Hace poco saltó la noticia de que una militante feminista y lesbiana fue denunciada por acoso sexual de parte de uno de sus alumnos, que además es gay.
Avital Ronell es una superestrella de la filosofía. Reverenciada en la escena académica mundial, esta profesora de la Universidad de Nueva York (NYU) es una presencia demandada en conferencias, seminarios y publicaciones especializadas.Sin embargo, fue suspendida durante un año de la universidad donde enseña; por la acusación de abuso sexual de parte uno de sus alumnos.
Ronell lo ha negado todo. Quizá era menos de esperar que un numeroso grupo de lumbreras académicas saliera en su defensa. Entre ellas, otras feministas relevantes, como Judith Butler o Diane Davis, que han utilizado excusas y justificantes familiares: las que se han utilizado en los muchos casos protagonizados por hombres y que el movimiento #YoTambién ha atacado con fiereza.
El denunciante es Nimrod Reitman, que tuvo a Ronell como mentora académica durante años y que ahora es un investigador en la Universidad de Harvard. «The New York Times» ha tenido acceso a parte del informe elaborado sobre el caso por NYU, siguiendo un procedimiento conocido como Title IX, instaurado en las universidades para responder a casos de acoso sexual en los centros universitarios. En él, Reitman detalla tres años de acoso sexual, incluidos abusos verbales y físicos por parte de una persona que ejercía una relación de poder frente a él: el calibre académico de Ronell y su capacidad de favorecer a un protegido podría determinar el recorrido académico de su estudiante.
La decisión de NYU fue que el acoso sexual de Ronell era «suficientemente amplio como para alterar los términos y las condiciones del entorno educativo de Reitman», lo que motivó su sanción, decidida en mayo, pero tomada con la máxima discreción.
Como en otros casos de la era #YoTambién, Reitman asegura al periódico neoyorquino que tenía miedo de su profesora y de su poder, y que aceptaba un comportamiento que le violentaba. Todo comenzó en la primavera de 2012, cuando Ronell invitó a Reitman a pasar unos días en París. Según su relato, hizo que le cogiera los pechos con sus manos, le hizo tocamientos, le besó. En Nueva York, al otoño siguiente, hizo algo parecido en el apartamento de Reitman, al que Ronell acudió porque el huracán ‘Sandy’ había dejado su casa sin electricidad. Las comunicaciones con alto contenido sexual eran habituales, y Ronelle ponía motes relacionados con sus partes íntimas. Tanto Ronell como Reitman son homosexuales.
Cuando NYU substanciaba su investigación, medio centenar de profesores de prestigio -entre ellos, Butler, Davis y otras feministas- de todo el mundo mandaron una carta a la universidad para exigir que no se sancionara a Ronell. Sus argumentos se basaban en desacreditar al denunciante y recordar la valía profesional de la acusada, en un calco de la defensa que se hizo en su día de hombres poderosos acusados de comportamientos similares. «Algunos de nosotros conocemos al individuo que ha desatado esta campaña maliciosa», «declaramos nuestra profunda y duradera admiración a la profesora Ronell», «las alegaciones no constituyen pruebas», «pedimos que se le trate con la dignidad merecida por alguien de su posición y reputación internacional»… Todo ello a pesar de que los profesores reconocían en la carta no haber tenido acceso a las alegaciones y pruebas presentadas por Reitman en la investigación.
El contenido de la carta, que fue obtenida por Brian Leiter, un profesor de Filosofía de la Universidad de Chicago, ha provocado esta semana fuertes críticas por el doble rasero utilizado por los firmantes cuando el acusado es uno de los suyos. La decepción era más marcada con las firmas feministas, en especial con Butler, cuyo nombre aparecía el primero de la lista en defensa de su compañera.
Ahora bien, muchos se preguntarán... ¿Como es posible que un homosexual acose sexualmente al otro?
Sucedió, esta noticia fue publicada en muchos medios de comunicación de renombre, como en este caso en el NY Times.
Ya veo los comentarios diciendo: "También hay profesores heterosexuales que abusan de sus alumnas"
¿Por eso van a hacer de menos el abuso que sufrió este pobre chico?
Personalmente he visto como amigos míos que son homosexuales me han contado que fueron víctimas de abuso por compañeros de clase, profesores, etc., y no se atreven a decir nada por temor a comentarios del tipo: "Seguro le gusto". Asco.
Como lo he dicho antes en este mismo libro, cuando una feminista es acusada de abuso enseguida las demás tachan de mentiroso/a a la víctima. Ahí sus campañas de "Yo si te creo" quedan por el suelo.
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Cortinas De Humo Del Siglo XXI
De TodoEste libro existe porque me cansé de toda la desinformación que hay con respecto al feminismo moderno y la progresía. Si eres alguien que se ofende con facilidad, este libro no es apto para ti :) No más engaños.