Aldous y Milo
Por muchos años se recordó la batalla entre la hechicera Triana y los habitantes de todos los reinos existentes en esa época.
Pero como todo en la vida el tiempo es inevitable que transcurra, nuevas batallas surgieron entre los humanos, reinos cayeron y renacieron nuevos, las enfermedades y el hambre atacaron al hombre.
El mundo se sumergió en el caos, la humanidad se regía bajo sus propios intereses y avaricia.
Pasaron 1000 inviernos y el recuerdo de la hechicera Triana solo quedó en cuentos de ancianas y leyendas para asustar a los más pequeños.
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Cada año los habitantes de Bylón un pueblo pequeño del sur protegido por las grandes y verdes montañas que se encuentran a su alrededor, celebran la temporada de cosecha y dan gracias a los dioses por sus bendiciones y protección. Es un pueblo pacífico con aguerridos guerreros, entrenados desde pequeños para proteger y cuidar a su comunidad. Se escucha los gritos y voces de algarabía de todos sus habitantes por las festividades, para Theobald líder de la comunidad, este año es especial porque su hijo Aldous cumple 10 años de edad y eso implica que desde ahora empezara su entrenamiento como el próximo sucesor y líder del territorio de Bylón.
En el bosque cerca de los territorios de Bylón se encuentran cuatro niños jugando y practicando con las ramas de los árboles como si fueran espadas, simulan que están en una batalla de vida y muerte, se escuchan los golpecitos que hacen con la madera y sus risas son ecos que se escuchan por todo el bosque. Aunque uno de ellos solo está sentando observando como sus tres amigos juegan, perdido en sus pensamientos ya que pronto todo estos juegos y escapadas al bosque ya no se le permitirán, porque su nuevo entrenamiento no le dará tiempo para jugar con ellos.
--Una moneda de plata por tus pensamientos –dice Milo, el mejor amigo de Aldous
Aldous se voltea y trata de sonreírle a Milo
--Vamos no es el fin del mundo, solo te ensañaran a ser un buen guerrero, no es que te vayan a cortar las bolas --sonríe Milo tratando de darle ánimos a Aldous.
--Pues cuando sea un gran guerrero al que le voy a cortar las bolas es a vos. –-sonríen los dos al unísono.
--Por fin una sonrisa, futuro líder de la comunidad –-dice Milo haciendo una pequeña reverencia.
--No juegues conmigo Milo, para mí esto es muy importante, implica que ya no jugaremos y no pasaremos mucho tiempo juntos. Vos has visto lo que le sucede a los guerreros, tienes el ejemplo de tu hermano Icazar, recuerdas que él jugaba con nosotros cuando éramos más pequeño, y ahora a duras penas lo vemos y si nos saluda es de lejos, ya no tiene tiempo para nosotros. Los nuevos guerreros en su entrenamiento deben seguir reglas y entre esas reglas esta, no perder el tiempo en juegos absurdos, eso dice mi padre. Milo tu solo no eres mi mejor amigo sino también mi hermano, no nos une líneas de sangre pero te has convertido en la persona más especial para mí. Sabes que no tengo hermanos y desde que te conocí has representado ese papel y no quiero perder eso, no quiero perderte como perdí a mi madre –-concluye Aldous con un semblante decaído.
--Oye cabezotas ¡Nunca me perderás! tengo nueve años y medio, pronto estaré en la filas de entrenamiento y estaremos juntos. Recuerda yo cubro tu espalda, seré tu escudo. Y hoy en este bosque te juro que cuando seas el nuevo líder de la comunidad, yo estaré a tu lado, seré tu más leal y fuerte guerrero. –-lo mira Milo con firmeza a Aldous
--Pero son seis meses que tengo que esperar para que te unas a las filas de entrenamiento –-dice Aldous con lágrimas en los ojos.
Al ver que Aldous quiere llorar, Milo lo abraza y le susurra en el oído...
--Oye, no es de un futuro líder llorar enfrente de sus súbditos, que crees que van a pensar, nunca demuestres tu debilidad a nadie, así que limpia tus lagrimas con mi ropa antes que te vean Marcus y Reinal.
--Muy tarde, ya los vimos enamorados, no sabía Milo que te inclinabas por ese lado.--se burlan Marcus y Reinal.
--Pues sí, me descubrieron y ahora voy por ustedes... --Persigue Milo a sus otros dos amigos.
Aldous observa la escena y empieza a reír a carcajadas, tiene miedo por el futuro que le espera, pero piensa que mientras Milo este con él, no necesita preocuparse por lo que vendrá ya que entre los dos lo enfrentaran. Empieza a correr detrás de sus amigos fingiendo que les cortara la cabeza por haber ofendido al futuro líder de la comunidad de Bylón.
Todos cansados por una tarde llena de aventuras y hermandad se dirigen a sus hogares, pero en el transcurso del camino escuchan gritos en su aldea, y lo aterrador de esas voces es que no eran de algarabía y gozo, se escuchan gritos de socorro, desesperación y dolor. Los niños se miran el uno al otro y empiezan a sentir temor, corren a toda velocidad y salen del bosque, al llegar sus cuerpos quedan petrificados por la escena terrorífica que observan.
Las casuchas de su aldea están incendiándose, todos corren de un lado al otro, un grupo de guerreros desconocidos por ellos están arrasando con la personas de su aldea y quemando todo a su paso, observan que sin ningún rasgo de piedad esos jinetes entran en cada hogar y van asesinando a todos los que encuentran adentro. Los niños no pueden creer lo que está pasando, están absortos en lo que ven, entonces una voz los despierta diciendo...
--Corran al bosque lo más lejos que puedan y no vuelvan –es Icazar el hermano de Milo que les indica a los niños que huyan.
Milo observa a su hermano herido en el brazo y entra en pánico al ver que esta todo cubierto de sangre.
--Estas herido Icazar, déjame ayudarte –dice Milo prácticamente llorando
--No entiendes, dije que se largaran al bosque, ¡Ahora! –- grita Icazar
-- Mi padre está allá, necesito buscarlo y ayudarlo, necesito saber si está bien - indica Aldous.
--Ustedes todavía son niños, no pueden ayudar en nada, lo único que pueden hacer es ocultarse hasta que todo termine. No se preocupen, nuestro líder nos protegerá.
--Aldous tu padre estará bien, recuerda él es el mejor guerrero de todo este territorio y no va a dejar que nadie más salga herido, así que obedece y ocúltate en el bosque con los demás --sus palabras son un bálsamo para el corazón angustiado de Aldous.
--Y vos Milo protege a Aldous y a los demás - señala a Marcus y Reinal.
--Confió en ti, promete que no voltearas a pesar de lo que escuches y no regresaras hasta que todo esté tranquilo. Es una promesa entre hermanos. -–Icazar acaricia suavemente la cabeza de Milo mientras dice estas palabras mirándolo a los ojos.
--Pero..Pero --no termina de hablar Milo, cuando Icazar lo toma del brazo y lo abofetea, todos quedan sorprendidos por esta reacción tan inesperada.
--¿Quién eres? --Pregunta Icazar
--Mírame Milo, ya no eres un niño y en este momento me vas a demostrar que eres el hijo del consejero y guarda personal de nuestro líder, mi hermano no es un cobarde ¡Entendido! –-sus palabras hacen que Milo tome valor y limpie sus lágrimas. Toma del brazo a Aldous y corre hacia al bosque.
Pero los niños olvidan rápido sus promesas por sus corazones frágiles, Milo voltea un momento para despedirse a la distancia de su hermano, cuando un jinete a toda velocidad y sin darle tiempo de reaccionar a Icazar le corta de un tajo la cabeza.
--¡Nooooo! –-se escucha el grito desesperado de Milo.
Corre a toda velocidad hasta donde se encuentra el cuerpo sin vida de su hermano, sus amigos tratan de detenerlo pero no pueden.
Al llegar Milo grita y llora desesperado porque no puede creer que su único hermano yace muerto ante sus pies. El jinete al ver lo que sucede baja de su caballo y trata de agarrar del brazo a Milo, pero él en un momento de arrojo toma la espada de su hermano y trata de golpearlo. El guerrero al ver la osadía de Milo se ríe y lo golpea con su espada en la cabeza. Milo va perdiendo poco a poco el conocimiento y ve a la distancia a sus amigos que corren a su encuentro gritando su nombre.
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Uriel y el Medallón de la Oscuridad
FantasyUriel de Cortázar, conocido como el "Caballero Negro", pasa su vida en una batalla a otra, temido por la gente, odiado por sus enemigos, todo a su paso es muerte y destrucción. Un día su rey, el regente de los territorios del Sur, le asigna la misi...