Desde que Jace Peterson la vio cantando con el sonido de la lluvia detrás, ella no salía de su cabeza. La manera en que ella movía sus labios, como bailaba al ritmo de la guitarra, como sonreía y cerraba sus ojos al cantar. Había algo que a Jace le...
Miraba mi armario de un lado para el otro para ver si podía ver qué ponerme para la cena típica de los jueves. No podía pedirle ayudar en ésta crisis a Eli ya que se encontraba en su trabajo, así que dependía solo de mi.
Hice una mueca mientras sacaba lo que podría servir, y después de mirarme en el espejo lo tiraba en mi cama. Cuando ya tenía más de diez conjuntos a lo largo de toda mi cama, cerré la puerta de mi armario y me acerqué a mi cama con las manos en mis cinturas mientras miraba los atuendos.
Después de ponerme un atuendo, sacármelo y probarme otro, al final decidí por un conjunto.
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Mientras bajaba las escaleras, escuché la puerta abrirse y una vez que llegue al living, mi padre llegó a mi vista.
— ¿te vas a la cena? - preguntó después de darme un beso en la frente.
— si. - sonreí y agarre mi cartera para poder ya irme al lugar asignado.-
— ¡pásala lindo! - escuché a mi padre gritar cuando estaba saliendo.
— ¡Gracias! - cerré la puerta y me dirigí hacia la parada del autobús.
Unos minutos pasaron y llegué al restaurante. Cuando entré, de inmediato la mesa donde estabas mis compañeras me llamó la atención, ya que sus voces no eran algo que podía no escuchar y pasar de largo. Sonreí y me acerque a la mesa, pero me paré en seco cuando noté infiltrado en la mesa.
— ¿Jace? - pregunté una vez que llegué al lado de la mesa.
Jace estaba sentado al lado de Kelly, quien me sonreía, y se volteó a mi cuando dije su nombre.
Sonrió — al fin llegas, que tenemos hambre.- fruncí el ceño y miré a Kelly por segunda vez.
Kelly señaló la silla vacía que tenía a su lado y me dirigí hacia ella. Me senté y enseguida me agaché para hablar en susurro con Kelly.
— ¿qué hace acá? - dije cuando hacia qué buscaba algo en mi cartera.
— lo invité. - imitó mi tono de voz y sonrió inocentemente.
— ¿qué? - dije susurrando y gritando el mismo tiempo.
— si, me escuchó hablando sobre la cena con las chicas y se lo comenté. Encantada de invitarle, te digo enserio.- sonrió y se volteó hacia adelante para seguir hablando entretenidamente con las demás.
Rodeé los ojos y colgué mi cartera en mi silla, me acomodé y empecé a leer el menú. Después de pedir la comida al mesero, las típicas preguntas de la cena salieron.
