Capítulo 7. Carrera.

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Capítulo 7.

MELODY

— ¡Eliot! - grité una vez que el primo de Eli apareció en mi vista. Corrí a abrazarlo y éste me respondió el abrazo.

— ¡Mel! - me separé de él y pude verlo bien con mis propios ojos. Si que estaba atractivo. Pecas recorrían todo su rostro, pero eso es algo que nunca me podría olvidar. Había más pecas en su rostro que personas en la cuidad. Estaba más alto que yo y se había cortado el pelo, que le quedaba perfecto. Era todo un hombre.

— ¡Que grande estás! ¿cómo has estado tanto tiempo? - Eli, Eliot y yo nos sentamos en el sillón de la casa de Eli.

— Terminé la secundaria, y bueno, no fui uno de los mejores estudiantes pero tampoco fui uno de los peores.- se encogió de hombros y solté una pequeña risa.

— Eso es algo.- sonreí — ¿y qué planeas hacer acá? ¿por qué viniste?

— Escuché que en Miami se encuentran las mejores compañías de autos que existen. Y por eso, la tía se ofreció a que yo venga para poder conseguir un trabajo y empezar con mi futuro.

La miré a Eli y puse cara de asombro — Ya empieza a hablar del futuro, es un nene grande.- lloré falsamente y Eliot se rió.

— ¿y tu Mel? ¿Qué andas haciendo? - Eliot preguntó.

Después de hablar horas y horas sobre nuestras vidas, ya se había hecho tarde y le dije a Eli que tenía que volver a casa para hacer la cena antes de que llegue mi padre, pero dos personas que entraron por la puerta me detuvieron.

— ¡Mel! - la madre de Eli, Olivia, y el padre, Michael, se dirigieron hacia mi para poder abrazarme — ¿cómo has estado? Tanto tiempo.

— ¡bien! ¿y ustedes? Eli me contó un montón de cosas sobre Paris, ¡que viaje!

— ¡y que lugar! Tenemos tantas cosas que contarte, Mel. ¡Ya sé! ¿por qué no te quedas a cenar?

— Oh, muchas gracias. Pero tendría que volver a mi casa para poder hacer la cena, ya que mi padre trabaja hasta tarde.

— Invítalo a Jacob, entonces. Hace meses que no nos vemos. Pregúntale si quiere venir.- el señor Michael asintió.

Quedé pensativa por unos segundos pero enseguida agarré mi celular para preguntarle a mi padre si quería venir a comer, el cual aceptó sin dudar. Mi padre se había convertido en un gran amigo para la familia Howard. Los domingos hacíamos almuerzos todos juntos. Era tradición.

(...)

— Si que son una gran familia los Howard.- mi padre comentó una vez que llegamos a casa.

Yo asentí — Elijo bien a mis amigos.- sonreí.

— La verdad que si, si Eli y tú no hubiesen empezado a ser amigas no creo que hubiésemos terminado siendo tan cercanos. Ya sabes que generalmente no nos... hacíamos amigos... con los vecinos - mi padre empezó a bajar la voz mientras terminaba la frase. Bajó su mirada y enseguida los recuerdos de una familia feliz vino a mi mente.

Suspire y cerré los ojos. El recuerdo todavía dolía. Los recuerdos que aprecian en mi mente parecían de otra persona, de otra familia completa. Sabía que mi padre desde ese día se echaba la culpa a él. Y me dolía aún más no saber que hacer para poder cambiar ese pensamiento. A veces, en mis peores momentos, también sentía que era mi culpa. Más cuando era más pequeña.

Abrí mis ojos y me acerqué a mi padre para poder abrazarlo.

— ¿sabes que eres el mejor padre del mundo, no? - le pregunté mientras lo abrazaba.

THAT RAINY NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora