-No, Helena, Perdóname. -Dijo Daniel tomandola por los hombros.
- ¡Vete, déjame!.
- Helena, sé que tu lo sentiste, sentiste la mágia del beso, no te niegues a la oportunidad de amar.
- ¡Que no! Yo no sentí nada, tu me besaste a la fuerza. -Protestó.
- Helena, me correspondiste. -Dijo.en tono enojado.
- Lo habrás imaginado. -Caminó hacia la puerta y luego la abrió.
- ¿Me estas echando de tu casa?. -Enarcó una ceja.
- Así es.
Daniel salió muy enojado de la casa y arrancó a toda velocidad su auto; mientras que Helena se quedó mirando hacia afuera, acariciando sus labios.
-Hice lo mejor para él. -Susurró para ella misma y cerró la puerta.
El resto de la noche se la pasó limpiando la cocina, viendo televisión y pensando en lo ocurrido con Daniel. Toda la noche pensó en el y en ese beso que le había dado y en el fondo ella sabía que sí le había correspondido.
Helena intentaba dormir, pero era imposible, Daniel o más bien sus pensamientos sobre él no la dejaban descansar. Ella solo pensaba en que si había sentido la mágia de la que él le hablaba, lo había sentido absolutamente todo, los labios de él sobre los suyos, cada movimiento suave entre ellos, hasta pudo sentir el corazón de Daniel latiendo al mismo ritmo que el de ella, sus corazones estaban acelerados; cuando Daniel la besó, ella sintió que tenía el Universo en sus manos, no sintió dolor en ese momento, es como si la hubiese transportado a otro mundo un mundo en el que no existen problemas, un mundo felíz y lleno de paz. Pero Helena aún tenía la ridícula idea de que el amor no existe y que eso que sentía simplemente no puede ser amor.
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Daniel llegó a su casa más enojado que nunca, al bajarse del auto azotó la puerta con todas sus fuerzas y repitió esta acción con la puerta de su casa. Subió a su habitación donde estaba su mascota, un gran danés llamado Tommy. Daniel tenía a su perro desde los cinco años y tenía la costumbre de platicar con el cuando tenía algun problema y eso hizo por algunos minutos. Daniel le contó lo mal que se sentía por el rechazo de Helena y el perro recostó su cabeza en las piernas de su amo, era como si este le entendiera o tal vez solo persivía su tristeza.
Tocarón la puerta de su cuarto.
-Está abierta. -Dijo desganado.
- Hola hijo. -Saludó su madre. - ¿Qué tienes, Dani? ¿Por qué lloras?.
- Mamá no es nada, solo me duele el corazón.
- ¿QUÉ?. -Gritó la madre preocupada. -Hijo, respira y cálmate.
- Mamá, mamá. No de esa manera...De la otra. -Se sonrojó.
-Hijo... ¿Te has enamorado por primera vez?. -La madre no pudo esconder su felicidad.
- Sí y ha sido todo un asco.
- ¿No te corresponden?.
-Peor que eso; sé que lo hace, pero lo niega. Mamá de quien me he enamorado es de una chica con muchos problemas en su vida y también psicológicos. Quiero ayudarla, quiero enseñarle lo bello de la vida, quiero pasar cada segundo de mi vida con ella.
- Entonces esto definitivamente es amor.
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El amor salva vidas
Genç KurguHelena Luuxer, su historia en la que demuestra que el amor puede salvar la vida de otros. Hace un tiempo ella creyó que su vida debía terminar y que ni era valiosa, y que el amor no existía y que los chicos solo querían sexo y nada más que eso. pero...