Capítulo 6 - "Eres a la primera que le cuento esto"

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Dos semanas pasaron desde aquel beso con mi jefe. Y cada día, para mí, era más incómodo que el anterior; ésta patética situación parecia divertir a Bruno o no sé no me volvió a dirigir la palabra, intentaba hacer menos denso el lugar pero me era imposible.

Era viernes, mi día de guardia; había escuchado a Sarah alardear con sus amigas sobre que iban a salir con Bruno al "Restaurante más caro de todo Los Ángeles", lo que significaba que él no me iba a hacer la noche amarga, mi yo interno celebraba mientras me concentraba en terminar los expedientes de Sarah, ya que, como había aclarado ella: "era trabajo de los internos no de los residentes, y menos alguien perteneciente a la familia Hernández". De repente sentí un estruendo de carpetas frente a mí.

- Y, estos también. Gracias, linda, te debo mil. Buena guardia, nos vemos mañana... si llego.

me dijo Sarah con tono confidente al final; de esos que usas con tu mejor amiga cuando le cuentas la noche apasionada que tuviste con aquel chico del club y, que posiblemente no volverás a ver más.

-es odiosa.- sentí la voz de flor al mismo tiempo que se sentaba al lado mío -realmente no se que le ve. Escuché de que se "casaban" por obligación y, eso es obvio, Bruno no te saca el ojo de encima...-

-¡ya!.- la callé riendo -¿de donde sacas tanta información?.

-Las paredes tienen oídos y bocas, que tú andes en las nubes no es mi culpa, pequeña.

-No ando "en las nubes", estoy trabajando; además, no quiero aguantarme al idiota de Bruno jodiendo mi existencia por todo el hospital. Ya bastante con soportar su estupida y arrogante presencia. Es un imbecil.

-Le sugiero que se acostumbre mi arrogante presencia porque estará aquí por bastante tiempo-¡Carajo!, la voz de Bruno sonó en nuestros oídos.-¿No tiene expedientes que llenar Dra. Miller y usted pacientes que atender Dra. Molina?.-

sonó algo molesto y con razón. Flor se despidió de mi y se fue, automáticamente Bruno ocupó la silla en la que mi amiga estaba y se acercó como quien pretende contar un secreto.

-No me gusta mezclar placer con negocios y no que te quiero hacer la vida imposible. Además, ¿que hombre no quisiera verte de espaldas contoneando tus caderas? -. Lo último lo susurró tan bajito, sólo para nosotros, que sentí mi piel erizarse.

-Termine rápido que hay mucho trabajo.

dijo incorporándose cuando una enfermera se acercó a la estación en la que estábamos y se retiró sin antes guiñarme el ojo de forma coqueta.

Yo, suspiré de forma pesada y continué con lo que hacía.

No sé qué quería de mi ese hombre

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Ya entrada la noche en Los Ángeles; estaba en la estación de urgencias jugando con una pelotita antiestrés que encontré en aquél escritorio. Habia sido, dentro de todo, una guardia muy tranquila. Mientras mis otros compañeros hacían otra revisión rutinaria a los pacientes en los pisos, yo aguardaba en urgencias.
De pronto una mano con un poco de sangre detuvo la pelota, levanté la vista y me encontré a Bruno con la frente abierta, me incorporé aturdida.

-¿que pasó?-. Lo hice recostarse en una camilla y busque los elementos.
- Dejé a Sarah en su casa, me subí al auto y me cerré la puerta en la frente. Estaba distraído, claramente, no es profundo, necesito sutura superficial, ¿la sabes hacer?- levantó su mirada con una sonrisa dulce, a lo que yo asentí pero sonriendo de forma nerviosa. Tenia mirada de niño, literal sentia que estaba por suturar a uno. -pero... no sabes mi método...- agregó y me empezó a explicar mientras yo ponia la anestesia y seguia los pasos que me indicaba.

La verdad fue muy sencillo, el corte era limpio, casi sin imperfecciones. De igual manera me abstuve de hacer cualquier pregunta o comentario.

-¡perfecto, Miller!-. Me reconoció Bruno.-seguramente van a quedar mejor que las que tengo en mi cabeza.- me miró, de nuevo como un niño, yo pestañee esperando que siguiera, soltó una pequeña risa y volvió a separar sus labios para volver a hablar.
-cuando tenía 4 años, me senté sobre un perro Doberman, se giró y bueno...-. Agachó la cabeza y al correrse sus rulos chocolate bien definidos, habia una cicatriz.
-¡oh vaya! Perdón si suena imprudente pero... ¿que tanto lloraste?-. Sonreí para tratar de no reirme y quedar como irrespetuosa delante de mi jefe.
-¡nada!- exclamó orgulloso - éticamente, como sabes, mis padres no me podían atender por más que quisieran, así que me trajeron aquí y me suturaron. El doctor dijo que fui el primer bebé en no llorar cuando lo suturaron.- juro que veía a aquel niño de cuatro años otra vez, se veía muy tierno.
Me di cuenta que nos habiamos quedado mirandonos por un rato en cuanto Sarah entró dramatizando como si Bruno hubiese entrado en un shock anafiláctico. Me aleje de ellos, a los segundos recibí un mensaje de su parte que decía:

"Gracias por ayudarme :) y eres a la primera a la que le cuento esto"

Sonreí y seguí con mi tarea, creo que me está empezando a agradar...

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Holaa!! Un dato: eso que contó Bruno es verídico 🤗 a continuación les dejo el video de youtube 💖 👇👇👇

Espero que les guste y perdón la demora🙈

L@s quiero💖💖

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