¿Me amas aún?

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Helena sé despertó temprano ese día. Tomó un baño rápido y lavó su cabello minuciosamente. Sé colocó unos shorts y una blusa color rosado bajito.

Durante toda la mañana no pudo dejar de pensar en que Daniel le había dicho que la amaba, pero, ¿realmente era así?. Esa pregunta no dejaba en paz a su cabeza. Mientras sus pensamientos eran robados por aquella frase, una nueva vino a la luz, recordó que Daniel le había recalcado lo mucho que le gustaba su cabello, y se le ocurrió una idea magnífica para comprobar aquel amor.

Tomó su bolsa rápidamente y salió de casa.

El tráfico estaba un poco molesto, pero nada que no se pudiera soportar. Luego de media hora, Helena aparcó su auto frente a una peluquería, colocó las llaves en su bolsillo y cerró la puerta de su auto.

Rápidamente entró a aquel lugar y pidió su turno, cuando este llegó, sintió un poco de nervios pero logró hablar.

-Señorita, quiero que me corte el cabello...Muy corto. -Dijo nerviosa.

-Claro...Pero, ¿Va a vender su cabello? -Dijo mientras remojaba el cabello de Helena.

-No, quédeselo usted y vendalo si lo desea.-Sonrió.

-Bien.-Sonrió y comenzó a cortarle el cabello.

Llevaban cinco minutos y aún no terminaba. Helena sintió un gran alivio en su cabeza, ya que desde pequeña siempre había acostumbrado a usar su cabello muy, muy largo, como lo hacía su madre.

-Está listo. -Dijo la peluquera.

-No...-Helena se colocó la mano en la boca en una expresión de sorpresa. Su cabello apenas alcanzaba a tocar su oreja. Estaba muy corto, pero se veía preciosa y diferente.

-¿Pasa algo? -Preguntó la señora.

-Me asusta mi cambio.-Sonrió. -Gracias.

Helena salió de aquel lugar con una gran sonrisa, entró a su auto y empezó a escribir un mensaje de texto.

"Para Daniel"

"hey, voy a tu casa. Llego en diez minutos (: ".

Apenas se lo envió, comenzó su camino hacia la casa de Daniel. El tráfico estaba soportable, así que condujo lo más rápido que pudo.

En pocos minutos ya estaba frente a la casa de Daniel, tocó la puerta una y otra vez hasta que Dani la abrió.

-¡Hol...¿QUÉ TE HICISTE EN EL CABELLO? -Se veía muy sorprendido a decir verdad.

-¿Qué?  ¿Ya no me amas porque no tengo ese cabello que tanto te gustaba? -Dijo mientras enarcaba una ceja.

-Helena....Helena me encanta -Rió.

-¿QUÉ? -Se quedó boquiabierta.

-Que me encanta y que te sigo amando con la misma fuerza que antes.

-Pe...Pero ya no tengo el cabello que tanto decías que te gustaba.

-¿y? -Enarcó una ceja. -Helena te dije que te amo y podrías haberte quitado cada hebra de tu cabello, podrías hacer lo que quieras, y yo seguiré amándote aunque no quieras aceptarlo.

-¡Deja de amarme! -Gritó.

-¡No puedo! -Gritó Daniel aún más fuerte.

Helena se acercó a él y lo besó de manera muy apasionada, Daniel inmediatamente la tomó de la cintura y cerró la puerta con su pie.

Mientras seguía besando a su chica, Daniel recostó a Helena en el sofá y se colocó sobre ella para seguir saboreando sus labios. Rápidamente sus respiraciones empezaron a acelerarse, Daniel le mordió levemente el labio inferior a Helena, ella sin dudarlo le devolvió la mordidita.

-Te amo...-Dijo Daniel jadeando.

-Cállate -Dijo sin pensarlo y volvió a besarlo.

-¿Qué pasa? Helena debes saberlo...Yo te amo mucho -Susurró.

-¡Que te calles, joder! -Dijo de mala gana.

-Pero...Dijiste que estabas enamorada de mi...

-¿Sabes qué? Acabas de quitarme las ganas que tenía de ti...Hablas demasiado. Me voy.

-Pero...Helena...¿Qué demonios? -Daniel se enojó muchísimo.

-Que me aburriste, Daniel. Nos vemos mañana en la preparatoria, ¿vale? Adiós -Se dió media vuelta y cerró la puerta al salir.

Daniel se quedó muy confundido, pero su orgullo le impidió seguirla así que la dejó ir.

Era de noche y no habían tenido contacto, Daniel la extrañaba, la extrañaba de verdad, así que tomó su celular y comenzó a escribir un mensaje de texto.

" Para Helena"

"¿Todo bien? (: "

No obtuvo respuesta, lleno de rabia se fue a su habitación y apagó su celular.

El amor salva vidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora