Es una cita.

484 25 3
                                    


Narra ____

En el camino, iba viendo la ciudad, y Asa me platicaba un poco a cerca de ésta. De vez en cuando volteaba a verlo o veía sus hermosos ojos azules a través del retrovisor, para no ser tan obvia.

-Dime ____, ¿Qué edad tienes?

-23, ¿y tú?

-¡Diablos!, eres toda una mujer.

-Pues sí...

-Yo tengo 20 años... - Dijo con voz un poco tímida pero ronca. Yo solo pude abrir la boca y mostrar cara de asombro total.

¡20 AÑOS!, ¡POR DIOS, ES UN NIÑO!, ¿Cómo es que este ser tan perfecto y tan maduro es... ¡un nuevo adulto!, Hasta apenas hace unos meses era un adolescente, ¡RAYOS!

Hubo un silencio incómodo por un par de minutos y entonces él siguió.

-Te he puesto incómoda...

-No, no te preocupes, es solo que... - Miré mis manos – Eres...

-¿Muy joven? – ¡TOO MUCH!

-Un poco, pero no es eso, es que... Estoy sorprendida, ¿Sabes?, no parece tener 20 años... - Voltee a la ventana y me di cuenta que Asa estaba metiéndose en un estacionamiento.

-Y tú no pareces tener más de 18...

-¡Que alago!, de verdad...

-Espérame por favor... - Dijo en voz baja mientras estacionaba el coche.

-¿Disculpa? – pregunté mirándolo con los ojos entrecerrados.

-Que... - Lo pensó un poco. – Deberías esperarme. – Paró el coche, lo apagó y volteó a verme.

-¿A qué?

-A que sea lo suficientemente maduro para ti...

-Asa...

-Lo siento... ¿Lo arruiné?

-No, tranquilo. Vallamos a comer mejor.

Asa ya se había quitado el cinturón y bajó rápido mientras yo me quitaba el mío, y antes de que yo intentara abrir la puerta, él ya lo estaba haciendo.

La comida pasó... no puedo decir exactamente como me pareció en tiempo, solo puedo decir que estuvimos mucho rato ahí después de comer. Pero era extraño, era como si hubiéramos pasado mucho tiempo juntos, tanto para contarnos muchísimas cosas muy personales, pero no tanto, porque al mismo tiempo me había parecido rápido y no quería encerrarme en mi casa y dejar de verlo.

-¿Quieres ir a otro lugar?

"Contigo y tus hermosos ojos, hasta el fin del mundo..."- Pensé.

-Claro- Dije.

Pedimos la cuenta, nos levantamos de la mesa y salimos del lugar. Llevamos el coche cerca de una avenida, en la que podíamos estacionar. El resto del rato, caminamos y caminamos. Asa me enseñaba sus lugares favoritos, entre ellos, y como último, una plaza llena de árboles, demasiado linda, en algunos lugares había tantos árboles que podía incluso parecer un bosque. Nos ventamos alejados de la gente debajo de unos árboles, seguíamos hablando.

Yo estaba encantada con el hombre, claro, ¿cómo no enamorare de esos ojos azules tan profundos?

Estuvimos juntos hasta el anochecer. Nos fuimos a casa y en el camino, íbamos en silencio, pero no era silencio incómodo. Era un silencio reconfortante, un silencio tan agradable, que por un momento me sentí como en una relación con Asa.

Voltee a verlo conducir, estaba concentrado en la carretera, pero cuando volteó al retrovisor, se dio cuenta que lo miraba.

-Soy muy guapo, lo sé. – Dijo sonriendo y tocando su barbilla con su mano izquierda.

Yo me quedé en silencio y voltee hacia otro lado, mi cara estaba completamente roja y pude verlo en mi reflejo en la ventana y en el espejo lateral.

"Diablos... espero que no se dé cuenta" – Pensé.

Asa prendió su estéreo.

-Si quieres, puedes poner música. – Dijo extendiendo la mano para alcanzar un auxiliar. – Puedes conectar tu teléfono aquí. – Me dio el auxiliar.

-Ah... gracias. – Lo tomé y busqué música.

No era la música más moderna, pero no estaba de humor para rock duro, música pop o electrónica, así que.

-¿The Beatles? – Sonrió – Sé que eres mayor, pero no exageres.

-¿No te han enseñado a no criticar los gustos de los demás, niño? – Dije y Asa rió un poco.

-Es broma. Me gusta.

El resto del camino de regreso a casa no hablamos. Solo canté y me movía en el asiento, "bailando" y de vez en cuando chasqueando los dedos.

Asa paró el auto. Habíamos llegado. No se bajó, ni me bajé, solo nos quedamos en silencio mirando hacia el frente, ya sin música y exhaustos por tanto caminar. Pronto sentí su mirada, como la sentí al principio del día cuando se fueron los de la mudanza. Cuando Asa era un COMPLETO desconocido.

Voltee a verlo también y nos quedamos así, lo que supongo que fue como uno o dos minutos. ¿Quién los cuenta teniendo ojos azules tan hermosos de frente?

Nos mirábamos el rostro completo mutuamente. Sentía tanta paz, pero entonces empecé a sentir mi corazón ir más rápido y fruncí un poco el ceño. Obvio, Asa lo notó.

-¿Estás bien?- Volteó todo su cuerpo hacia mi dirección y me tocó el hombro.

-Yo... - Suspiré y seguí. – Creo que debo entrar a mi casa.

-Pero, ¿estás segura?, no te vez bien. ¿Necesitas medicamento?

-No – Sonreí – No te preocupes, estoy bien.

-Está bien, pero sabes que vivo aquí y puedes venir a tocar mi puerta si gustas.

-Por supuesto... solo... - Enderecé el cuerpo volteando hacia el frente, cerré los ojos y suspiré. Podía ver su rostro al cerrar los ojos. – Espera unos segundos...

Quería quedarme solo un poco más, para oler su perfume. Su carro estaba impregnado de él.

Pasaron algunos minutos y al fin dije: -Bueno, ahora estoy lista. – Iba a abrir la puerta cuando...

-Espera... - Asa salió del coche, lo rodeó y abrió la puerta para mí, extendió su mano y me ayudó a salir del coche.

-Gracias caballero sin armadura.

-Por nada, bella damisela.

-Buenas noches Asa. – Lo miré a los ojos. – Gracias por el día, me la pasé muy bien.

-Por nada. Estoy a tus órdenes.

Lo que siguió después, no lo vi venir. Asa estaba acercándose a mí, me tomó con una mano por un lado de la cintura y me besó en la mejilla. Me quedé congelada unos segundos que parecían horas y después respiré profundo.

-Bueno... sí... - Estaba nerviosa. – Gracias por todo, buenas noches. – Me di la vuelta y fui dando rápidos pasos hacia mi casa. Entré y me quedé ahí parada detrás de la puerta. Jamás voltee atrás.

Despejé mi mente y subí a dormir.

Nueva vida. (con Asa Butterfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora