Dedicado a misticaespiral.
- Bien, lo haré - le dije a mi tía desde el teléfono, ella era mi favorita, éramos casi idénticas, y no solo por el cabello, si no, en nuestros gustos.
- Recuerda, dile lo que sientes - me guiñó el ojo, sonriéndome y me riborizé.
- Vale.... Lo... Lo intentaré - tartamudeé, no entendía porque tenía que decirselo a él, de todos modos, yo no le gustaba, ni mucho menos. Mis experiencias en el amor lo decían todo sin necesidad de un diálogo. Todas fueron un total fracaso, y de los grandes.
Dejé el teléfono sobre la mesilla de noche, y me llevé la mano a la cara, suspirando.
¿Porqué se lió con ese tipo de sensaciones? Pues, eso era muy fácil de explicar; y todo en una palabra: Jack.
Él había sido el responsable de que ella hubiera marcado a la abuela en busca de ayuda urgente. Él había causado que todas las novelas románticas que yacían tomando polvo en la biblioteca hubieran desaparecido de los viejos estantes, y que ahora estuvieran en el escritorio de Annie unos sobre otros. Él era el único responsable de que el nuevo integrante de la familia estuviera ahora sobre el viejo colchón que Annie le había dejado ahí a propósito, él era el culpable de que sus sentimientos estuvieran ahora a flor de piel.
Miró la foto en la que su madre y su padre estaban sonriendo el día de su boda, bailando al parecer una música animada.
¿De verdad habría una felicidad
como aquella? Sin importarles lo que la gente dijera de ellos, solo disfrutando el estar uno con otro.
La voz de su madre interrumpió sus pensamientos.
-Annie, ¡ven a desayunar!
Cerró sus ojos, tratando de controlar las lágrimas en ellos, ¡maldita sea no! No llores, Annie, no llores.
Forzando una sonrisa, bajó las escaleras.
-¡Al fin!, ya me estabas asustando.
Annie miró el cuenco de cereales que su madre le había dejado en la mesa, y sin responder a su madre, se sentó a la mesa y tomó la cuchara, removiendo el cereal de su plato, aunque sin ganas de probar bocado.
-¿Se puede saber que te pasa hoy?- inquirió su madre después de observarla con preocupación.
Annie se encogió de hombros y se juró que la última en enterarse de que Jack le gustaba sería ella.Su madre miró el reloj.
- Entras a clase en menos de veinte minutos - le informó. - Date prisa.
Annie dejó su plato como estaba y tomó el cepillo.Entonces, el pequeño habitante de el cojín viejo bajó por las escaleras, y se fue directo hacia ella maullando.
Con pánico, Annie lo empujó levemente con el pie hasta que estuvo fuera del alcance de la vista de su madre, y le hizo señas para que se callara, gesticulando mucho con la mano.- Shh!! Mamá me matará si te ve, así que quédate ahí y todo estará bien - Annie abrió la puerta del armario y empujó al pequeño felino dentro, luego, procurando parecer tranquila, salió del baño y tomó su mochila.
Menuda suerte, se dijo mientras tomaba el metro.
Esperaba que no pasara más aquel día, a decir verdad, necesitaba un descanso de tanta mala suerte.
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Sonríe, por favor
Novela JuvenilNo te estoy pidiendo que me ames, aunque yo lo haga. Sólo sonríe. Sonríe por favor