11. No sabes quién soy

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Foto:  Courtney Climby

Capitulo 11
No sabes quién soy

Karoline y Courtney habían sido las primeras en llegar al comedor. Estaban sentadas en una mesa mientras hablaban de la universidad.

–¿Te puedes creer que ya han pasado casi dos meses?—Karoline se rio—oye no te burles, para mí es un logro

–Lo sé, lo sé—Karolina carraspeó, desde esa mañana había notado muy rara a Courtney

–Oye... Sé que no es asunto mío, pero ya han pasado dos semanas. ¿Qué tal llevas lo de Lyam y Jinna?

Karoline se encogió de hombros. No era de su incumbencia lo que ellos hicieran.

–Ni me va ni me biene—dijo restandole importancia—que hagan lo que quieran. Hablando de los reyes de Roma.

Muchas gente comenzó a llegar a la cafetería. Entre ellos, Jinna y Lyam. Nada más verlos a Karoline le entraron ganas de vomitar. Courtney la llamo para que se sentará a su lado.

–Hola chicas—saludó Jinna

Mientras todo el mundo traía su comida y se sentaba en la mesa todas las miradas se iban centrándo en Karoline. Karoline las soportó e hizo caso omiso hasta que alguien se digno a abrir la boca.

–¿Qué coño te ha pasado en el pelo Karoline?—exclamó Jonh

Karoline lo fulminó con la mirada.

–Solo me he puesto otro tinte—aclaró ella

–¿No era ese tu pelo natural?—preguntó Jinna

–Si, mi madre fue una sirena que se enamoró de un elfo no te jode

Se oyeron varias risas y comentarios sobre su nuevo pelo. Courtney la decía que no pasaba nada, que los ignorase. Karoline la miró como diciendo "¿Qué crees que estoy haciendo?"

🌙

–Oye, llevas todo el mes ignorando me

–Y con razón lo hago

—Dame una—Karoline levantó una ceja sarcástica—Vale, lo admito quizás me pasé.

—¿Quizás?

—¿No puede volver a ser como antes?—suplicó él

—Lo es, cuando no nos hablabamos ni conocíamos, es en ese antes en el que quiero vivir gracias

—Por favor, Karoline, dame un segunda oportunidad

—Deberías saber que el diablo no da segundas oportunidades

—Se que el diablo no es tan malo como aparenta

Lyam sonrió tiernamente al ver cómo Karoline sonreía. Pero no era una sonrisa, se estaba mofando de él. La risa de Karoline resonó en el solitario Bubble Pop.

—¿Yo?—Karoline se reía—¿No ser tan mala?—Hizo una pausa para calmarse—Por favor Lyam—habló sarcásticamente — tu no sabes quién soy. No sabes por lo que he pasado. No sabes lo que he visto ni lo que he oído. Pero dime, ¿qué es lo que te ha hecho volver?

—Solo quiero recuperar nuestra amistad

—No seas ingenuo, entre nosotros no había amistad, entre nosotros había tensión sexual. Además, sabes que no me puedes mentir.

Lyam gruñó frustrado mientras se revolvía el pelo.

—Es que....—bufó—no consigo llegar con ella—Karoline sonrió satisfecha— contigo es mágico pero con Jinna... Es como si no sintiese nada. Y eso me frustra, desde que empezamos juntos ni una sola vez ¡Ni una!

—Nadie es como yo, Lyam, deberías saberlo

—Lo sé, ahora lo sé, es solo que ..., Te necesito, solo una vez más, por favor.

La desesperación en sus ojos era evidente. Karoline lo consideró, se divertirá por no hablar de que jodería a Jinna. Pero incluso ante esa idea, surgió una más satisfactoria, la venganza. Karoline se acercó a su oído y le susurró:

—Sigue esperando, porque no habrá una vez más, no esté año.

Karoline quiso levantarse pero Lyam puso una mano en su pierna impidiendose lo. Karoline se giró molesta pero suavizó su expresión al ver la de Lyam. Tenía el ceño fruncido y los labios le temblaban.

—Solo será una vez, te lo prometo—Lyam subió lentamente su mano hacia su entrepierna, acariciando la ropa interior de Karoline.

—No—se zafó de su agarré y se fue del lugar.

—Pero...

—Te he dicho que no, Lyam

—Al menos, ¿Puedo llevarte a la universidad?

Karoline rodó los ojos pero aceptó. Al salir del Bubble Pop, Lyam le entregó un casco a Karoline quien lo aceptó y se lo puso. Ambos se subieron y cuando Lyam puso la moto en marcha, ella rodeó su cintura con los brazos y apoyó su cabeza en la  espalda de Lyam. Inconsciente, Lyam sonrió y llevó esa sonrisa durante todo el trayecto de vuelta a la universidad.

—Gracias—dijo ella mientras abría la puerta de su hermandad—¿Vas a pasar a ver a Jinna o te vas ya?

Lyam dudó. Finalmente entró dentro. No había puesto ni un pie en el salón cuando deseo no haber entrado.

—¿Qué hacías con ella?—explotó Jinna nada más verle—Maldita zorra, juro que te mataré yo misma.

—Calma vaquera, solo hemos hablado—intentó tranquilizar la Karoline.

Karoline no quiso así que subió a su habitación. Pasaron minutos hasta que alguien llamó a la puerta. Jinna. Dispuesta a gritarle que se fuera Karoline abrió la puerta.

—¿Te importa si hoy me quedó a dormir contigo? Prometo no intentar nada— rogó Lyam con una sonrisa sincera

—¿No tienes una novia a la que tirarte?

—Si, pero quiero dormir contigo

—Te arrancaré las pelotas como intentes algo. Lo juró—lo amenazó

En el fondo, Karoline sabía que no terminaría bien. La emoción del joven la desconcertaba. ¿Qué plan tenía el muchacho? ¿Acaso estaba paranoica y realmente solo quería volver a ser su amigo? ¿Quería tirarsela una vez más? ¿O es que Jinna se lo había ordenado? Fuese lo que fuese, estaría atenta. No le quitaría un ojos de encima.

Lyam Hale, no se lo que tramas, pero no caeré, no está vez.


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