Capítulo 21

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Habían pasado cuatro semanas desde que Loki llegó a Wakanda. Y cuatro semanas desde Bucky todavía no despertaba. Shuri le dijo que tardaría un tiempo hasta que Barnes se recuperara, pero la paciencia del Dios se estaba acabando, esa paciencia que siempre estaba orgulloso de tener se estaba agotando.

Por más que quería perderse en su lectura, y esfumar a Bucky de su mente por un tiempo, era incapaz de hacerlo. Lo extrañaba más que a nada en el mundo, y ese hueco en su corazón, ahora se había llenado de abandono.

No resistió más, Loki no podría estar otro día más sin ver a Bucky. Decidió ignorar las órdenes de la princesa solo por hoy, e iría a ver a Barnes al lugar donde se encontraba en un sueño profundo temporal.

Pisaba el césped sin preocupación alguna, acercándose más a las pequeñas aldeas al lado de el río más hermoso y pacífico que nunca había visto. Eso, más la puesta de sol, hacían una combinación perfecta que lo hacía sentir en completa tranquilidad.

Quitándose mechones de su cabello negro de la cara por culpa del viento, pudo visualizar la ya conocida aldea donde solo había entrado en una ocasión, cuando Bucky había sido trasladado hasta allí. Haciendo a un lado la cortina larga para entrar, se agachó un poco por la diferencia entre el marco de entrada y su altura.

Y allí estaba. Bucky en su sueño profundo, vistiendo un par de trapos de los que Loki se habría burlado en otro momento. Su rostro tan tranquilo, que aún así se veía perfecto. El Dios había notado que la barba le había crecido, que parecía que estaba viendo dormir al mismísimo Jesús.

Loki dejó a un lado sus pensamientos cuando una idea demasiado loca y arriesgada se le ocurrió de la nada. ¿Y si él podría despertarlo? Sólo tendría que entrar a su mente y lo demás sería un camino fácil. Negando con la cabeza, rechazó su propia idea. Pero, ¿y si funciona? La basura que le habían mentido ya no estaba, sólo faltaría un pequeño empujón que él podría hacer con su magia.

—Demonios—susurró para si mismo mientras ponía una mano en su frente—. Soy el idiota más idiota de todos los idiotas.

—¿Loki? —una voz preguntó confundida detrás de él—. No deberías estar aquí.

Loki quitó su mano de su cara y volteó para mirar quién lo había interrumpido de su momento de pensar en nada. Un Steve estaba parado frente a él, con las dos manos en su cintura y el ceño fruncido.

—Lo sé, tú tampoco—se acercó a él.

—Te vi salir de tu habitación—Steve se encogió de hombros y después cruzo sus brazos—. Sabía que vendrías aquí.

—¿Y por eso tenías que seguirme? —frunció el ceño y trató de no sonar grosero.

—No—respondió de inmediato, él no quería entrometerse en los asuntos de Loki—. Pero sé en lo que has estado pensando.

—¿Ah, sí? —le preguntó—. ¿En qué he estado pensando, según tú?

Loki no es fácil de leer, pero Steve podía hacerlo sin ninguna dificultad, uno de los tantos talentos del Capitán.

—Sé que quieres despertar a Bucky por tu propia cuenta, ¿no? —le preguntó y siguió hablando—. ¿Tú...podrías realmente hacerlo?

En el punto de vista de Loki, parece que Rogers está tan desesperado e impaciente como él. Steve no quería perder a su mejor amigo de nuevo.

—Sí, puedo hacerlo—respondió.

—No quiero poner en riesgo a Bucky, Loki—le dijo—. ¿Realmente puedes hacerlo?

Ugh, Steve era tan bueno. Pensó.

—Puedo despertarlo.

—¿Podrías hacerlo ahora? —le preguntó.

El gigante de hielo lo pensó por un momento.

—Sí—respondió, mordiéndose el labio—. ¿Pero realmente es una buena idea ahora?

—Es ahora o nunca—Rogers le dijo, con ojos llenos de esperanza.

Loki suspiró. —Lo haré.

Steve dio unos pasos hacia atrás, dándole la concentración y espacio que Loki necesitaba. El hijo de Laufey se acercó a Barnes, puso sus manos frías en la frente de Bucky y cerró los ojos, dejando que su magia lo guíara.

Loki sonrió cuando un Barnes de los 40's se formó en su mente. Con un uniforme que se le veía malditamente bien, esa sonrisa coqueta y el cabello corto. Su sonrisa desapareció, frunció el ceño y su cuerpo se estremeció cuando los recuerdos de Hydra habían llegado. Ya había rabia corriendo dentro de Loki  y trató de controlarse.

Recuerdos buenos y malos podía ver, hasta que inesperadamente sintió una mano sosteniendo fuertemente su muñeca, abrió los ojos volviendo a la realidad, perdiendo el contacto de la palma de su mano en la frente de Barnes.

—¿Bucky? —Loki pregutó esperanzado, mirándolo todavía con la visión borrosa.

—Demonios, funcionó—Steve abrió los ojos, sorprendido, sin creer en la escena que estaba delante de él.

¿Bucky había vuelto?

EL DEMONIO BLANCO ✦ WINTERFROSTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora