Solo un recuerdo.

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Al día siguiente me desperté con el primer rayo de luz que entró por mi ventana, me daba en la cara. Abrí los ojos y me di cuenta que un guapísimo hombre estaba en mi cama, volteando hacia mí y dormido como un ángel.

Su rostro estaba relajado, sus pecas perfectamente acomodadas como si alguien las hubiera pintado ahí, sus pestañas eran lo que más resaltaba, y sus labios, aun más enrojecidos por el calor de su cuerpo al dormir se veían espléndidos, quería besarlo aun dormido. No podía ser que aun dormido, lo que más destacara siguieran siendo sus ojos.

Me quedé un poco más en cama con los ojos cerrados, volteada en dirección a Asa. No dormía, solo descansaba un poco más. Sentía como nuestras respiraciones se encapsulaban en el espacio que había entre nosotros. Lo disfrutaba. De repente, no me di cuenta cuando Asa se despertó y se movió, pero estaba a escasos centímetros de mi cara, sentía su respiración más cerca, y sus labios rozaron los míos y los presionó.

Yo no abrí los ojos, no quería que supiera que estaba despierta, pero disfrutaba el contacto. Se alejó y sentí que se levantó de la cama. No me moví ni un milímetro, ni abrí los ojos. Escuché que caminó y entró al baño, escuchaba el agua correr y luego el sonido de su cepillo de dientes siendo frotado en su boca.

Seguí fingiendo que estaba dormida por un largo rato. Asa había salido de la habitación, y entonces me moví, me puse boca arriba y abrí los ojos lentamente. Lo busqué en la habitación, pero él no estaba.

-Rayos...

No sé si me sentía asustada, enamorada, o si iba a tener un infarto, cualquier cosa podía pasar. Me incorporé y me recargué en la mesita de noche para levantarme, solo pisé con un pié y a saltos, agarrándome de las cosas, pude llegar hasta el baño. Me lavé los dientes, hice mis necesidades y volví a pequeños saltos en un pié a la cama, me senté quedando con la espalda apoyada en el respaldo, saqué una pequeña libreta del cajón de la mesita, una pluma y empecé a escribir.

"21 de 08 del 2018.

Estoy en Londres, la ciudad es hermosa, y he conocido a un chico en estos tres días, anoche durmió conmigo, pero solo eso... dormir. La historia es larga: me torcí el tobillo por caer de las escaleras con una caja de zapatos, y él llegó como mi salvador al poco rato. No entiendo lo que está pasando con mi cuerpo... Cada vez que él está cerca siento que me va a dar un infarto, pero es que es tan guapo...

Me besó, pero hice como que estaba dormida. Sus labios eran tan suaves y tibios. Deseo que lo haga de nuevo, pero quisiera conocerlo más, apenas van tres días...

En fin, seguiré escribiendo después, él sube las escaleras."

Cerré el libro, lo puse en el cajón de la mesita y lo cerré. Asa estaba entrando a la habitación con un montón de comida.

-Buenos días, dormilona.

-Buenos días, Asa. – dije mirando la charola llena de comida, en su mayoría fruta, pero también había avena y unos pancakes, jugo de naranja, té y agua. – Asa, es muchísima comida.

Nueva vida. (con Asa Butterfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora