Extraño. Nuevo Amigo.

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Lo miré y no podía creerlo. Era el hombre más guapo que había visto jamás. Su cabello era negro, impecable, contrastaba con su precioso rostro blanco como mármol, mármol con pecas. Tenía unos lentes negros y debajo de ellos, una nariz pequeña, unos delgados pero hermosos labios rosas. Parecía un ángel combinado con una estrella de rock. Su cuello era largo y grueso, mi mayor debilidad. Era delgado y muy alto, usaba una chaqueta de imitación piel y unos Jeans azul, unos tenis negros con blanco y debajo de su chaqueta una playera lisa blanca que no era tan pegada, pero dejaba apreciar su cuerpo. O eso era lo que yo imaginaba porque la chaqueta no dejaba apreciar del todo.

Nos quedamos mirando alrededor de medio minuto, luego se acercó a mí y me ofreció su mano

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Nos quedamos mirando alrededor de medio minuto, luego se acercó a mí y me ofreció su mano.

-Bienvenida a Londres. – Dijo con voz ronca, quitándose sus lentes. Respondí al saludo.

-Gracias. – Dije tímida al mirarlo y descubrir esos hermosos y profundos ojos azul celeste que penetraban mi alma. 


Este definitivamente tenía que ser un ángel.


-¿Quién eres? – Dijo sin soltar mi mano.

-soy ____, Mucho gusto, ¿y tú?

-Asa... Asa Butterfield. – Sonrió levemente sin dejar de mirarme a los ojos. – Bueno... - Dijo soltando mi mano. – El gusto es completamente mío. – Sonreí grandemente y el también. – ¿Te gusta el vecindario?

-Sí, escuché que es muy seguro.

-Por supuesto... ¿de dónde vienes?, tu acento...

-De México.

-¿Qué?, tienes acento de Américana.

-Claro, Hispano - Americana, tú sabes. – Reí por mi mal chiste.

-Jaja... que sorpresa.

-Lo mismo digo.

-¿Porqué? - ¿Lo mismo digo? ¿Enserio?

-Bueno... yo... estoy en otro país... en otro continente... a la vuelta del mundo, al otro lado del mar.

-Es bueno ¿no?, ¿intentas cambiar tu vida?

-Sí. – agaché la mirada mientras sonreía levemente.

-Bueno, yo... - Dijo jugando con sus lentes entre sus manos y mirándolos. – Acabo de llegar a casa, vivo aquí a lado, debo meter unas cosas, pero, ¿necesitas ayuda para desempacar?

-¿No es pronto para invitar a un extraño a casa?

-Claro, no sabes si puedo ser un psicópata... pero no lo soy.

-Eso diría un psicópata – Reímos.

-¿Cómo sabes?

-Soy psicóloga – Dije sonriente.

-Bien, creo que me voy antes de que me psicoanalices... - se dio la vuelta haciendo como que se iba, pero volteó el rostro y me vio por el rabillo. – Es broma – Volteó sonriendo. – bueno, si no tienes confianza en mí, podemos ir a tomar algo fuera, ¿qué dices?, de paso, también miras la ciudad.

-Mmm – Lo pensé un poco, volteando hacia mi casa. – ¿Sabes qué? Acepto pasar un rato fuera, te invito a mi casa cuando esté lista, ¿te parece?

-Seguro

-Bien, entonces, iré a cambiarme de ropa y eso...

-Claro, si gustas, date un baño y relájate un rato, yo debo instalar mis cosas.

-¿Vienes de un viaje?

-sí, trabajo... ya sabes...

-Está bien, ¿entonces nos vemos en...?

-Una hora, también quiero bañarme – me guiñó el ojo.

-nos vemos entonces... - me di la vuelta para irme y entre a bañarme y arreglarme.

Nueva vida. (con Asa Butterfield)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora