Natalia se encontraba atendiendo a todos los clientes que se acercaban a la barra y le regalaba una sonrisa a modo de cortesía, pero de vez en cuando, echaba un vistazo a la entrada para ver si veía a Martha. La última semana, un chico de nombre Jhonny, le coqueteaba sin parar, era apuesto no podía negar, pero sus ojos cafés y su piel morena, no le llamaba la atención. Aunque tenía meses sin ver a Martha, no perdía la esperanza de cruzarse con ella, aun cuando todos los pronósticos demostraban lo contrario. A pesar de que aquel tipo no perdía el tiempo para hacerle un piropo o intentar robarle un beso, ella siempre lo evadía con la excusa de que tenía novia. Cuando en realidad, estaba soltera, pues no quería comprometerse con nadie, no mientras tuviese a esa chica de ojos verdes en su cabeza.
—Oye, ¿Qué pasa contigo? —Elsa la regañó, tenía más de una hora viendo como su amiga coqueteaba con el chico que le gustaba.
—¿Perdón? —dijo, no tenía idea a qué se refería su amiga.
—Necesito que me aclares algo, ¿Lo tuyo son las mujeres o los hombres? —le preguntó. No comprendía a que estaba jugando Natalia, supuestamente estaba esperando aquella chica con la que se besuqueo y ahora parecía no despegarse de Jhonny.
Natalia frunció el ceño, podía intuir por donde venía aquel reclamo, decidió tomarla del brazo y la apartó de la barra para encararla—Si tanto te atrae ese chico, porque no se lo dices y ya—la miró seria—Estoy cansada de tus escenitas de celos —comentó.
Hace mucho se había dado cuenta de que el hecho de que algunos chicos le parecieran guapos y atractivos, no quería decir que debía salir con uno para formalizar una relación. Solo debía admirar su atractivo físico y nada más.
—Bueno—Elsa se sonrojó, su amiga la había pillado—No es correcto que le diga eso a un hombre, no puedo delatarme así, sin más —dijo en su defensa.
—Pues deberías hacerlo, él no me interesa en lo absoluto —se alejó de ella para volver a su trabajo.
—Entonces Nati, ¿Alguna noche vas a bailar conmigo? —preguntó Jhonny, al ver regresa la chica de ojos miel.
—Te dije que ya estoy comprometida, pero se dé alguien a quien le gustas mucho —confesó.
Los ojos de Jhonny, se abrieron como plato, no esperaba aquella confesión tan repentina, por lo que no tardó en averiguar de quién se trataba—Según tú, ¿Dónde está esa mujer? —le cuestionó.
—Ves aquella joven, la que está atendiendo a esos chicos—dijo y Jhonny asintió—Ella bota la baba por ti, deberías prestarle atención y dejar de coquetearme a mí —expresó.
—No está para nada mal —dijo, al ver esa mujer atractiva, con buenas curvas, cabello rubio y de ojos azules.
—Más te vale que no le rompas el corazón, si no seré yo la que te rompa algo más —Natalia lo amenazó.
Las horas pasaron y Natalia continúo con su labor, pero muy a su pesar, no se topó con aquella joven de ojos verdes. No tenía caso que estuviese esperando a alguien, que tal vez ni se acordaría de ella. Luego de acomodar algunas sillas, cerró el local y abordó su auto Mazda Mx-5 color verde, pero al buscar una melodía en la que entretenerse, se acordó de Martha. Mientras escuchaba la melodía de Rio roma "Al fin te encontré" se le fue imposible no recordar los labios de aquella joven, su aroma y sus manos recorrer su piel con ternura. Realmente se estaba volviendo loca, al tener a esa mujer en la cabeza y sentirse de brazos cruzados, al no tener la más mínima idea de cómo localizarla.
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Aquel jueves por la tarde, Martha, se encontraba despidiendo a Luisa y toda su familia en el aeropuerto. Tal como lo había planteado, quizás sería el primer cumpleaños que no pasaría con ella, pero el sacrificio valía la pena.
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Adicta a tus labios
RomanceLuego de la muerte de su madre, Martha deberá hacerse cargo del negocio familiar, por lo que se verá obligada a dejar sus estudios por un tiempo. Sin embargo, en una noche de baile, conocerá a una hermosa mujer que la llevara a replantearse la idea...