II

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Sentí que iba vomitar, salí corriendo y vomité al costado del Mausoleo. Escuché a Luca que venía tras de mí
- Lucila ¿ Estás bien?
- Si, ¿qué pasó?
- No sé todo fue muy raro. Ese viento viste y...
De pronto, su amigo no dijo más nada. Nos dimos vuelta y lo que vimos no lo podíamos creer. Nos quedamos en shock.
Todo el mundo estaba cambiado, literalmente todo. No había nada de lo que conocíamos. Solo había muchas tumbas, personas en carretas y vestidas como en la antigüedad. Nosotros estábamos iguales, la gente de cerca nos miraba raro.
- Esto es mágico, viajamos en el tiempo. Vamos a ver si podemos volver. Intentamos meternos al Mausoleo pero estaba cerrado.
- ¿ Qué haremos?
- Y ver cómo es todo, tenemos las llaves del mundo entero nuestras manos. Ya veremos cómo volver, debe ser por algo que viajamos.
- Estás loco, nuestras familias y amigos que dirán. Quiero volver.
Trate de entrar a la tumba pero no podía. Gritaba.
- Estúpida cállate, ya estamos llamando la atención. Mira ahí pasan soldados cállate.
Nos escondidos y los soldados pasaron.
Decidimos esperar la noche y después empezar donde ir. Teníamos hambre, teníamos que cambiarnos de ropa. Luca no sé cómo encontró dinero cerca de la tumba y pudimos comprar ropa usada antigua. En nuestra carrera de arqueología nos obligan a aprender latín. Entonces pudimos comunicarnos un poco. Aunque es un poco distinto.
No caímos en la cuenta que estábamos en el pasado y que podíamos ver gente del pasado. Él estaba más entusiasmado, yo estaba preocupada. El me decía que podíamos descubrir cosas que el futuro no se sabía. Pero lo arriesgado era arruinar el pasado. Igual no entiendo cómo esa diadema hizo que estuviéramos en el pasado. No sabía el año todavía lo tenía que descubrir. Decidimos entrar a Roma. Diríamos que éramos primos y que nos robaron cosas en un viaje y que veníamos en busca de una casa y trabajo. Igual él trabajará porque yo no podré. Ya que la mujer antes no trabajaba, al menos que sea esclava. Pudimos pasar desapercibidos, pero al entrar a la ciudad había unos perros hambrientos. Entonces empezamos a correr y una guardia romana también nos corría. Yo no sé porque.
Corrí como 4 cuadras (400mts) , a Luca no lo vi más. Me escondí en un jardín de una mansión. La guardia pasó de largo, escuchaba que gritaban
- La chica debe estar por acá...
Sé ve que a Luca no lo encontraron. No sé cómo pasó, pero de tanto esperar me dormí. Tenía sueño.

La diadema misteriosa del tiempo ( Julio César)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora