River

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Princesa caprichosa:

¿Cómo he de hablar yo sobre aquello que si bien no se me ha privado sentir, jamás he sentido?

Si aquella mujer que vuelve caudaloso el torrente de sus ojos juró solemnemente encomendar todo mi esfuerzo para callar sus lamentos, rescatarlo de aquella metafórica torre alzada en su realidad, realidad que es paralela a la mía, y refutando mis primeras convicciones, ¿Cómo podría yo negar que se me ha privado de amar si ya es otra quien lo espera al atardecer?

Jamás pensé que algo así me pasaría, el sentimiento, no toda esa baratija que inventé sobre la princesa que fue bastante mal evaluada...

Si me lo pongo a pensar, la universidad parece un lugar bonito incluso estando dentro, es lunes, (digo en cuanto a infraestructura, las clases como a la mayoría de los estudiantes me estresan, pero a la vez me apasionan) son las doce y eso significa que debo esperar una hora para mi siguiente clase. Empezar contando quien soy es otra cosa que me parece una baratija, ¿Pero si no lo hago como esto tendría sentido? Me llamo June, hay personas que me dicen Junie, jamás me agrado el apodo en realidad, pero sobretodo mi familia insiste que es lindo, tengo dieciocho años y me esfuerzo por cursar mi segundo semestre de literatura inglesa, y todo esto solo fue el comienzo.

¿Por dónde debería comenzar? Quizás el principio sea una buena opción, aunque y basta de hacer el intento por usar figuras retóricas.

— Regaré las plantas —Me levanté del sillón

— Son las diez —Dijo mi hermana mayor reclamando

— Ya lo sé, quiero hablar con ellas

A los trece años ya era rara, no necesitaba un psiquiatra para confirmarlo.

Así que salí, nunca hablaba con las plantas, si lo hacía con mis gatos (también con los de la vecina). Tomé la manguera y la acerqué a la regadera, comencé a llenarla

Tarareaba la canción de los Simpson demasiado concentrada, a veces pensaba que el patio de los vecinos debería haber tenido cortafuego, ya que esa reja de alambre hacía que prácticamente tengamos plantas compartidas, camine hasta la llave para poder utilizar la manguera y de pronto escuché un ruido, ni me molesté y comencé a regar las plantas, repetí la canción y comencé a regar las azaleas, en eso sentí un golpe fuerte justo frente a mi.

Era el vecino

— ¿Qué mierda? —Lo observe quejarse en el suelo

— Shhh —Comenzó a incorporarse

— ¿Qué mierda? —Lo observé igual de extrañada

— Cállate y date cuenta que vas a ahogar esa planta —No había parado de regar, que vergüenza— Promete que nadie se enterará

— Oka... —Escuchamos una puerta abrir— Escóndete

Se metió tras los troncos de leña apilados, por la puerta de la cocina apareció su madre.

— ¿Qué fue ese ruido? —Dijo la vecina asustada

Lo siento mucho, dejé caer una planta —Fingí que acomodaba la tierra

— Me había asustado —Suspira aliviada— Cuidate, June. Saludos a tu madre —Sonríe antes de entrar en la casa

— Igualmente —Sonreí forzada

Shane y yo hicimos contacto visual y le indiqué cuando podía salir.

— Gracias... —No sabía mi nombre

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