No sufras por mi dolor »Ziam«

Capítulo 5

—Motivos tienes para ello—dijo Louis serenamente—. No se habla de otra cosa. Los primeros días, como nadie sabía, pero ahora...—Se inclinó hacia adelante—. Te daré un whisky, Zayn. Me parece que lo necesitas más que nunca. ¿Sabes que hora es?

—Las diez por lo menos. Me sentaba en la mesa cuando mi madre empezó otra vez. No puedo soportar oír de eso.

Louis se levantó y le sirvió un whisky sin que Zayn respondiera—. Toma, Zee. Bebe. Yo estaba dándome un baño para salir a dar una vuelta. Hoy tengo ganas de ir de fiesta. Me siento encerrado aquí como nunca...—dejo de hablar al ver a Zayn mirar desinteresadamente un cuadro—. Es lo que no me explico, Zayn. Que hayas cambiado a Liam por una chica... Por Gigi.

—¡Cállate!

—Después de siete años...

—Gigi tiene un encanto especial.

—¿Qué dices, Zee? ¿Un encanto una muchacha tan... Vulgar?

—No es vulgar.

—Por que la amas.

—Es apasionada.

Louis levantó una ceja. Zayn bebía el contenido del vaso de un solo tragó. Tenía los ojos cerrados y como una crispación en los labios.

—Zee, no me digas que después de siete años, sales diciendo que Liam no lo es.

Se sentó de golpe. Asió las sienes con ambas manos y agitó la cabeza en un desesperado en negación—. No lo comprenderías aunque te lo explicará, Lou.  No es posible que alguien me entienda.

—¿Te comprendió... Liam?

—¿Leeyum?

—Si, él.

—No le dije... exactamente por qué. Fuí un cobarde. Gigi, para mí, tiene un encanto especial. Ese encanto que fui perdiendo poco a poco con Liam. Él es tan fino, tan elegante, tan distinguido... Tú entiendes eso, por Dios, por qué si no me entiende alguien, me voy a volver loco.

—No puedo entender, por qué no te explicas. Dices que Gigi es apasionada. Eso me hace pensar que Liam siempre fue frío contigo.

—No es eso. ¿Sabes cuánto años hace que no beso a Liam?

Louis se sobo el cuello, la toalla cayó del cuello. La recogió y la volvió a poner alrededor de su cuello.

—Tres años—gimió Zayn con desesperación—. No me preguntes cuando comenzó a enfriarse las cosas. Ni si jamás estuvo candente. Empecé admirar a Liam cuando tenía catorce años y nadaba en la piscina de su casa. Cierro los ojos y me aparece aún verlo emerger y sumergirse como un Dios. Así empecé. Como un niño admirando un juguete. Lo nuestro fue siempre respetuoso, suave, sin apasionamiento, ni alteraciones, pero también comprende Louis. Sin emoción alguna. Yo buscaba en mi mismo razones a todo aquello. Cuando me di cuenta, éramos novios. No me preguntes cuando ocurrió, un día Liam se lo dijo a todo mundo de su gusto y me encontré que éramos prometidos.

—¡Zee!—gritó Louis—. ¿Es que hablas así para que te desprecie?

—¿De qué hablas?

—De lo que hablas. No me digas que te han forzado a una relación que no querías.

Zayn puso de pie. Entre sus manos aún tenía el vaso pero ahora vacío.

—No, no se trata de eso, Louis. Fuí consiente de lo que hacía y puedo asegurarte que aquel tiempo y aún mucho después yo lo amaba. Lo amaba tanto que me hubiese vuelto loco si me  dicen que no iba a ser mío.