''Lo que escondía tu sonrisa''[SoraMafu]

°#8°

Amor no correspondido

Un término que el azabache conocía bien.

Amar una persona...Y que no te ame es realmente doloroso. Las personas solían decir cosas como ''no vale la pena'' o ''no te merece'' pero esto no podía quitar su dolor, claro que no, porque cuando se está enamorado piensas lo contrario. El sentimiento de prestar atención a una presencia sobre otras, buscar con la mirada, sentirte a gusto al hablar con ella, desear que el tiempo no se acabe, que todos se pausen por ti...Pero al final para algunos sería en vano.
Cuando se es rechazado todos esos cálidos sentimientos se vuelven filosas flechas que se incrustan en el pecho, se piensa en que hiciste mal, en si hay algo que no tengas, en que podría mejorarse, y si es el caso de que esa amada presencia consigue una persona tan importante como lo es ella para ti...Te da rabia, aún si no la odias, y tal vez no es cuestión de rabia, si no tristeza.

"¿Qué tiene que yo no?"

Podría ser algo que se plantea muy seguido.

Conseguir a una persona que te quiera de verdad, que te quiera a pesar de tus defectos y acepté como eres...No es fácil, tendrás que recorrer un empinado camino, las plantas de tus pies dolerán, estarás cansado y el sudor recorrerá tu cuerpo, en ese difícil camino podrías ver a esa luz que has estado buscando. Aunque claramente la vida no es color rosa, no se podría descubrir en un abrir y cerrar de ojos.

El día que esa chica aceptó sus sentimientos se sentía realmente feliz, su perfil no fue tan serio e intentó esforzarse por tener afecto (cosa que no acostumbraba) y dedicarle tiempo.

Unos dos meses después pasaron de manera alegre, excepcionando porque ese sábado no podría tener la cita planeada, como todos los fines de semana.
Ese mismo día al terminar las compras de su madre y algunas vueltas escolares pudo reconocer a la chica acercándose a un callejón, y queriendo evitar un posible daño en esos desolados lugares se dirigió rápidamente a saludarla.

Se arrepentía...Le dejó enfermo ver como su correspondida compartía sus labios con un desconocido, como comenzaban a tocarse desesperadamente...Y su corazón se rompió.

Recordaba su apariencia, no era muy diferente a la actual, excepcionando que utilizaba lentes, su cabello era un poco más corto y su contextura algo más delgada. Pero no se veía mal. 
La chica terminó el beso con la presencia masculina, un tanto intimidante como no identificada, y le dijo esas malditas palabras.

¿En serio creías que te amaba? Es que...Sólo mírate.

Corrió, corrió como ninguno y al llegar a su casa solo se desplomó en el suelo, mantenía sus puños apretados, tenía la sensación de sus pies dolidos y su garganta con un leve ardor.
Pasó algo deprimido, no lo podía negar, después de todo aunque diga ''no me merece'' el afecto hacia alguien no podría quitarse rápido...No es tan fácil.

Y así pasó un año pudriéndose dentro de su habitación, fuera de sus estudios no se limitaba a salir más que para ir al instituto. En ese solitario año su mirada se volvió algo más seria, era un poco más seco y le tenía pereza a todo, antes de esto no era muy diferente, un chico perezoso que le gustaba estar solo y tenía un lema:

''Para qué sonreír si no hay razón''

No es que lo evitará, sólo que no tenía razones para hacerlo, no le veía nada de malo el mantener su semblante serio, y este lema lo conservó...Aunque actualmente no lo tomaba en cuenta.

Esa sonrisa la necesitaba para dar a entender a su pequeño albino que todo estaba bien, que podía sentirse tranquilo ya que no le haría daño.

El día en que tomaba un paseo sólo por gusto, escondía su cuello con una bufanda azul pastel y su nariz estaba algo roja del frío. Pensaba que ya nada valía la pena y se encerró como un niño en esos pensamientos, a la mitad de ese camino pudo ver bellas joyas y dos años después conocer a su portador. Quedando fascinado tanto en su personalidad, como secretos, como apariencia. Perdió contra él, contra las jugadas del destino, contra su manera de pensar y sus costumbres, contra todo.