Cap 7: Mi chico

616 20 1
                                    

-…Lo siento mucho, pero mi decisión es

Me callo, viendo su reacción. Como no digo nada, sube una ceja y, un poco bruscamente, me dice:

-¿Y es…?

-Y es…-admirando el cojín del sofá, lo cojo y lo admiro en mis manos, para luego mirar a Rikudo, sonriente.

-¿…?

Agarro el cojín con una mano y se lo lanzo a la cara, le da de pleno y se me escapa una risita.

-Sí, no te escaparás tan fácilmente de mí.

-¡¿Entonces a qué viene ese rollito de “Lo siento –imita ha una niñita- pero…”?! –Sonríe y me lanza de nuevo el cojín- Estúpido.

Lo cojo al vuelo y se lo devuelvo, junto a otro.

-Pervertido idiota –le hago burla.

Decidido, viene hacia mí y me hace cosquillas. A duras penas, logro escapar tropezándome con la alfombra y casi me doy contra el sillón.  Me coloco detrás suya, quieto, y él al otro lado. Parecemos unos niños pequeños, pero bueno, por una vez que me divierta no pasa nada. He estado con mucho estrés en el cuerpo y necesito relajarme.

Me muevo hacia los lados, haciendo que dude sobre a donde voy a ir. Rápido, corro hacia el sofá y Rikudo me persigue detrás de mí. Salgo de la sala y subo las escaleras de dos en dos. Agarro el pomo de la puerta y la abro fuertemente, haciendo que de un pequeño golpe contra la pared y entro en la habitación.

Pequeña, suelo de madera oscura, pared y techo azul cielo, cama a la derecha larga pero un poco estrecha color negro y en medio un rayo azul. Encima unos estantes de metal, y a su lado una mesilla marrón oscuro con una lámpara de cono de tela verdad y sujeción de metal. Al fondo un escritorio antiguo con libros y material encima, además de una lámpara negra. Enfrente suyo un mueble con cajones con ropa y otro con sus cosas. En conclusión, entré en la boca del lobo.

Oigo como Rikudo llega al pasillo y me escondo, dentro del mueble que, para mi suerte, está casi vacío y resiste bien. Controlo mi respiración. Una…dos…tres pulsaciones, mi ritmo se va relajando.

-¿Kei, estás aquí? –Oigo en la habitación- No me engañas, la puerta estaba abierta. ¿Cómo es que te has ido a meter en mi habitación? ¿Tanto me quieres que se te ha olvidado?

Tonto, no conseguirás que me descubra.

Un paso cerca de mí me hace ponerme tenso, como si esto se tratara de vida o muerte. Oigo un golpe en el suelo.

-Vale, debajo de la cama no estás.

¿Enserio? ¿Tú crees que cabría ahí? No estoy tan delgado, cacho burro.

El espacio del armario me incomoda un poco, y tener los brazos encogidos sobre el pecho me cansa. Miro a mí alrededor, viendo lo que hay. Ropa tirada, revistas de videojuegos, una caja china… Me muevo un poco y, sin querer, doy a la caja. Oh shit.

-Que descuido el tuyo –se ríe por lo bajo y sus pasos se acercan.

Start Game (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora