13. Dime qué se siente

1 0 0
                                    

Foto: Seth Viseras

Capitulo 13
Dime qué se siente

¿Qué se siente al estar muerto? Era una pregunta que surcaba la mente de muchas personas. Pero nunca llegó a estar en su mente. Ser un espíritu, no le obstruía sentir o recordar, lo único que impedía  era el hablarla o abrazarla. Y todo por culpa de aquel maldito hechizo. No recordaba quién le había causado eso. Era los únicos recuerdos borrosos. Lo que si recordaba era el desgarrador dolor de Karoline al encontrarle muerto. La angustia que soportó debido a que todo el mundo sospechaba de ella. Las miradas, los cuchicheos, el rechazó, fueron acabando lo poco que había de aquella encantadora Karoline. La verdadera.

Aún podía recordar su sonrisa. Su emoción al hablar de ser la Summa. La chispa de alegría y esperanza en sus ojos. La desesperación al intentar zanjar su amistad con Jinna. Llevaba horas siguiendo a Karoline. Había estado a su lado desde su muerte. Y ese día no iba a ser la excepción. La acompañó a sus clases, y a la cafetería. Podía percibir su dolor. No, no era dolor, era un tormenta de emoción. Un huracán que arrastraba el dolor para convertirlo en furia que se juntaba con impotencia.

No se percató de aquel chico moreno que se acercaba a ellos. A ella, más bien dicho. El moreno le dio un beso y le pregunto qué tal el día. Hacen buena pareja, pensó, pero a pesar de esto, a Karoline no se la veía cómoda. Su mirada buscaba inquieta algo en el pasillo. Su expresión angustiada se relajo al ver quien estaba en la entrada de la cafetería.

Negó lentamente con la cabeza, ¿Desde cuándo te refugias en la gente, Karoline?

Caminó a su lado, mientras que ella hablaba con el moreno. Se tomó la libertad de observarlo. Pelo casi rapado y negro. Musculoso y alto. Tatuajes. Piel morena. Un lunar. Ojos rasgados. El no es tu tipo, ¿Qué estás haciendo?

En la cafetería, rodeó la mesa observando a cada una de las personas sentadas. Miembros de los clubes de deporte, algunos de la revista de la universidad, las animadoras, algunos estudiantes de cinematografía y como no, el aquelarre.

—¿Sabes? Está noche deberíamos hacer una ouija. Nosotras y Lyam—Seth carraspeó incómodo— y Seth— sugirió Lilith emocionada— Hoy me ha llegado la que compré en Killstar.

Tanto como a Karoline como a su perseguidor se le iluminaron los ojos. Ambos lo vieron como una oportunidad.

Una oportunidad.

La única oportunidad que había tenido en un año.

Un año.

Ya ha pasado un maldito año, pensó Karoline.

El dolor era inevitable, era su culpa, el que el hubiera muerto era su culpa. Los celos la habían consumido.

—Hagamoslo—Ordenó Karoline y los demás asintieron.

🌙

Todos listos. Quizás eran demasiados. El tablero era demasiado pequeño. Algunas chicas se habían echado atrás, decían estar agobiadas. Otras, con la misma excusa se quedaron a mirar. Sujetando el puntero solo quedaron, Lilith, Jinna, Jenna, Seth, Lyam, Katia y Karoline.

—Empezemos—Habló Lilith después de explicar el juego— Tablero sagrado, conexión al espejo del mundo, lazo entre la vida y la muerte, dinos, ¿Hay alguien hay?

Si

Al principio se miraron entre ellos, una respuesta demasiado rápida. Karoline, molesta gruñó regalándoles por mover ellos el puntero. Pero nadie parecía haberlo movido. Ya que este se movió solo sobresaltando los.

—N, O, S I, E, M ,P , R ,E , H ,A ,S, ....

No siempre has sido así, ¿te acuerdas de como sonreias cuando me veías?

Silencio, nadie dijo nada, miraban a Karoline.

—No puede ser—fue lo único que alcanzó a decir entre su respiración entrecortada.

—¿Quién eres?— gritó Jenna

Lyam.

—¿Lyam? ¿El ex de Karoline?—preguntó Katia sin saber muy bien lo que sucedía.

Si

—Dinos, Lyam—Jinna tenía un sonrisa maliciosa y miraba a Karoline de reojo quien no despegaba la vista de algún punto en la mesa

»Dime qué se siente, al estar muerto

—Jinna, no te pases—la advirtió su hermana

Vacío, solo hecho en falta una cosa, y es a ella.

—¿Por qué? Si fue ella quién te mató— Jinna se reía en la cara de Karoline.

No fue tu culpa

Fue visible, para todas y cada una de las personas de la sala. La oscuridad no la ocultó. No ocultó las lágrimas que mancharon las mejillas de Karoline. No ocultó sus sollozos. Lyam se maldijo a si mismo, si abrazaba a Karoline, Seth no duraría en montar una escena.

—No hace falta que sigamos con esto si no quieres, cariño—La consoló Katia dulcemente

Karoline negó con la cabeza. Había algo que necesitaba preguntarle.

—¿Quién te mato?—exclamó llamando la atención de todos los de la sala.

—Eso no es relevante—bufó Jinna— Ya sabemos que fuiste tú, las lágrimas de corderito no nos engañarán.

Adiós.

Antes de que pudiese contestar, Jinna movió el puntero rápidamente hacia aquella palabra.

—¡Eres una hija de...—Karoline fue a utilizar un hechizo contra Jinna pero Lyam la abrazo por la espalda, inmovilizando la— Apartate o te juro por mi alma que te degolló.

Seth agarró de un brazo a Karoline, la impulso con tanta fuerza hacia el que Lyam se tuvo que separar.

—Si ha sido una broma no ha tenido gracia—gritó furioso Seth quien no había abierto la boca en toda la noche.

Karoline notó lo tenso que estaba, ¿Era por la información que acababa de recibir o por el abrazo de Lyam?

—Y tú— fulminó con la mirada a Lyam— Es la última vez que la tocas. Vámonos.

Seth se llevó a Karoline de la casa, guiándola hasta la casa de su fraternidad, en donde se encerraron en su habitación. Seth pedía explicaciones. Karoline se negaba a hablar. Seth levantó el brazo con tanta violencia y rapidez que cuando Karoline quiso conjugar un hechizo ya era tarde. Seth salió de la habitación con un portazo. Karoline se levantó con dificultad del suelo sujetándose el pómulo. Estaba rojo debido al golpe y su labio inferior sangraba. Una imagen llegó a la mente de Karoline. Lyam, bajo el fresno con en labio partido.

Karma, pensó, mientras se acurrucaba en la cama de su novio.

Witch RevelationsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora