolor no iban a ser compatibles con las nosotras del presente, debía alejarme de ella por dos razones: porque en el pasado le había hecho mucho daño y parecía que, así lo tratase de evitar a toda costa, no podía evitarlo; y, segunda razón, desde que nos habíamos encontrado mi deseo sexual hacia Lexa había casi opacado mis ganas de tener una sana amistad con ella, los sentimientos eran demasiado confusos para mantenerlos a raya.
Pero todo mi convencimiento se fue al garete cuando abrí la puerta de mi despacho y ella estaba fuera, Lexa, vestida elegantemente y con sus gafas negras, casi las mismas que cuando éramos jóvenes. Involuntariamente sonreí, porque seguía causándome esa sensación de paz y armonía tenerla cerca, porque aunque le dijese que se había acabado, verla solo me causaba unas ganas de que todo volviese a empezar que casi dolía. Pensé que, dadas las circunstancias, esta ocasión podría ser la apropiada para hablar de verdad sobre nosotras, tratar de recuperar una relación de amistad normal, tal vez, puesto que no había alcohol, ni posibilidad de acabar follando sobre mi escritorio, aunque esa idea no me desagradaba del todo "maldita mente pervertida" me sermoneé. Me alegré tanto de que volviese a ser ella la valiente de las dos y haberme venido a buscar a pesar de lo fríamente que la traté la otra noche.
Pero todo mi aliento se disipó cuando vi su rostro, de un plumazo, estaba tensa, enfadada y no conseguí saber por qué hasta que habló, y todo se transformó en culpa, la había fastidiado de nuevo, le había vuelto a hacer daño a Lexa, sin quererlo. Y allí estaba yo, pegada a la puerta de mi despacho, con Lexa en el centro del cuarto, mirándome como si quisiese atravesarme con la mirada.
-¿Qué es lo que sientes exactamente? ¿El haberme mentido, el hecho de que estás casada y no me lo dijiste, el haberte ido hace 10 años, el haber vuelto a irte la otra noche en el bar...?- hizo una pausa dramática tras enumerar con los dedos- Ilumíname.
-Todo- suspiré apartándole la mirada, porque no podía soportar que me mirase así, con tanto desprecio. Ella no dijo nada, pero su expresión parecía haberse suavizado- Déjame explicarte, Bellamy y yo...
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Hasta que llegaste tú
FanficCuando la amistad desaparece, otro sentimiento nace. Han pasado casi 10 años desde que Lexa y Clarke perdieron el contacto, una noche casual, el destino las une de nuevo. Después de ese encuentro entrañable, no esperaban volver a verse más, pero l...