Capítulo 13-Final

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Aquel malentendido fortaleció la relación de las chicas, porque a partir de ese día, decidieron contarse siempre la verdad, aunque doliera. De hecho, hicieron la promesa de que siempre dormirían en la misma cama, sin importar cualquier malentendido o discusión que tuvieran. La noticia de la reconciliación llegó a los oídos de Andrea y Luisa, quienes planearon una comida familiar, pero antes de asistir, las chicas decidieron ir al parque de diversiones con los niños. Fue una tarde inolvidable para los cuatro, no solo por lograr que Martha subiera a la montaña rusa, sino que los adolescentes hicieron una travesura. Les tomaron una fotografía a las chicas mientras se besaban, una imagen que Kate, reveló al final de la salida para dársela a Natalia como regalo anticipado de cumpleaños. Cuando se dirigían a la casa para disfrutar de ese rico almuerzo que preparó Luisa y compañía. Julián se sentó en la parte posterior del auto para conversar con Natalia, ya que, hasta ese momento, se había mostrado renuente de la relación que mantenía con su hermana.

—Sé que no me he comportado como se debe—era incapaz de mirar a Natalia—No quiero que pienses que no estoy feliz por tu relación con mi hermana, solo que no quiero que le hagas daño como la otra chica —le explicó.

—La relación que mantengo con Martha, es una de las mejores experiencias que he tenido—le regaló una sonrisa—Jamás le haría daño de ese modo, ella lo es todo para mí —dijo, al entender la preocupación que tenía Julián.

—Promete que siempre la harás sonreír —suplicó Julián.

—Te lo prometo—Natalia puso su mano en su corazón—¿Hay algo más que desees decirme? —investigó, debía aprovechar que Julián se estaba sincerando con ella.

—¿Te nos unirás en las tardes de verano para jugar videojuegos? —expuso.

—Por supuesto, pero tienes que enseñarme para que le ganemos a Martha —expresó con malicia.

—Es un trato —extendió su mano y Natalia imitó el gesto.

Al llegar a su destino, Luisa y Andrea, los estaban esperando con una sonrisa para disfrutar de un menú criollo. Un menú que iba desde un caldo Gumbo, la Jambalaya con mucha pimienta y un exquisito Praline de postre cubierto de azúcar caramelizada. Cuando la reunión culminó, las chicas se fueron al departamento de Natalia, donde se comieron a besos por un buen rato, hasta que Martha le enseñó los tiquetes de avión. Al fin iría a conocer ese país que tanto deseo. El día del viaje, las chicas estaban muy entusiasmadas, en especial Natalia, que parecía una niña pequeña empacando su maleta, aunque su novia tuvo que ayudarla, porque de haber sido por ella hubiese empacado toda su ropa. El viaje no fue tan largo, ni tedioso, pero sí estuvo entretenido, ya que, Martha, le dio por encerrarse en el baño con su novia para darle unos besos, tal como hizo aquella noche que se conocieron.

Cuando llegaron al hotel donde se hospedarían, se dieron una ducha relajante, pidieron servicio al cuarto y durmieron hasta el otro día. Al despertar, Martha cogió su mapa y algunos insumos para ir a recorrer algunos lugares turísticos. La primera parada la harían en las Sierras de Córdoba, uno de los lugares más visitados de Argentina. Allí, se pasearon por Villa General y la Cumbrecita que eran poblaciones turísticas con gran influencia centroeuropea. Natalia no perdía tiempo en tomar algunas fotografías de los lugares que visitaban, pero lo que más le gustaba, era capturar la imagen de su novia mientras sonreía. También se pasearon por el barrio San Telmo, una parte del casco histórico de Buenos Aires, famoso por la feria de antigüedades, donde compraron algunas artesanías para llevarlas a sus conocidos. Disfrutaron de la famosa cerveza Santa Fe y al caer la tarde, se deleitaron con la puesta de sol.

Al regresar al hotel, se dieron una ducha relajante y pidieron servicio al cuarto, mientras degustaban de un delicioso Bistec a la plancha con glaseado de moras y chile. Martha, le dio un pequeño sobre a su novia para que ella lo leyera. Los ojos de Natalia se cristalizaron al leer esas líneas, no podía creer que su novia le pedía que se mudara con ella y como respuesta, le dio un beso lento, de esos que te dejan con ganas de más. Después de la cena, Martha, le dijo a su novia que la esperara a orillas de la cama para mostrarle su regalo de cumpleaños y aunque Natalia estaba ansiosa por conocer que se traía entre manos, decidió esperar como niña buena.

Adicta a tus labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora