Capítulo 14

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-¿Al final has quedado con tu hermano?-me pregunta Ire con media sonrisa.

Justo cuando iba a responderle, aparece una chica frente a nosotras para un check-in.

-Yo me ocupo-le digo a Ire.

Sonriendo le doy la bienvenida al hotel...

-Buenas tardes... ¿Tienes reserva?-

Luego de una sutil sonrisa, me entrega el comprobante de reserva impreso...

-Buenas tardes, aquí tienes-dice con un acento extraño.

-Vale, aguarda un segundo-

-¿Te hospedaras sólo tres noches?-le pregunto

-Por ahora, si-

-Vale, entonces, te asignaré la "410"-se quita las gafas de sol cuando le tiendo la tarjeta magnética, preguntándome enseguida...

-¿Me enseñarás tu la habitación?-

Sonriéndole, respondo...

-Enseguida aquel chico, te acompañará hasta allí- señalando con la vista a mi compañero que se encuentra junto al sector de los ascensores.

Ella hace un gesto, asintiendo. Su acento es ruso, si no me equivoco pero maneja el español bastante bien.

-Katia... que tengáis una bonita estadía-corroboro su nombre.

-Gracias-responde justo antes de llevar se vista al móvil.

Dándose media vuelta, hace girar su corta melena rubia.

-Joder, ¿Has visto esos ojos?-murmura Ire acercándose a mí.

-Muy claros-

-Y su acento, que tía más rara-

-Rusa-afirmo, en parte, me ha echo acordar a Milena, la novia de mi padre.

-Misteriosa-dice Ire todavía sorprendida.

Tiene razón. En ese preciso instante ingresa una familia al hotel, enseguida Ire les da la bienvenida.

Pocos minutos después, he recogido todas mis cosas.

-Me voy-susurro a Ire

-Quizá me pase luego-

-¿Por el gimnasio?-le pregunto

-¿Te has apuntado?-

-Mi hermano me ha convencido-le doy dos besos, despidiéndome de ella que da un suspiro de agotamiento.

He pasado por casa para cambiarme de ropa. Un poco más de media hora después, estoy ingresando al gimnasio, al pasar la puerta, me sorprende mi hermano, que me abraza con toda la sudoración a cuestas.

-Oye... nene, estás sudado-le digo

Él se rie.

-Has llegado tarde, me estoy yendo, pero te dejo en manos del profe de musculación-

-No necesito un guía-le digo

-Tranquila, sólo te dirá cuanto puedes levantar de peso y demás-

Unas mujeres se encaminan hasta nosotros y sin descaro le saludan a mi hermano con demasiada simpatía, una en particular lo aparta y le murmura algo al oído haciéndole sonreír. Joder.

Mi hermano vuelve hasta mí, una vez la ella lo libera.

-¿Así es como solucionas tu mal de amores?-le pregunto con tono serio. Antes que responda le digo...

Indomable TentaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora