Matías Fischer ©

2.- El idiota.

Believe - Cher

***

Mi mamá murió cuando nací así que no puedo llorar su perdida.

Papá dice que ella estaba muy feliz, le costo trabajo embarazarse y cuando se enteró de que lo logró me comenzo a tejer ropa, cobijas y zapatos.

Al parecer su útero tenía problemas para tener bebés, la salvaban a ella o a mi y ella siempre lo supo, ella pidió que si era necesario la dejarán morir.

Le debo la vida a una madre que me amaba como nadie y seguramente hubiera sido la mejor mamá. Una madre que nunca voy a conocer.

Papá y ella tardaron tantos años en lograrlo que ya eran grandes, actualmente mi papá tiene 65 años y no puede trabajar, como nunca tuvo una profesión no esta jubilado y no recibe dinero, yo lo mantengo.

A pesar de no tener madre nunca me hizo falta porque tengo a mi abuela, le digo mamá Mary, ella me cuidó siempre, la amo tanto y me asusta perderla, tiene 84 años, tuvo a mi papá joven y se ve mucho más sana que él, pero nunca se sabe cuando se irá alguien.

—¡¿El idiota te dejo?! —grita papá molesto.

—Tranquilo Bob, es un idiota como tú dices.

—Ya te dije que no me llames Bob.

—Bob, ya te dije que no me importa. —sonrío y lo rodeo con mis brazos por atrás.

—Si no fuera tan viejo ya te habría tumbado al sillón niña.

—Me adoras papi. —hago cara de niña buena.

—Como a nadie cariño, ahora, no me cambies el tema. —pone mala cara. —¿Qué paso con el idiota?

—Bueno, ya que no te gustan los chismes de espectáculos, seguramente no sabes, pero ayer cene con Matías.

—Ah, sí, claro, Matías. —frunce el ceño. —¿Cuál Matías?

—Un Matías del trabajo. —me acerco a la cocina y saco un bote con jugo.

—Sí, ¿y su apellido es? —se gira y me mira desde el sillón. —Dame un poco de jugo por favor.

—Bueno, Matías —sirvo el jugo. —Fischer.

Tomo jugo y mi padre me mira por unos segundos y luego pone expresión de susto.

—Él no es un compañero de trabajo, ¡Es el puto dueño de México! —grita.

-No seas exagerado. -pongo los ojos en blanco.

-¿Por qué cenabas con él?, ese hombre no me agrada.

-¿Por qué no? Es un buen hombre, aunque me di cuenta cuando ya la había cagado.

-Tonterías.

-Si papá, ayuda a fundación, es un buen hombre.

-Mis huevos. -se levanta del sillón, se acerca y toma de su jugo.

-Papá. -le digo a modo de regaño.

-Hija. -me responde con el mismo tono.

-En fin, "el idiota" como le dices se entero por unas fotos y termino conmigo, y si es un idiota papá.

-¿Qué te hizo?

-Me engaño papá, por tres años. -duele decirlo en voz alta.

Sin darme cuenta ya estoy llorando y papá me abraza.

-Ese pendejo, ese gran idiota, como no me di cuenta, si lo veo hija, si lo veo te juro que lo mato.

-Tranquilo papá, ya no importa, es un pendejo, él se lo pierde.