Pasaron los meses, todavía no procesaba lo que había pasado.
Desde el "Te amo" de Bruno hasta el que lo haya dejado solo y convaleciente.Por suerte, ya estaba todo a la normalidad, había recibido el alta del psiquiatra que habían destinado a tratarnos luego del tiroteo. El cual se llevó a dos de mis compañeros y otros miembros del personal.
Como todas las mañanas, Bruno entró a los lockers y nos dió nuestras tareas, me llamo la atención de que no me haya nombrado, hasta qué.
-Miller, hoy vas con mí madre.- me miró, calante y dolido; juro que quería correr y abrazarlo, pero solo asentí y cada uno fue a lo suyo, yo iba detrás de Bruno que me llevaba con su madre.
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Pasaba del medio día y, la verdad, trabajar con la Dra. Hernández, era un lujo. Es tan dulce y maternal, no importa la edad del paciente, además que me enseñó muchas cosas. De vez en cuando íbamos a ver cómo estaba Bruno, porque era su primera semana luego de tres meses, y como decía ella, "a pesar de ser un hombre, hecho y derecho. Es mí niño".
- Mamá, estoy bien, en serio...-
- ¡Tómate el juguito!-
- Ok...Escuchar la conversación de Bruno y su madre hizo que una sensación recorriera mí espalda. Se sentía bien. Y, por más raro que suene, me sentía parte, aunque estaba apartada.
La mirada de Bruno se cruzó con la mía, fue cálida, como la de esa noche, aunque al mismo tiempo estaba dolido. Trate de entender lo que me quiso decir pero una voz chillona interrumpió nuestra "conversación".-¡Bernie! Que bueno que esté aquí! Tengo, bueno... Tenemos que decirle algo- Sarah se sentó sobre las piernas de Bruno, éste parecía algo incómodo y no lo culpo, hasta la Dra. Hernández lo estaba.
-¿Que pasó, querida?.
Sarah miró a Bruno, éste parecía no tener ni la más mínima idea de lo que su "novia" iba a decir.
-Ok, está bien, lo digo yo...-
Bruno volvió a mirarme al mismo tiempo que Sarah "tiraba la bomba", mí garganta se hizo un nudo y sentí desmayarme.
-Wow... Que... Lindo, los felicito- nunca pensé que está amable mujer pueda llegar a decir algo tan falso. - Voy a ser abuela.-
-¡Así es!- dijo Sarah y le dió un pequeño beso a Bruno que estaba como desorbitado.
-Bueno... Nosotras tenemos pacientes, vamos Hannitah. - asentí y me fui con la Dra. Hernández.
No podía procesar lo que acababa de escuchar, si mí niña interior tenía el sueño Disney / MerDer en sus ilusiones, hoy quedó destrozado. Moví mí cabeza y continué mí día.
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Estaba terminando de cambiarme, mí turno había terminado y como mañana era mí día libre, me esperaba una copa de vino y mí bañera con burbujas, además de mí perrito.
En cuanto terminé de ponerme el sweatercito y sentí dos manos en mí cintura.-¿Qué? Tienes pañales que comprar.
- No quiero.- apoyó su mentón en mí hombro.- ¿Puedo ir a dormir contigo? No quiero aguantar a Sarah.
- No, ésto no es correc.... ¿Qué haces?- estaba acorralada contra los casilleros y con su cara a milímetros de la mía.
- Por favor.- hizo un pucherito y sus ojitos de cachorrito eran irresistibles...
- ¡Está bien! Pero duermes en el sofá.-
- Ya veremos.- salió caminando triunfante y yo por detrás preguntándome si tomé una buena decisión.
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Heartbeat 💗
FanfictionÉl, residente. Ella, interna Él, el prestigioso hijo del jefe de cirugía y la jefa de cirugía cardiotoráxica. Ella, consiguió graduarse gracias a el sacrificio de sus padres. Mundos diferentes, misma profesión. podrán encontrar juntos el ritmo de s...