Capítulo 1. ¡Maldita Lluvia!

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Capítulo 1.

MELODY

El sonido de la lluvia llegaba a mis oídos desde mi pequeño escritorio, miré hacia la ventana y las gotas caían rápidamente por ésta. Mi vista se perdía lentamente en cómo las gotas hacían carreras entre ellas a ver quién llegaba hacia el fin de la ventana más rápido. Pero el sonido del teléfono de mi compañera me hizo pegar un leve salto en mi silla y giré mi mirada hacia ella.

— ¿Hola? (...) Sí, señor Brown.- la señora Kelly me miró e hizo una mueca de disgusto, yo me reí y miré mi computadora para seguir con mi trabajo.
La compañía en la que trabajo vendía aparatos para autos, como motores, luces de repuesto, entre otras cosas. Pero, se preguntarán, ¿qué hago trabajando acá?
Bueno, a los 17 años mi padre perdió uno de sus trabajos y tuve que dejar la secundaria para poder conseguir un trabajo que nos ayude, la plata no nos alcanzaba. Él trabaja en una fábrica, pero aunque trabajaba 12 horas por día, todos los días, aún así no nos alcanzaba. Así que acá estoy, con mis 22 años, trabajando en esta compañía como secretaria desde hace cuatro años.

— ¿Qué quería ésta vez? - le pregunté a Kelly una vez que se sentó a mi lado.

— Lo de siempre;

— hablar con el señor Anderson.- ambas dijimos al unísono, soltamos una risa y Kelly tomó un sorbo de su café.

— A ver, llámelo a su teléfono, caramba. No hace falta que llame todos los jueves a las 11 am.

Solté una pequeña risa — Por ahí está interesado en ti, Kelly ¿Nunca lo pensaste?

— ¿Qué te hace pensar esa barbaridad, querida? - Kelly soltó una fuerte risa.

— Siempre llama a tu teléfono, en la tarjeta que repartimos están los dos teléfonos. Pero siempre, por alguna extraña razón - dije con sarcasmo - llama al tuyo.

— Ay, calla, debe ser el que tiene agendado en su teléfono, además, yo no tengo tiempo para novios.- Kelly era una señora de unos 50 y pico de años, si no me equivoco. Siempre viene arreglada y gira algunas miradas, pero al estar siempre ocupada trabajando y siendo madre soltera, dice que no tiene tiempo para estas "payasadas" —  ¿Hoy vienes a la cena, verdad? - Kelly cambió de tema.

— ¡La cena! Me había olvidado.

El primer jueves de cada mes, siempre las secretarias de toda la compañía nos juntábamos a cenar, para hablar de la vida, entre otras cosas.

— ¿Pero vienes, verdad?

— Si, ¡claro! Nunca me las pierdo.

Kelly sonrió — Genial, así reservo.- asentí y volví a girar hacia mi computadora, para seguir con mi trabajo.

JACE

Oh, ¿En serio creer que puedes ganarme pedazo de mierda? Bueno, ya lo veremos. Te voy a dejar un poco de ventaja, pero aún así voy a estar pegado a tu culo.

Sentía como mi cuerpo vibraba por el motor del auto, maldita sea, como amaba esa sensación.

1...
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¡Ja! Adiós, adiós, pareces una tortuga comparando conmigo, trata otro día, pequeño.

Una vez que crucé la línea de meta la gente se empezó a acumular al rededor de mi auto, abrí el techo y me asomé para festejar. Me bajé y mi mejor amigo, Félix, se acercaba a mi con los brazos abiertos.

— ¡Ése es mi hermano! - hicimos el saludo con la mano y giré mi mirada hacia mi oponente.

— Buena carrera.- le estiré la mano para que la estrechara y éste la aceptó.

— Corres bien, ¿en dónde aprendiste?

— Solo.- le sonreí y el dueño se acercó a mi con la plata en mano, me la estiró y al segundo que la tome éste agarró mi mano y la alzó hacia arriba.

— ¡Jace Peterson! ¡Que desde ahora, es el invencible de las carreras!

La gente empezó a gritar y sentía como la adrenalina subía por mi cuerpo, me encanta cuando me festejaban a sí, más cuando era por algo que amaba.

— Ey, hermano, vamos a ir ésta noche a un bar que hay nuevo, ¿te prendes? - Félix me preguntó.

— Claro, ¡hay que celebrar!

MELODY

— ¿En dónde queda? - le pregunté a Kelly por teléfono mientras me estaba terminado de maquillar.

— En la avenida cinco, dicen que está lindo y además tiene un bar pequeño. A partir de las once tienen barra libre, ¡así que prepárate!

— Kelly, mañana entramos temprano.- solté una pequeña risa ante lo emocionada que estaba Kelly.

— Mel, tengo tres hijos y un trabajo que me ocupa hasta las horas del baño. Ésta cena es lo único que tengo para salir a divertirme, ¿me acompañas o eres una agua fiestas?

— ¡Claro que si! Seré muchas cosas pero agua fiestas, ¡nunca! Te veo en media hora, adiós.

— ¡Adiós, querida!

Colgué el teléfono y escuché a mi padre entrar por la puerta, corrí hacia abajo y a penas lo vi, le di un abrazo.

— ¿A dónde vas? - me preguntó mientras corría a poner el paraguas en la rejilla así no mojaba el piso.

— A la cena, hoy es jueves.

— ¡Ah cierto! La famosa cena del primer jueves, como olvidarme.

— Te hice unos fideos para que comas, están en la heladera.- dije mientras me colocaba mis zapatos.

— Gracias, hija, ya me voy a sacar esta ropa mojada. Lo último que quiero es enfermarme ahora. ¿Ya te vas? - subió las escaleras y yo lo seguí.

Yo asentí — ¿Llueve mucho?

— Demasiado.- se metió en su habitación para agarrar ropa seca y yo me dirigí hacia mi habitación.

— ¡Maldita lluvia!

— ¡Pensé que amabas la lluvia! - mi padre gritó para que lo pueda escuchar.

— ¡Si, pero solo cuando me puedo quedar en la cama y ver películas!

Me miré en el espejo y me inspeccioné por última vez, llevaba puesto una remera de manga larga negra, con unos jeans tiro altos, una chaqueta negra que me quedaba un poco grande, y unos zapatos negros. Miré mi rostro y luego miré la ventana donde caían las gotas de la lluvia.

¡Tarde media hora en maquillarme! Así que más te vale no arruinarlo, ¡Maldita lluvia!

JACE

— ¿ya están listos? - pregunté en voz alta para que Félix y Zane, nuestro amigo y compañero de departamento, me escuchen. No obtuve ninguna respuesta y suspiré — ¿Se puede saber por qué tardan tanto, doncellas?

— Calma, hombre. Si que eres el principe de mis sueños, eh.- Félix bromeó apareciendo en mi vista, seguido por Zane, quien se estaba abrochando su camisa.

— ¿Por qué tardan tanto? - rodé mis ojos y abrí la puerta del departamento para dirigirnos al auto.

— Verse así de lindo, tiene su preparación. Arranca el auto y conduce, príncipe.- Zane rió y rodé los ojos. Saque el auto del estacionamiento y enseguida las gotas chocaron contras auto recién limpio.

— ¡Ugh! Lo acabo de limpiar, ¡Maldita lluvia.


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"nadie puede saber el futuro, así que siempre ten la mente abierta para las sorpresas"
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THAT RAINY NIGHTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora