Yo sentía que estaba en brazos de alguien, pero no sabía de quién. No abrí los ojos, tenía mucho miedo. Este mundo era distinto al de dónde vivía, mucha violencia. Incluso no sabía la época en que estaba, dónde estaba, porqué estaba ahí. Luca era otra persona, nada que ver lo que conocí.
Solo sé que desperté dos días después, en una cama cómoda, con sábanas de seda, y tenía cortinas blancas alrededor.
Una mujer me ponía trapos en la cabeza, cuando abrí la ojos.
-Al fin despiertas - dijo
- ¿ Dónde estoy?
- Estás en mí casa, soy Aurelia.
- Un gusto, ¿desde hace cuánto?
- Dos días, mí hijo te trajo
La miré, era una mujer romana. Tenía el pelo recogido y una hermosa túnica de color beige, collares y pulseras. Sé notaba que era rica. Después empecé a caer en la cuenta, que era verdad que viaje en el tiempo. Solo que seguía confundida.
- Disculpe,¿ en que año estamos?
-675 desde la fundación de Roma.
No le contesté nada, ella me miraba confundida.
- Gracias por cuidarme, creo que sería mejor que me vaya fuera.
- Ah no, estás débil, ya podrás irte después. Aparte mi hijo me insistió en que no te fueras.
- ¿ Cuándo vuelve su hijo?
- En un rato, fue a tratar algunos asuntos cerca del foro.
- ¿Quién es su hijo?
- Pensé que te había dicho su nombre, él es Julio César.
La miré y se me abrieron los ojos, no podía creerlo. Estaba en la casa del mí personaje histórico favorito.
- Gracias por contarme, un poco de quién su hijo.
- Después habrá tiempo de hablar, descansa.
- Ok , Gracias.
Pasó un rato y escuché que todo estaba en silencio. Necesitaba ir a hacer mis necesidades. No había baño, cómo en el futuro. No sé dónde haría lo segundo.
Me levanté y antes de abrir la puerta, una sirvienta me ayudó, estaba del otro lado, a las expectativas. Me indicó dónde ir, era extraño el lugar. Era una habitación apartada, que había asiento de piedra con un hueco y bueno ahí estuve.
Después, salí del "baño" para mí y la esclava ya no estaba. Había una salida hacia el patio. Sé veía una fuente muy hermosa, me sentía sucia. Me mojé un poco las manos y quería salir , pero no veía la salida, seguí andando por la casa. Y vi luz de lámparas que salía el fondo, fui despacio y me asomé muy despacio. Sé ve que había alguien escribiendo. Me asusté porque sentí que se levantó y salí corriendo y me escondí en una columna. Era él, Julio César. Lo vi, era alto, delgado pero se lo veía fuerte.
- ¿Quien anda ahí?
Nadie dijo nada, y volvió a entrar a la habitación, que se veía como una biblioteca.
Me volví a acercar, me resultaba muy curioso poder verlo, tanto se dijo a lo largo de la historia. Cosas buenas, como malas. Este César era joven, alrededor de 22 o 23 años. Todavía no era ni el cónsul y ni siquiera había conquistado la Galia.
Entré a la habitación, ya no estaba. Me acerqué y vi unos pergaminos, eran de Platón. Me senté y me puse a leer, también había otros pergaminos con anotaciones de César. Cuando agarré eso, oí una voz masculina.
- ¿Sabes leer?
- Ahhh
Tire todo para arriba, y casi me caigo de la silla.
Me di vuelta, y lo vi. Parado al lado del escritorio con una toga sencilla, a propósito muy atractivo.
- ehh yo solo fui curiosa, perdón. Mejor me voy.
Me tapó el paso con su cuerpo y se me acercó
- Siempre huyendo de mí, ¿porqué?
- Es tarde, solo quise tomar aire.
Se acercó más a mí y me tocó, me levanto mí cara para que lo mire con su mano.
- No, no te vayas hay que hablar no te parece. Fui a buscarte al cuarto para verte y me dijeron que saliste a tomar aire. Así que supuse que eras vos, cuando sentí ruido hace un rato.
- Si disculpa.
Me miraba con su ojos oscuros pero penetrantes, me sentía invadida.
- No te disculpes, ven vamos a otro lado y hablamos mejor.
Me tomo de la mano y salimos al patio y había un banco de mármol cerca de la fuente y nos sentamos.
- Éstos días han sido extraños para mí desde que te encontré, no sé quién eres, de pronto conoces a ese tipo que le iba a alquilar, los seguí porque no me cerraba de que se quedarán así en un lugar, parecían esclavos, porque hablé con los soldados y los vieron desde un Mausoleo. Y algo importante, no sé ni tu nombre.
Yo habría más los ojos, no podía decirle que viaje del pasado. Tenía que mentirle.
- Si igual yo estoy débil, pero te debo una disculpa por mí comportamiento y te debo una explicación. Soy Lucila Silvanus. Vivía en Hispania , mis padres murieron en manos de unos celtas de camino acá, hace 2 lunas que andamos viajando con miedo. Sé que la situación en Roma no es muy buena con Sila. Por eso mí ropa, salí con lo poco que tenía, lo que no entiendo es el comportamiento de mí primo. ¿Que no sé dónde estará?
Lo miré al parecer un poco lo convencí, pero yo sabía que no del todo.
- Él está en prisión
-¿qué?
- Si como escuchaste, después de lo que te hizo y por lo que escuché robo a unos comerciantes. Mañana lo ejecutarán
- Noooo, como no era para tanto
- Acá se cumple la ley
- Pero no lo maten, por favor.
- Es importante para vos parece, ¿tienen alguna relación?
- Solo primos
- Y?
- Como y?
- Nada, solo quiero que sepas que no hay marcha atrás con la ejecución.
- Pero no es así, necesito hablar con el por favor ahora.
- No, mañana en todo caso.
Salí corriendo a la salida en busca de Luca.
César salió tras mí y me alcanzó
- Escucha un minuto, niña. No vas a ningún lado porque estás a mí cargo ahora.
Qué hombre manipulador pensé, la historia no mentía mucho.
- No eres nadie,
- Que no soy nadie, quién te salvo, quién te cuido. Eres una desagradecida. Te tendría que dejar con tu primo , porque se que mientes, pero te quiero dar una oportunidad.
- Entonces llévame con él, así no te molestó más.
- No, y vamos.
Me cargó en su hombro y yo pataleaba. Este hombre me estaba volviendo loca en todo sentido.
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La diadema misteriosa del tiempo ( Julio César)
Художественная прозаEstá historia está ambientada en la antigua Roma y la actualidad. Todos los hechos son ficticios. Una chica viaja en el tiempo y se encuentra con uno de los generales más importante de la historia de la humanidad, Julio César.