Kara
Que Yael entrara tan apurada al refugio e ignorara a todo el mundo no se me hacía una buena señal, pude ver su rostro por unos segundos y note que tenía una expresión de preocupación, decidí seguirla para luego encontrarla en la pequeña azotea del edificio, estaba dando vueltas por todo el lugar lo que me ponía nerviosa, justo detrás de mí apareció una chica que más o menos debe tener la misma edad que mi hermana, de forma apresurada se acercó a ella; atrás venia Zenda, Zigor, Catherine y Elizabeth. No entendía que estaba pasando y note que Elizabeth y Catherine estaban igual, excepto Zenda y Zigor, por lo que intuyo algo debió suceder recién.
—7 – dijo de pronto volviéndose a la chica de su edad.
—¿Qué? – pregunto ella con clara confusión.
—Hay 7 patrullas de policías Sara – nadie le despegaba la vista a las dos chicas que se hablaban ignorando por completo al resto de nosotros, se miraron por unos segundos hasta que la chica que se llamaba Sara asintió con la cabeza para luego irse – Deben bajar, nadie debe quedar aquí arriba – habló esta vez mi hermana refiriéndose a nosotros, le hicimos caso y bajamos, ya estaba a punto de marcharse, pero la detuve.
—¿Qué está pasando? – pregunte tomándola del brazo.
—Debo proteger a mi gente – su voz, su forma de expresarse me recordó a Lydia – hay algunas patrullas dando vueltas, debo quitarlas de nuestro camino e irnos lo antes posible – asentí y la solté para que siguiera su camino.
—Voy contigo – dijo de pronto Elizabeth – soy buena luchando – mi hermana asintió y así ambas se fueron, en un inicio no supe cómo reaccionar, no supe que debía hacer, una parte de mi quería seguirla y ayudarla y la otra me decía que solo estorbaría. Reaccioné cuando una chica nos pidió que bajáramos, me resistí, necesitaba saber que estaba ocurriendo con mi hermana, si ella estaba en peligro debía ayudarla.
—Son ordenes de Yael, nadie debe subir, son blanco fácil y no podemos permitirnos bajas – decidí bajar y esperar a la entrada del edificio, me quedé observando la puerta mientras escuchaba disparos, alguna que otra pequeña explosión y gritos que no lograba comprender lo que estaban diciendo, pasaban los minutos y me desesperaba estar de pie sin hacer nada, la incertidumbre me estaba matando, necesitaba saber que estaba ocurriendo, necesitaba saber que ella estaba bien.
Di media vuelta e intenté subir a la azotea, pero me encontré con la misma chica que nos pidió que bajáramos hace un rato.
—Se que tienes ordenes, pero debo subir o salir – le comenté – ¿Cuál me vas a permitir? – necesitaba salir.
—Ninguna – me impresionaba que, a pesar de ser claramente menor que yo, se notara tan firme – como usted dijo sigo ordenes, y créame que le tengo más respeto y cariño a Yael, así que mi obediencia va más allá de que ella sea mi líder – podía notar el cariño en su voz, lo cual me reconfortaba ya que sabía que querían a mi hermana, pero eso no quitaba el hecho de que estaba preocupada.
—Es mi hermana – dije – estoy preocupada.
—Cuando sea el momento sabrá que está pasando, antes no – podía notar que estaba tensa y ponía sus manos cerca de sus armas, tenía un chakram colgando de su cadera.
—Déjala pasar – habló una voz a mi lado, era Zigor.
—No – se puso nerviosa, Zigor era mucho más alto que ella, por lo que en una pelea perdería, la chica lo miro de pies a cabeza y sin previo aviso saco el chakram y atacó a Zigor, el cual saco los cuchillos, pensé que sería fácil para él, pero me equivoque, la chica era rápida, con unos pocos movimientos logro que Zigor quedara de rodillas con su arma en su cuello, yo no pude ni reaccionar – que sean mayores y que vengan ayudarnos no les da el derecho de hacer lo que se les plazca – empujo a Zigor haciendo que ese cayera de bruces al suelo – ahora esperen hasta que vuelvan todos los que fueron a proteger nuestro refugio.
No sé cuánto tiempo más esperamos hasta que escuchamos los golpes en la puerta, me acerque rápido y me quede a ver a mi hermana, pasaron varios jóvenes, la mayoría se veían ilesos, pero uno que otro tenía heridas, me preocupaba ver pasar gente y no ver a mi hermana, hasta que vi pasar a Sara y justo detrás venía mi hermana, fue la última en entrar al refugio, vi como rápidamente se acercaba la chica de hace un rato para decirle algo al oído, al ver como me miraba molesta supe que le había contado lo que había sucedido hace un rato.
Yael me llamó a su oficina luego de ver a los chicos que estaban heridos y aunque pareciera increíble tenía miedo de lo que me fuera a decir mi hermana, entre a su oficina y me senté frente a ella, algo me llamó la atención y es que tenía las manos bajo la mesa.
—Di una orden Kara e intentaste estar sobre ella ¿Por qué? – estaba sería y podía ver que está cansada.
—Me comencé a preocupar ya que se estaban demorando bastante, pensé que algo malo sucedió, que algo te había sucedido – iba ser sincera, no iba a mentir, estaba de verdad preocupada por ella, tuve miedo de perderla otra vez.
—Entiendo tu preocupación, peo en estos casos, y aunque me cueste decirlo, no podemos ser sentimentales, hay que pensar de forma racional y en el bien común – no comprendí en un inicio sus palabras, pero luego algo hizo clic en mi mente, y la verdad es que tenía razón, en estos casos los sentimientos deben quedar a un lado para pensar en el bien comunitario en el cual vivimos – di esa orden porque tal vez ellos no sabían con precisión donde está el refugio, si alguien hubiera estado arriba y ayudado, habríamos delatado nuestra posición – sus facciones se suavizaron ahora pasando a una más relajada – no lo vuelvas hacer, mis chicos son fuertes, aunque no lo creas.
—Lo sé, Zigor lo corroboro por mí – dije a lo que ella sonrió.
—Puedes irte – dijo – nos vemos a la hora de comer, aún queda mucho por hacer – asentí y me despedí, ella solo hizo un movimiento con la cabeza.
Fui a ver a Elizabeth y la verdad es que no me sorprendió verla en tan buen estado, ella era una buena luchadora y una buena kinesis, comenzamos ayudar a guardar cosas que habían en las habitaciones, en un momento Elizabeth comenzó hablar bastante emocionada de la pelea con los policías, en especial sobre la photoquinesis de Yael, decía cosas como que nunca había visto una energía de ese tamaño y que lo manejara tan bien, me ponía feliz que fuera reconocida por su gran poder, pero temía un poco de las reacciones que pudieran tener cuando se enteraran de las habilidades de Yael.
Pasaron tres días desde lo sucedido con los policías, tres días bastante ajetreados ya que había poco tiempo y mucho por hacer, pude llamar a Valentina para que nos prestara a gente con más vehículos, a lo que ella acepto sin problema alguno. Hoy debía estar todo listo ya que en unas horas más debíamos salir, llegaron los vehículos, Zigor y Zenda fueron a buscar los que estaban cerca, al estar todo comenzamos a meter todo, lo último fueron las personas, cuando algunos autos estaban llenos de objetos se iban camino al puerto donde nos estaría esperando el barco.
Ya estábamos terminando, ya solo faltaban los kinesis que se subieran a los autos para marcharnos cuando escuchamos las sirenas de los policías, todo sucedió muy rápido, llegaron varias patrullas por todas las calles a nuestro alrededor y también camionetas con otras personas que no tenían el uniforme correspondiente, pensé que eran policías en cubierto hasta que vi una cara conocida, era mi madre.
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Los Telepatas (2°LIBRO)
Science-Fiction6 años después de los sucesos ocurridos en "Los Kinesis", Kara como la nueva líder debe hacerse cargo de los kinesis que están en su refugio y aunque lo hace con gran compromiso no puede dejar de pensar en hechos que ya son pasadas, y aunque esos ti...