Cap 2. La prueba.

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-Keita-kun. ¿Qué tal el examen? –me pregunta Hikari en cuanto salgo de la sala.

-Bien –susurro-. Pero no hables tan alto, les vas a molestar.

-Perdón, ¿todavía siguen haciendo el examen?

-Sí. Ven, sígueme.

La llevo fuera del pabellón, a un parque que hay cerca, y nos sentamos en los columpios.

-¿A dónde fue Tatsu-kun? –pregunto extrañado- Creí que me iba a esperar.

-Dijo que tenía que ir a no-se-donde –dice moviendo el dedo-. Según él, era urgente. Pero dejemos eso, ¿cómo fue allí dentro?

-Eran 100 preguntas de cada tema. Por eso teníamos que hacer hoy la mitad y mañana la otra. Son 3 horas cada mitad.

-Pobrecillo, debe ser mucha presión.

-Tampoco tanto, si estás tranquilo y no te sudan los sobacos como el que tenía enfrente. Parecía como si no se hubiera duchado en dos semanas, o como si le hubiera echado un cubo de agua –nos reímos los dos.

-Que asco. ¿Y cuando sabrás el puntaje? –se columpia suavemente con la punta de los pies en el suelo.

-El mes que viene –observo a unos niños que juegan a lo lejos y luego a ella.

-Eso es mucho.

-Pero piensa en su trabajo. Son solo 10 profesores para corregir todo eso.

-Ya ya –me mira y sonríe-. Buena suerte, Keita-chan.

-Gracias –sonrío-, Hikari-chan.

-Wee, que maleducado.

-Pero pareces de –chan.

-Nuuu –se enfurruña.

-Ship.

Los demás días pasan normal, bueno, normal no. Estoy siempre nervioso por el resultado y por las tardes no paro de andar por el pabellón de exámenes. Tengo miedo –normal- de que no aprobara, de que me hubiera equivocado en las preguntas y no llegara ni a la mitad. En estos momentos de tanto pensar me doy media vuelta y vuelvo a mi habitación a tumbarme en la cama y reposar.

Un día antes de que dieran los resultados, estaba tan cansado que me dormí y, al día siguiente, me despierto “un poco” tarde. Me visto rápidamente y corro hacia el pabellón. Cuando llego hay una enorme fila para recoger los resultados, tan grande que tengo que esperar dos horas y media.

-Gakusa, tome.

-Gracias, sensei.

Sin abrirlo, vuelvo a mi habitación y espero a Tatsu. Como no viene, ando por los alrededores, hasta que finalmente le encuentro en el patio, hablando con su grupo de amigos. Cuando me ve, me saluda con una mano, se disculpa con ellos y corre hasta mí.

-Tatsu-kun –digo mientras me acerco a él, molesto.

-¿Eh? Keita-kun, ¿qué pasa?

-Te estuve esperando el la habitación.

-¿Para? –ladea la cabeza.

-…

-Un momento –puso cara de pensar y de repente se da cuenta, abre mucho los ojos y luego los cierra con fuerza, juntando las palmas de las manos-. Lo siento lo siento Keita-kun. Me olvidé por completo.

-No pasa nada, pero ven –le hago un gesto con la mano y doy media vuelta-, vamos a abrirlo.

Nos encaminamos a la habitación en silencio, yo mirando el suelo y él a su alrededor. Estoy tan preocupado que tan rápido como me enfadé le perdono.

-Vaale. Lo siento de veras, si quieres te lo puedo recompensar.

-Tranquilo –le acaricio la cabeza y sonrío-. Estás perdonado.

-Pero si quieres te lo puedo recompensar con abracitos –sonríe picadamente.

-No, gracias. Ah, ya llegamos.

Abro la puerta de madera por el pomo dorado y nos sentamos en la cama. Miro el sobre sin decidirme si abrirlo o no.

-Keita, es imposible que no hayas aprobado –intenta animarme-. Hay un cien por ciento de posibilidades de que apruebes.

-Te equivocas. Es un noventa por ciento. Y ese diez sobrante cuenta.

-Simplemente ábrelo, la incógnita me está matando.

Start Game (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora