Capítulo 9

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La nueva profecía

Es una noche cálida en las frías paredes del palacio del rey Dietrich , sólo se escucha las voces de los guardias cambiando su vigía. Se observa al fondo de las caballerías a un joven de envidiable figura bañando a su corcel, que al igual que él posee una melena negra que brilla a la luz de la luna.

---¡Quédate quieto Sombra! para terminar más rápido ---- A pesar de la orden, el caballo se mueve  de un lado a otro. Sin contemplaciones el caballo sacude su cola golpeando  el rostro de su dueño, haciendo que éste afloje el balde de agua y se riegue en el suelo.

----¡Hiii...! ---Relincha el caballo mostrando sus dientes como señal de burla frente a su amo.

----¿Vas a continuar con esta joda? Cada vez que te limpio es la misma situación contigo Sombra. Eres un semental adulto, así que compórtate como tal. Vas a lograr que me canse de vos y me busque otro caballo más obediente---El hermoso caballo lo mira y con sus pezuñas golpea el banco en donde está sentado el joven, logrando que éste caiga al suelo.

---¡Hiiii...! ---- vuelve a relinchar el caballo como festejando su osadía.

---¡Eres terco, obstinado y testarudo!--- expresa estas palabras algo molesto el joven.

---Dicen que las cosas se parecen a su dueño, ¿No crees Uriel? --- Uriel fija su atención en dirección a la voz, y desde las sombras sale la princesa Uriely con una sonrisa en sus labios pintados de color rojo carmesí que armonizan con sus ojos color miel y su tez blanca como porcelana. Se acerca a Uriel poco a poco, mientras se acerca el brillo de la luna traspasa su fino camisón dando a relucir su delicada figura, ya que no lleva nada puesto debajo de él.

Uriel la observa detenidamente, sin apartar los ojos de ella. La princesa Uriely se siente complacida por lograr distraer con su hermosa figura al caballero que todos temen y veneran. Al estar cerca de él posa sus labios en los suyos, besándolo con una pasión desmedida. Uriely se deja llevar por esos besos y empieza a recorrer con sus dedos lentamente el dorso desnudo de Uriel, como si tocara seda fina. Sus labios empiezan a  recorrer el cuello de Uriel, cuando siente que sus muñecas están atrapadas en los puños de él.

---Si crees que soy Eru que se excita y cae en tus simples coqueteos, estas muy equivocada--- Uriel la aparta bruscamente sin mostrar ninguna emoción en su rostro, mientras que Uriely lo mira ofendida por su actitud.

---¡ Te atreves a despreciarme! ---grita Uriely con un rostro lleno de ira--- . Acaso se te olvido quién soy  ¡MALDITO BASTARDO!

---Confieso que estas de buen ver, pero no tanto como para tentarme. No estás a la altura de mis demandas, ni siquiera para levantar  el polvo un rato--- Las palabras de Uriel hacen que el rostro de la princesa se torne colorado por la ofensa.

---¿Quién te crees que eres? Debes sentirte complacido, que yo, la princesa de este vasto reino te busque a ti, un simple campesino recogido. Que si no fuera por la misericordia de mi padre, hace rato hubieras sido carroña para los cuervos. Me debes respeto y honra como tu superior, no debes olvidar que eres un simple esclavo---La princesa frunce el ceño y lo mira con inferioridad.

---¡Respeto¡ ¡Honra! son dos palabras que no te describen, vienes a altas horas de la noche a brindarte como una prostituta, y esperas respeto de mi parte. Que te quede bien claro ¡No soy tu juguete sexual!, tampoco me someto a tus frívolos juegos, para eso está Eru. Estoy más que seguro que te está esperando despierto en sus aposentos para jugar contigo ----A la princesa no le cabe en el pecho tanta humillación, que muerde su labio inferior haciendo que sangre levemente.

---Haré que pagues esta humillación ¡Pedazo de mierda!, porque te juro que... --- sin poder terminar la oración, Sombra empuja con su cola a la princesa, logrando que ésta caiga al piso mojado en su trasero.
---¡Sucio y repugnante caballo! Haré que mi padre te sacrifique y seas comida para los esclavos--- Uriel la toma del brazo y la levanta, rodea su cintura con sus musculosos brazos y coloca su rostro muy cerca al de ella que puede sentir su respiración.  La princesa siente como su corazón palpita fuertemente y sonríe satisfecha por lograr que Uriel haga lo que ella quiere.

Uriel y  el  Medallón de la  OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora