Viaje✈️

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Sin darme cuenta me quedé dormida en el sofá, me fijé en la hora, quería llegar para estar un rato junto a Paulo pero ya era bastante tarde, eran 3:51 a.m. y tenía 8 llamadas perdidas de él.

-Mierda, debe estar preocupado- pensé, salí de la casa y le llamé.

LLAMADA
-¿_____? ¿Dónde estas? ¿Estás bien? Te estuve llamando un par de veces pero nunca contestaste.
-Perdón Pau, pero no escuché mi celular, estoy en casa de Ecko.
-¿Estas ebria?- dijo un poco molesto.
-No- dije nerviosa ya que ni siquiera podía caminar por si sola.
-____, estas ebria, voy por ti, ya es tarde y tienes que descansar.
-No tardes- dije y colgó.
FIN DE LA LLAMADA

-¿Ya vienen por ti?- dijo Lit detrás de mi ¿a caso estaba escuchando la llamada a escondidas?

-Si, me siento mal y mi novio vendrá por mí.

-Así que tienes novio- dijo acercándose bastante a mí. Nuestras respiraciones chocaban.

-Si- dije.

-Eres muy bonita- Se acercó aún mas a mí.

-Esto está mal- me alejé de él pero me detuvo y me acorraló contra la pared- Mau...- me interrumpió juntando nuestros labios.

Sus labios eran suaves, tenían un sabor intenso a alcohol y tabaco. No podía creer lo que estaba haciendo, esto simplemente estaba mal.

-¡Mauro!- lo empuje.

-¡______!- escuché una voz bastante conocida. ¡Mierda, mierda y más mierda! - ¡Sube al auto! - gritó. Yo no dije nada, solo hice lo que me dijo y comenzó a conducir rápidamente- ¿En que estabas pensando?- volvió a gritar sin apartar la vista del camino.

-Paulo, él me beso, yo...- me interrumpió.

-¡Si claro, pero tu no hiciste nada para detenerlo!- seguía gritándome, en serio estaba enojado, nunca antes me había gritado.

Llegamos a casa, se bajó rápidamente del auto dandole un portazo y me dejó atrás. Nunca había visto a Paulo de esa manera, en serio lo desconocía, él es un chico muy tranquilo y pacífico.

Después de pensar un poco, me bajé del auto y entré a la casa. Vi a Paulo y estaba...¿llorando?. Me sentí tan culpable.

-Pau...- me acerqué a él y el no me respondió- Amor...- le toqué El hombro.

-No quiero hablar- dijo con voz quebrada.

-Quiero explicar las cosas, yo no quise...- Volvió a interrumpirme.

-Ya, déjalo así- dijo sin ánimos.

-No, no voy a estar mal contigo por culpa de el, ni siquiera lo conozco bien. Aparte el me besó.

-En serio te quiero ____ y esto me duele- Me miró con los ojos hinchados y la nariz roja. Me sentí mal al verlo así y aún peor si era mi culpa.

-Acuné su cara con mis manos- Yo también te quiero y por eso estoy aquí, tratando de darte una explicación para que no malinterpretes las cosas. Si estoy contigo en este momento es porque quiero estar contigo, con nadie mas.

-En este poco tiempo que hemos estado juntos mi cariño ha crecido por ti- acarició mi rostro- Y no quiero que te vayas.

-No quiero hacerlo- lo besé.

La semana pasó rápido, Paulo por fin estaba libre y completamente para mí. El día de mañana nos iremos de viaje, estoy nerviosa, Paulo no quiere decirme a donde iremos, quiere que sea sorpresa.

Nos levántanos temprano ya que el vuelo era a las 18 hrs, desayunamos y fuimos al aeropuerto. Después de esperar poco tiempo llamaron para el vuelo 32 A.

-Es nuestro vuelo- dijo Paulo agarrando sus maletas para empezar a caminar.

Entramos al avión después de que revisaran nuestro equipaje. Pero por fin ya estábamos sentados en los cómodos asientos de piel.

-Ya dime cual es nuestro destino- dije ansiosa mirando por la ventana esperando a que el gran avión despegara.

-Es sorpresa, te encantará- rió.

No me quedaba otra opción mas que esperar así que me coloqué mis audífonos y después de media hora me quedé completamente dormida.

-Hey...- alguien me sacudió levemente de un lado a otro intentando que me despertara.

-Cinco minutos más- me acomodé para seguir durmiendo.

-Ya llegamos- Susurró Paulo y me acordé que estábamos viajando a no se dónde.

Me desperté y me di cuenta que éramos los últimos en salir del avión así que me apresuré a hacerlo. Cuando por fin salimos del avión me di cuenta que estábamos en Nigeria.

-¿Nigeria?- Pregunté sonriendo.

-Estamos en Nigeria, pero este no es nuestro destino- Respondió de igual manera.

Esas palabras de una u otra forma hicieron que mis nervios y mis ganas de saber nuestro destino aumentaran, ya estábamos muy lejos de casa y al parecer faltaba otro vuelo.

Cásate conmigo [Paulo Londra y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora