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Cap 7 Part 2

-Me da algo de pena, pero bueno…Nada es mejor que el dinero y los secre

-Tsu-chan –le interrumpo, entrando, y señalo fuera, al pasillo-, Hazuki ya ha terminado. Deberías venir ya.

-Oh, sí, claro –se le ve nervioso, y mira a todos lados, menos a mí-. Ey, cuelgo ya, ¿vale? Que estaba en medio de una fiesta. Sí…vale….Luego hablamos –cuelga el teléfono y lo guarda en su pantalón-. Perdón por tardar tanto –se arranca la nuca, sonriendo-, una urgencia.

-No pasa nada. ¿Todo bien?

-Síp. Venga, vamos –pasa a mi lado, y le agarro de la muñeca, mirándole de reojo.

-No sé que ha sido eso, así que, tranquilo, no le diré a nadie. Pero debo admitir que no ha sonado nada bien –no he escuchado lo que ha dicho al final, por el ruido de la puerta, pero lo de antes…-. Espero que no estés metido en nada malo.

-Gracias, no es nada malo –se gira-. Eres un buen chico, deberías alejarte de mí. Soy mala persona –sonríe falsamente-, se nota a leguas.

-¿Quién utiliza ahora leguas? –Sonrío- Estás algo anticuado.

-Mira quien fue ha hablar –me da un leve puñetazo en el hombro, divertido-. Aunque tu ropa ahora estás mejor –se pone serio-. De verdad, gracias por guardarme el secreto.

-Ya me lo devolverás. Bueno, debería pedirte permiso. Se lo voy a decir a una persona, no soy capaz de callarme cuando se algo –me encojo de hombros-, lo admito. Por eso se lo cuento todo a la misma persona, porque se que esa persona me ha prometido guardar lo que le digo. Es como…

-Tu diario –completa la frase y asiente-. Bien, pero espero que tengas razón y no se lo cuente ha nadie más.

Volvemos juntos al salón, entra él primero y es asaltado con preguntas de “¿Dónde estabas?” o “¡Has tardado lo tuyo, ¿eh?!”, y luego yo, volviendo a mi sitio.

-¿A quién le toca? –pregunta.

-¡A mi! –Responde Meredith, levantándose, junto a la peliazul, y cogiendo el micrófono que le tiende Hazuki- ¡Escuchad bien! Vais a presenciar a una auténtica estrella –guiña un ojo y elige una canción-. One, two. One, two, three, four.

***

-Gracias por acompañarme, Tsu-chan –sonríe Hikari, balanceando sus manos unidas, mirándolas.

-No hay de qué. No quería dejar que vinieras sola, por la noche.

-Siento que hayas tenido que acompañarme –le digo, avergonzado, a Meredith-. Me habría encantado acompañarte ha tu casa, pero las normas son estrictas, y a mi me tiene manía el guardia –eso último lo digo en bajito, señalando con la cabeza a mi izquierda.

-Entiendo, entiendo –ríe-. Me gustaría poder hablar más contigo, más seguido, me refiero. ¿Me das tu teléfono?

-No tengo –otra vez el mismo rollo, antes de que hable, sonrío y sigo-, pero sí correo. Si me dejas el móvil te lo apunto, o que te lo diga Tsu-chan, él lo tiene.

-Vale –asiente y se sonroja, tocándose el pelo-. Me ha encantado estar contigo, eres alguien muy majo y, bueno, tienes todo lo que me gusta de un chico.

-Meredith –la interrumpe Hikari, tocando su hombro-, deberías irte ya. Tsu-chan ya se va, y no me gustaría que volvieras sola.

-Está bien –la mira, haciendo que salten chispas, y luego me besa la mejilla, mirando triunfadora a Hikari-. Espero que nos volvamos a ver pronto. Hasta luego –se despide con la mano y va junto a Tsubasa, que también se despide de Hikari y de mí con la mano.