No estás sola.

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Ya habían pasado tres días desde que Helena decidió dejar de fingir odio hacia Daniel.

Ese día era viernes, lo que correspondía la clase de natación. La preparatoria tenía su sala de piscina incluida, también contenía dos piscinas, una para los chicos y otra para las chicas.

La profesora que instruía a las mujeres, dió la orden de que todas entraran al agua. Primero las puso a calentar, y luego las puso a hacer carreras de un lado a otro.

Helena estaba muy distraida mirando a Daniel que se encontraba en la otra piscina al otro lado del salón.

Al parecer Daniel estaba igual o más distraido mirando a Helena, mientras le sonreía desde lo lejos.

La verdad, Helena estaba muy extrañada, ya que habían pasado algunos días y nadie había hecho algún mal comentario sobre ella. Lo que le hizo pensar que su vida mejoraba.

Rachel se le acercó.

-Hola, Hele. -Sonrió. - Me pregunto si quieres que hagamos el ejercicio de parejas...Juntas.

-Pero por supuesto. -Sonrió de oreja a oreja. - ¿Me has perdonado?.

- Bueno, no era tu culpa ser más popular que yo.

Mientras las chicas hablaban, las demás murmuraban y reían, como si tuvieran algo entre manos.

En fin, la clase se dió de manera normal, Helena por primera vez desde hace mucho tiempo se sintió a gusto con todas.

Al finalizar la clase, Daniel se acercó a Helena.

- ¿Te ha dicho algo Rachel? Ví que estaba hablando contigo; ¿Que grosería dijo esta vez?.

-La verdad, hablamos muy bien, de hecho parecíamos las mejores amigas que alguna vez fuimos. -Sonrió emocionada.

- Helena...No creo que haya sido sincera con su rato de buena.

-Dani, mi vida se está arreglando, no lo arruines.

Helena entró al baño de las chicas, donde se duchaban para luego cambiarse. Se metió a duchar y dejó su ropa en su mochila.

Mientras Hele se duchaba, Rachel y las demás chicas del salón le abrieron su mochila y se llevaron su ropa a otro lugar. Al poco rato, Helena salió de la ducha con una toalla que apenas la tapaba, le quedaba un poco pequeña.

Empezó a buscar su ropa, pero no encontró nada, ni siquiera su ropa intima. Luego apareció Rachel.

- ¿Se te ha perdido algo, huérfana?.

- Rachel, dame mi ropa. -Gritó.

- NO. Y es mejor que te vayas...Ya que en tres segundos empezaré a grabarte.

Helena corrió con todas sus fuerzas, iba persiguiendo a Lily, la nueva mejor amiga de Rachel, ya que ella tenía su ropa.

Corrió con esa toalla corta que traía por toda la escuela, hasta los chicos mayores la vieron. Muchos la gravaban con sus celulares, mientras otros le sacaban fotos y otros se burlaban de ella. En ese momento Helena era el centro de atención de toda la escuela. Jamás en su vida había recibido tantas burlas como ese día.

- ¿Qué pasa aquí?. -Daniel le preguntó a uno de los que gravaban.

- Helena Luuxer está pasando la pena más grande de su vida. -Le respondió entre risas el chico.

Daniel observó a Helena tirada en  suelo, solo con una toalla que le tapaba lo necesario y suplicando entre llantos que la dejaran en paz.

- ¡¿QUÉ DIABLOS?!. -Gritó Daniel.

- Dani, no, no te metas. -Dijo Helena sollozando.

- ¿Por qué le hacen esto?. Son todos una partida de idiotas.

- Daniel, está bien. -Lo miró desde el suelo.

- No está bien, eres maravillosa y no mereces esto. - La agarró de la mano y la ayudó a levantar, mientras la agarraba por la cintura para sostener la toalla que tapaba su cuerpo.

Helena comenzó a llorar más fuerte mientras se tapaba la cara con las manos para evitar que la sigan grabando.

- ¡Dejen de grabar!. -Gritó Daniel mientras sacaba a Helena de aquel lugar.

- ¿Dónde me llevas?. -Dijo Helena entre llantos.

- Te llevaré al salón de piscinas. - Hizo una pausa. - Princesa, porfavor, deja de llorar, me parte el alma verte así. -Le besó el cabello.

Ambos llegaron al salón de piscinas y Daniel la sentó en una banca y luego se quitó la camiseta.

- Toma, mi Helenita. - Le extendió la camiseta.

- Daniel, no te puedes quedar así sin camiseta. - Rió a pesar de que aún lloraba.

- Helena, acepta que me veo muy sexy.

- Estas hermoso. - Sonrió.

Daniel al ver que ella no se colocaba la camiseta, optó por  colocarsela hasta la cabeza.

- Daniel, no tengo absolutamente nada . -Hizo una mueca.

- ¿Me volteo?.

- Sí.

Dani se dió vuelta, dandole la espalda a la chica. Mientras, Helena se colocó la camiseta que le había brindado el chico.

- Ya puedes voltear.

Daniel se sentó al lado de Helena mientras ella se recostaba a el y comenzaba a llorar.

- No, Helena, no llores. -Le levantó la barbilla y la besó.

Helena no pudo evitarlo y continuó besandolo mientras colocaba sus manos en la descubierta espalda del chico.

- No, espera... - Dijo Helena separando sus labios.

Daniel no dijo nada y se limitó a abrazarla muy fuerte. Luego del largo abrazo, Helena se acostó en la banca y puso su cabeza en las piernas de Daniel; y luego de llorar por un rato se quedó dormida.

Al rato llegó la profesora de natación de las chicas con la ropa de Helena, esta al verla dormida le dió la ropa a Daniel.

- Me siento apenada por lo que le ha pasado a Helena. - Dijo la profesora.

- No entiendo por qué le hacen tanto daño. - Le acarició el cabello a Helena.

- ¿La quieres?.

- Muchísimo, es simplemente perfecta. - Sonrió Daniel.

La profesora hizo un gesto de ternura y se fué.

- No estás sola, Helena. - Le susurró al oido de la chica que aún se encontraba dormida en sus piernas.

El amor salva vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora