CAPÍTULO 33:

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*NOTAS DEL AUTOR/A:
"Advertencia: 
- violencia típica del canon
- muerte de un personaje canónico."

"Esto está en las etiquetas, pero ya que vamos a ver algo de eso ahora, pensé que debería advertir a todos de nuevo. Este capítulo y el próximo presentarán fragmentos de diálogo canónico. Kaecilius tenía algunas líneas bellamente escritas... No pude obligarme a omitirlas."

*****

Stephen bajó la punta de su pluma estilográfica y la arrastró por la página. Controlaba cuidadosamente los músculos de su mano, pero una sacudida brusca arruinó la línea nítida y limpia. Stephen suspiró y cerró la tapa de su pluma. Levantó el cuaderno lleno de intentos anteriores. Las líneas se zigzagueaban como un electrocardiograma defectuoso. Stephen dejó la libreta y se recostó en el sofá. Estaba aburrido de su mente. No debería estarlo, ya que solo había pasado dos días de su descanso de una semana, pero lo estaba, y eso lo estaba volviendo loco.

Stephen inspeccionó la sala de estar vacía, notando de nuevo, que él era el único en la torre sin trabajo. Tony ocupaba el laboratorio junto con Bruce, Maya Hansen y James Barnes. Bruce y Hansen se encontraban trabajando en Extremis, cosa en la que Stephen estaba seguro, sin embargo, Tony no le reveló lo que él y Barnes habían estado haciendo. Tenía que ser sobre SHIELD, ya que su amenaza de revelar la muerte de Killian había sido lo que había devuelto a la Doctora Hansen. Stephen deseó que la semana pasara más rápido. Detestaba estar fuera del circuito, especialmente cuando dicho bucle concernía a Tony.

—Doctor Strange, ¿le puedo sugerir que tome la colación de la mañana? Es importante mantener estable el nivel de azúcar en la sangre —aconsejó JARVIS. Stephen había aprendido durante mucho tiempo que JARVIS no era tan condescendiente como su hermana menor. Fue a la cocina y le arrebató una manzana al frutero.

—Esto es ridículo. JARVIS, dile a Tony que voy a Kamar-Taj. No es para entrenar. Solo recuperaré algunos libros —Stephen dio un mordisco; el agrio olor de la fruta despertó sus perezosos sentidos.

—Un momento por favor, doctor.

Stephen se puso el anillo doble. Iba vestido con una camisa de color crema con pantalones a juego y mocasines negros. Se apresuró a meter el atuendo en su maleta de cuando se mudó, desde entonces los habían guardado en una esquina de su armario para recoger polvo. Stephen las buscó esta mañana porque había estado buscando algo "normal" para ponerse. Habiéndose acostumbrado a sus túnicas de hechicero de algodón, la mezcla de seda se sentía extraña contra su piel. El material estaba frío, su textura resbaladiza y propensa a las arrugas. Stephen no había ido de compras en casi un año. Él nunca tuvo la necesidad de hacerlo. Tony le suministraba su equipo de batalla y Kamar-Taj su uniforme de entrenamiento. No tenía idea de lo que estaba de moda, un hecho preocupante y liberador. Stephen suponía que debería usar el tiempo de inactividad para ponerse al día con lo que se había perdido, pero la verdad era que a él no le importaba nada.

—Stephanie, pensé que teníamos un acuerdo —la voz disgustada de Tony sonó por el intercomunicador.

—No tardaré. Me iré tan pronto como tenga los libros y luego nos haremos comida italiana para almorzar.

Hubo una breve pausa.

—¿Lo prometes? —fue la vacilante respuesta de Tony.

—Lo prometo —Stephen tocó la pantalla de su reloj. Eran las 10.30 a.m., tenía mucho tiempo. La capa sintió su inminente partida y se posó sobre sus hombros. Stephen sostuvo su brazo izquierdo frente a él y giró círculos con su derecha. Cuando cruzó el umbral, era de noche en Katmandú.

"ANEW" (De nuevo) - TRADUCCIÓN AUTORIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora