Capítulo 8

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Justo cuando casi termino de vestirme, Esteban ingresa a la habitación ya vestido, con el impecable atuendo que llevaba anoche, un polo blanco y unos pantalones de vestir azul oscuro, el color blanco le queda fantástico con su tés bronceada y la el toque especial es esa mirada azul tan bonita.

-Venga, muero de hambre-le digo cuando le tengo a mis espaldas imponiendo su sensual presencia ante mí.

Me coloco unos aretes de perlas.

-Estas preciosa, pero esos shorts son algo cortos-susurra en mi oído. Clavando su mirada en la mía através del espejo. Me he puesto unos shorts tiro alto, de tela ligera con unas pequeñas florcitas estampadas y un top al cuerpo, en los pies, unas chatitas, mi tobillo vuelve a estar un poco mal. Me coloco mis gafas de sol y con una sonrisa, me volteo de frente a él y le digo al oído...

-Gracias por lo de preciosa-

Con mi cartera en la mano, le invito a salir de la habitación, pero me sede el paso y sé que ahora mismo su mirada está puesta en mi trasero. Rio en silencio.

A segundos de subir a su deportivo, me volteo a verle y le pregunto...

-¿Prefieres almorzar pizza o hamburguesa?-

-Prefiero, comida, Alba-

Lanzo una carcajada

-Ya. Pues, estoy hasta la coronilla de los sitios pijos-le aclaro.

-¿Perdona?-

En ese instante, me vibra el móvil sin siquiera pensarle, es mi padre. Maldigo y Esteban me mira con preocupación.

-Anda, tu conduce, que tengo que tomar esta llamada, si no nos dejará en paz-le explico y respondo al imposible de mi padre.

-Papá... ¿Qué sucede?-trato de ser lo mas amable posible.

-Alba, soy Milena, perdona que te llame-

Mi humor empeora al escuchar su voz.

-Vale, dime ¿Ha pasado algo?-

-Es tu padre, no se encuentra bien-

-Ya, que...-

Enseguida me interrumpe.

-Alba, ha venido el médico a verle, no estuvo tomando sus pastillas para la presión, se ha descompensado-

-Joder...-

-En unas horas, debo viajar y no he podido contactar a ninguno de tus hermanos, necesito que vengas a cuidarle por unos pocos días-

-¿Yo?-pregunto

-Por favor, Alba. Ahora mismo te envío los boletos de avión, llegaras más rápido-

¿Ya ha comprado los boletos? Todo esto no me huele bien.

-Veré como lo resuelvo y te confirmo ¿Vale?-

-Vale. Gracias, Alba, muchísimas gracias-

-Adiós-corto la llamada y doy una bocanada de aire.

Esteban se voltea a verme cuando se detiene en el semáforo.

-¿Está todo bien?-

Niego y le explico.

-Mi padre, esta mal se ha descompensado, es cardíaco, tiene presión alta y no tomo sus medicamentos-

Abre los ojos con atención mientras acelera, cuando el semáforo nos da el paso.

-No te preocupes. Te llevo a verle-susurra enseguida.

Lanzo una carcajada irónica.

-¿A Madrid? Gracias igual-

Indomable TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora