Capítulo 5.
JACE
— Bueno, esto es una pizzería, pero estamos debajo de un techo y es lo que cuenta.- bromeé y Melody sonrió.
Nos sentamos en una de las mesas al lado de una ventana, pedimos unos cafés y giré mi mirada hacia Melody.
— ¿Se puede saber qué haces por acá? - Melody preguntó con una sonrisa en su rostro. Parece como si ella nunca parara de sonreír, y era algo que me encantaba.
¿Pero qué decís, hombre?
— Tuve que quedarme para poder comprar algunas cosas para mi auto. Te digo, éstas cuadras son enemigas y amigas para los que aman los autos, enemigas porque te quedas pobre después de todas las compras, y amigas ¡porque tienen de todo! - Melody rió y sonreí al verla.
Oh, estamos entrando en caminos peligrosos.
El mesero llegó con nuestros cafés y le agradecimos — ¿a que te dedicas? - me preguntó y yo miré mi café sin saber que responder.
— A los autos, varias cosas... - tomé un sorbo de mi café esperando que cambiemos el tema. Ya que, comentarle que mi trabajo era ganar carreras ilegales no era un muy buen tema — ¿y tú?
— Trabajo en esa compañía y algún día espero poder pasar a ser profesional en ballet.- asintió mientras tomaba un sorbo de su café.
— ¿ballet? - me sorprendí — no te veía... bailando ballet.
Ella sonrió e hice una mueca — ¿y como me veías?
Yo abrí la boca y la cerré enseguida —No lo se, otra cosa que no sea ballet.
Ella soltó una leve risa y asintió — Si, me lo han dicho varias veces.
— ¿en serio? - pregunté y ella asintió.
— Si, dicen que no soy la "típica" bailarina. Que quiera comer un pedazo de pan y no morirme de hambre no quiera decir que no lleve una dieta perfecta para mi cuerpo.- bromeó y yo solté una risa.
Los minutos pasaban y nos habíamos pasado hablando de cualquier cosa, como películas, series de televisión. Hasta cuál era nuestra temporada de clima favorita. Sentía que habían pasado minutos pero en realidad, al mirar el reloj, había pasado ya una hora.
— Ya son las cinco, si que pasó el tiempo.- reí y la cara de Melody se transformó — ¿está todo bien?
— ¿ya son las cinco? - preguntó y yo asentí — Tengo que estar en diez minutos en clase, ya me tengo que ir.- se levantó agarrando todas sus cosas rápidamente — Gracias por el café, te lo agradezco. Pero me tengo que ir, ya.- Melody sonrió tiernamente.
— Espera, - la agarré del brazo suavemente y ella se giró hacia mi —¿te voy a volver a ver?
Ella sonrió — Sabes donde encontrarme.- dijo casi en un susurro y se fue corriendo, debajo de la lluvia para ir a su clase.
Me quede ahí quieto sin saber que hacer, la miré correr y la seguí con la mirada hasta que la vi entrar en un lugar, donde tenía el cartel gigantesco que decía "La casa del Ballet".
Pagué los cafés y agarré mi chaqueta, me la coloqué y me dirigí hacia el lugar donde Melody había entrado. Gigantescas ventanas daban a un salón de, supongo, ballet. Había una barra en la mitad del salón. Chicas caminaban de un lado para el otro con rodetes en sus pelos bien altos. Llevaban puestos calzas que hacían notar sus piernas bien formadas y unas remeras sin mangas, que también dejaban ver sus brazos bien fuertes, al igual que sus espaldas.
Entré por la puerta y me quede al costado de ésta, donde mi vista dejaba ver el salón perfectamente. Al segundo, una señora se me acercó y fijó su mirada en mi.
— ¿puedo ayudarlo en algo? - si voz era fuerte y llevaba un rodete como las otras chicas, pero ella era más grande en edad. Supuse que era la profesora.
— ¿puedo quedarme a ver? - la señora frunció el ceño y apoyo sus manos en su cadera.
— Si eres conocido de alguna de mis chicas, si. Si no, es una clase privada...
— ¿Melody Parker? - pregunté para tirarme el chance si Melody era su alumna.
La señora me miró fijo y pude notar como se sorprendió un poco, pero lo disimuló al segundo — Melody, si, claro. Te puedes quedar hasta aquí.- dijo señalando la puerta que separaba la recepción y el salón, yo asentí y la señora se dirigió hasta donde estaban las chicas.
Miré al grupo para poder buscar a Melody y mi vista se paró en ella cuando la encontré, traía puesto sus zapatillas de ballet y una remera grande, que le llegaba hasta los muslos. Diablos, si que estaba atractiva.
Melody se puso en fila y empezó a estirar, su pierna llegaba hasta la barra y la apoyó en ésta. Ella estaba rodeada de chicas, pero mi vista se concentraba sólo en ella. Bajó su pierna y se puso en punta de pies.
Nunca había visto algo así, generalmente en lo que estaba involucrado era carreras autos, y más autos, talleres, a veces el ruido era más fuerte del cual podías soportar.
Sus movimientos hacían que mi atención caiga en ella aún más, nunca había visto a alguien bailer ballet y eso me interesaba aun más.
La música empezó a sonar y noté como la profesora se puso enfrente de las chicas, mientras ellas se colocaban en grupo y cada una mirándose en el espejo que tenían enfrente.
Melody cerró sus ojos y empezó a moverse al ritmo de la música. Sus movimientos eran lentos y delicados, sus brazos encajaban perfectamente con el movimientos de sus piernas.
Antes de que pueda notarlo, la clase había terminado y las chicas salieron de mi vista.
MELODY
Me dirigí hacia al vestuario para poder cambiarme e irme a casa. Me estaba colocando mis zapatillas cuando una de mis compañeras, Sofía, se acerca a mi sonriente.
— No sabía que tenias novio, Mel.- sonrió pícara y yo la miré confundida.
— ¿novio?
— Si, había un chico en la recepción que no te sacaba los ojos de encima. Juraba que parecía tu novio por la manera en la cual te miraba.- se encogió de hombros y siguió su camino en el vestuario.
Fruncí el ceño y cuando termine de cambiarme, agarre mi bolso y me dirigí hacia afuera para ver quien era el chico misterioso. Pero no había nadie.
Ningún auto afuera y ningún movimiento que me diga que estaba recién mirando una clase de ballet, donde estaba yo. Nada de nada.
•••
"¿por qué a la gente le da miedo amar?"
•••
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THAT RAINY NIGHT
Novela JuvenilDesde que Jace Peterson la vio cantando con el sonido de la lluvia detrás, ella no salía de su cabeza. La manera en que ella movía sus labios, como bailaba al ritmo de la guitarra, como sonreía y cerraba sus ojos al cantar. Había algo que a Jace le...