Más accidentes y una noticia.

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ALERTA DESCRIPCIONES EXPLICITAS.


Narra Asa.

"-Asa, rápido, tienes que correr...

-¿qué pasa?

-Alcánzame. – Ella empezó a correr, le hice caso y empecé a perseguirla, no sabía porqué o qué era lo qué quería, si tenía que atraparla o solo seguirla.Seguí corriendo hasta que llegué a su lado.

-¿Tengo que atraparte?

-No, solo alcánzame.

-Pero eso es atraparte.

-Solo alcánzame.

¿Por qué sigue diciendo eso?, entonces la detuve del brazo, ella paró, me besó y cuando lo hizo dijo: - Aun estás muy lejos. Alcánzame.- y se fue corriendo."

Abrí los ojos lentamente, la luz entró en ellos, sentí cómo ardía al principio. Lo único que podía ver era el techo blanco. Me percaté entonces al terminar de despertar, mientras estaba acostado, que había una sensación muy cálida junto a mi cuerpo, y cuando voltee, solo vi un bulto debajo de la cobija. No vi una cabeza, no vi nada, solo el bulto debajo de ella y mi piel se sentía caliente.

Estaba desnudo?, Saqué el brazo contrario, porque el otro estaba atrapado, y noté que mi ropa seguía puesta, pero, porqué su contacto con mi piel. Sentía su mano caliente sobre mi abdomen, y su respiración que ardía en mis costillas.

No quise moverme para no despertarla, además tenía un fuerte agarre en mi brazo. Suspiré y me quedé ahí, inmóvil. Un rato después, pude sentirla moverse, pero esta vez sacaba su cabeza de la cobija, aun dormida, puso su cabeza en mi hombro y me abrazó con todo y sus piernas, la tenía casi encima, podía sentir sus brazos y piernas desnudas, claro que ella no lo estaba, estaba en bata de dormir, pero tenía los brazos descubiertos.

Voltee mi rostro para ver el suyo, tenía la cara estirada por la posición y una mejilla apachurrada, no dejaba de ser adorable, sonreí. No podía dejar de verla, era todo un enigma.

Ella siempre era tan madura, o es lo que aparentaba, aunque claro, por su edad y su trabajo, debía hacerlo.

Siempre llevaba el cabello suelto, me encantaba, al natural era ondulado y su fleco era recto, como cleopatra, y generalmente era lo que me recordaba, aunque su cabello era más largo y castaño. Cuando lo llevaba recogido, se veía preciosa, y muy pocas veces, podía verla así. No usaba accesorios, aunque bueno, estaban de más, toda ella era perfecta en comparación de cualquier accesorio. Aunque dormida en la posición en la que estaba en ese momento, era más tierna y cómica, pero su tacto.

Su piel era suave, cálida, y no podía evitarlo, me sentía atraído sexualmente hacia ella, por lo que al poco tiempo tuve una erección. Sí, solo con su tacto. Sin visualizaciones atractivas.

No olvidé la primer y última vez que la besé. Ella ni se dio cuenta, estaba dormida.

La miré un poco tiempo más y decidí deshacerme de su agarre antes de que se despertara y sintiera el bulto en mi entrepierna. Cuando al fin lo logré, caí al piso, pues lo hice arrastrándome y ella me tenía en la orilla.

Me paré y fui al baño, no quise despertarla, se veía tan cómoda. Después de eso, preparé el desayuno, pero ella no bajaba, así que decidí subir.

No la encontré en la cama, ni en el piso, así que supuse que estaría en el baño. Me senté en la cama y esperé. Cuando salió, mi cuerpo no pudo evitarlo otra vez, volví a tener una erección, así que levanté una de mis piernas y apoyé mi tobillo en el muslo contrario.

Nueva vida. (con Asa Butterfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora