History of my life: Un final feliz... supongo

64 5 1
                                    

   Corrió hacia donde provenía el disparo esperando encontrarse alguien desangrado en el suelo, concretamente a su humano de la guarda. Pero tan solo se encontró un agujero en la puerta de un coche, seguramente de bala. No había nadie, ni ella ni la banda John. ¿Dónde estarían? ¿Cómo se habían podido ir tan rápido? Se fijó más en la escena y miró algo atemorizado las pequeñas gotas de sangre en el suelo.

   Alguien había resultado herido.

   Intentó mirar para otro lado y, con esfuerzo, lo logró. Miró frenéticamente a su alrededor, buscando a alguien. Pero, como ya dije antes, estaba solo. Decidió, pues, seguir aquel ratro de sangre. Pero otro inconveniente se opuso a su búsqueda. El camino terminaba en un sitio del aparcamiento vacío. Sabiendo que no podría hacer nada decidió preguntarla que había sucedido cuando la viera. Hasta entonces tendría los nervios de punta.

    2 meses más tarde aun seguía esperando. Por una parte preocupado por auqella mujer, y por otra seguro de que no estaba en mal estado. En todos aquellos meses no había llovido ni una vez, por lo que no habría servido de nada ir a la vieja fábrica abandonada, pero aun así lo hizo. Albergaba una pequeña esperanza de encontrarla, como siempre, apoyada contra la pared mirando al horizonte con su largo y brillante pelo rojo moviéndose por el viento, y teniendo en su mano, su cuello o en cualquier lugar un objeto color rojo, En todo aquel tiempo el no había estado cruzado de brazos, esperando como un perro espera a su amo. No. Había estado pensando qué hacer, a donde ir, cuando estuviera en Japón. Tenía claro que, aunque fuera la universidad más cara, iría. Tendría que estudiar fuerte y tendido, pero eso no era un problemaa. Lo que sí lo era es el dinero y su hermana. « ¿Cómo consigo el dinero? Y, aunque lo tuviera, ¿y sí le pasa algo a Samantha y mis abuelos no pueden ayudarla? Yo menos podré si estoy a cientos de kilómetros »

   -Hermano, no te preocupes por mí –dice ella sorprendiéndole. ¿Lo había dicho en voz alta?-, y menos por el dinero –se acerca a a él, empujándo la silla de ruedas-. Los abuelos me cuidarán, y si no yo puedo solita. Aunque no tenga movilidad, puedo hacer muchas cosas más –sonríe.

    -…Pero si alguien te ayuda es mejor.

   -“Es mejor”, pero puedo sola. Hay gente como yo que no necesita ayuda.

   -Tienen un asistente.

   -¿Y viejo Juanjo tiene un asistente? ¿O Noelia? No, se valen por sí mismos. Y muy bien. Si me pasa algo, o a los abuelos, puedo ir a pedirles ayuda, o a otras personas. Puede que sea inválida pero no soy tonta.

   -Bueno…eso último no es del todo cierto –dice él con cariño.

   -Mira quien fue a hablar.

   -Soy más listo que tú, eso no lo puedes nefar.

   -Ñe ñe ñe ñe –hace caras de burla y se ríen los dos-. Hermano, ven un momento.

   Sin dar explicaciones le guió hacia un lugar de lacasa. Él no sabía donde iban y sentía curiosidad, pero decidió que era mejor callarse. Cuando llegaron al cuarto de Samantha no pudo reprimir su extrañeza y curiosidad, por lo que pregunta:

   -¿Qué hacemos aquí?

   -Quiero darte una cosa, no te muevas. ¡Y cierra los ojos!

   Hace una mueca.

   -Cierra-los-ojos. Qu eme enfado –se cruza de brazos intentando en vano ser amenazante-. Y extiende las manos.

Start Game (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora