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Siempre he pensado que así como los sueños son deseos reprimidos las pesadillas también lo son, como si aquello que estuviésemos intentando ignorar de alguna forma se colara por el hueco de la cerradura que los contiene, y se manifestasen en los sueños, y si en mi sueño...

Despierto de sobresalto, no recuerdo absolutamente nada de lo que soñé, pero por como salta mi corazón supongo que ha sido malo, intento olvidar todo aquello leyendo las penas del joven Werther, muchos lo consideran tedioso y extremadamente dramático, pero cuando no tienes nada de drama en tu vida las pequeñeces exageradas pueden serte de gran ayuda para llenar las noches de insomnio, ¿Y qué mejor para ello siendo una estudiante de literatura inglesa que leer a un joven enamorado?

Me alisto para la clase de la mañana y soy de las últimas en llegar, tengo mi clase favorita de la semana, literatura europea moderna y contemporánea, y que mejor para ello que tener una docente que se encargue de hacer que cada clase tenga un valor especial, si hay algo que admiro de la señora Fogelberg es su capacidad para hacer que cada clase sea encantadora, y también la forma en que logra verse así estando al borde de los cuarenta, pero dejando en pausa esto último, la manera en que nos presenta cada contenido es simplemente maravillosa, a veces pienso en que me gustaría ser como ella cuando logre titularme; Ella es una mujer sofisticada, no de esas señoras de alcurnia que vez de punta en blanco pasearse por barrios lujosos, no, ella tiene una especie de glamour único fundado en su conocimiento y su aura misteriosa, todo lo que sabemos de ella ( porque no soy la única que tiene una especie de admiración) es que tiene un hijo pequeño pero no tanto, y que su separación fue un verdadero caos, pero más allá nadie sabe nada, podría hasta tener asuntos de esos hiper complicados que van más allá de lo legal y nosotros jamás lo sabríamos, ¿Interesante, no?

Bueno, presto atención y tomo las respectivas notas en mi agenda hasta que la clase se da por terminada.

— June, corregí tu ensayo —Me llamó antes de que pudiera despedirme

— Es cierto, había olvidado que no estuve el día de la entrega

A diferencia de otros profesores, la señora Fogelberg prefería entregarnos en persona nuestros resultados en lugar de enviarnos los resultados vía correo electrónico

— La verdad me gustó bastante, y me gustaría quedármelo si estás de acuerdo —Más allá de la calificación (de todas maneras había aprobado) eso me hacía sentir que realmente había hecho un gran trabajo

— Por supuesto, muchas gracias —La observo con satisfacción

— No hay de qué, que tengas un buen día —Se despide

— Igualmente —Salgo de la habitación

Luego de eso tengo clases de alemán, que son una especie de clases opcionales obligatorias, termino cerca de las dos y me dirijo de vuelta a mi casa, cuando me siento en el sillón leo los mensajes de Shane preguntándome si pasaría por la cafetería por la tarde, le dije que prefería que no, pero si te ofrecen un café gratis es evidente que no puedes negarte, así que acompañada por un perro callejero me dirigí a la cafetería.

— Hola June —Hazel me da un abrazo

La saludo y le devuelvo el abrazo 

— ¿Por qué no llegaste antes? —Hace un puchero

— Salí hace poco de la universidad —Le respondí separándome

— June, viniste —Apareció Shane junto a nosotras

— Si, lamento la demora —Fruncí los labios

— No te preocupes —Me sonríe

— ¿Estás listo para mañana? —Le dice Hazel

heroineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora