cap 2: Nueva vida

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Capitulo 2: Nueva vida.

Los Thompson vivían en una bonita granja, aunque aislada de aquel pueblo, tenían cuatro hijas: Alice (la mayor de todas, estaba prometida y ya no vivía con ellos), Margareth, Sarah y por último la pequeña Ami (5 años).

Cada una de ellas tenía una obligación especial y ahora Allison tendría la suya, la vida en la granja era muy dura y Allison no era toda una experta, desde el primer día que llegó cometió muchos errores y era castigada constantemente.

Ami se hizo su amiga, la ayudaba de vez en cuando pero no siempre podía hacerlo.

Una vez la mandaron a recoger frutos de los árboles y recogió los que todavía no estaban maduros, a la pobre la regañaron y se puso a llorar, así que se escapó al bosque, allí descubrió un lugar donde siempre escaparía cuando estuviera triste, era un claro con un bello y cristalino lago en el centro, rodeado de viejos y hermosos árboles, bellas y abundantes flores, mariposas, libélulas y luciérnagas que danzaban de noche, que fascinaban a maravillada niña.

Ese sería su sitio, su edén, el único lugar donde todo era perfecto para ella, donde no podía hacer nada malo, sin castigos, sin lágrimas, sin importancia de su origen, allí no era la bastarda de los Thompson, como era conocida en el pueblo.

Los años pasaban y por más que intentaba recordar, no podía, su torturada alma no encontraba respuesta, sus recuerdos no hallaban la salida de aquella oscura prisión donde se encontraban, ella lo único que deseaba era ser libre, en un mundo donde lo material no importara, ni el origen, tan solo tu destino, lo que puedes llegar a hacer en futuro aunque no fueran grandes hazañas, quería ser feliz de una vez por todas y esa niebla en sus recuerdos, ese vacío se lo impedía ser.

Le preguntó a su madre muchas veces que era lo que sabía y ella le respondía siempre:

-Una vieja amiga, Johan, te vendió por cinco monedas de plata, cuando llegaste a nuestro hogar estabas inconsciente y así permaneciste durante semanas hasta que un día despertaste niña, y no recordabas ni siquiera tu nombre... Johan nos dijo que te llamabas Allison y que cuidáramos bien de ti pequeña. Lo que si se con seguridad es de ella no era tu madre...-

Y mientras el tiempo avanzaba, Allison iba creciendo, se iba convirtiendo en una bella jovencita, había mejorado en sus tareas y ya no era un estorbo, aunque a pesar de eso todo seguía igual hasta que cumplió 15 años.

Esa mañana, el sol brillaba, el cielo era muy azul, los innumerables colores de las flores llenaban el paisaje y la hierba era de un verde, un tanto radiante, simplemente, era como si la naturaleza festejara en cierto modo el cumpleaños de la joven.

Allison se despertó temprano como siempre, hizo sus tareas rápidamente y regresó a casa enseguida.

La casa resultaba vacía, ya sus hermanas se habían casado y tan solo vivían allí, el viejo matrimonio y la joven.

Entró en la casa y advirtió que su padre estaba sentado en la mesa de comedor, se dirigió a la cocina en donde estaba su madre cocinando.

-Madre-dijo la joven-

-No me des esos sustos niña. Cuantas veces te he dicho que no entres como un gato.-

-Lo siento madre.-se disculpó la joven.

-Madre, quería darle las gracias por todo...-dijo Allison-ya han pasado 10 años desde que que llegué a esta casa y estoy muy agradecida por todo.-prosiguió.

-Alli, no tienes que agradecernos somos tu única familia, es nuestra obligación.-respondió Mary Thompson dulcemente.

-Gracia madre, pero de eso quería hablar con usted. Ha llegado la hora de irme, hoy he cumplido 15 años y quiero ir en busca de mi pasado.-

-No te puedes ir, este es tu único hogar...-dijo su madre elevando el tono de la voz

-Pero madre, mis hermanas ya se han casado y se han marchado, tengo que irme, quiero recordar, saber quien soy, dejar de ser la bastarda de los Thompson.- dijo por fin Allison.

-Vete a tu habitación, no quiero escuchar más.-dijo su madre- sé que quieres ver el mundo, pero a veces el mundo no es como crees, en realidad no es para una joven como tú, eres linda, inteligente y seguro que muchos hombres querrían ser tu esposo, pero tengo miedo de que pueda pasarte, ya que a veces eres muy ingenua.-concluyó la mujer.

-Pero... mamá...-dijo Allison.

-Nada de peros. -dijo su madre acariciándole la mejilla- eres muy especial, lo sé y lo supe el día en que te vi por primera vez. Así que vete a tu habitación!-

Allison quería contestar a su madre, pero decidió mejor marcharse para no ser regañada o aún peor castigada. Pero ya no aguantaba más, ella quería ver más allá de aquella pequeña granja.

La joven se iba a ir a su habitación pero se detuvo y suspiró.

Estaba decidida se dirigió hacia la puerta, estaba enfadada y nadie la podría detener, cerró de un portazo la puerta y corrió hacia el establo, preparó su caballo negro, Cora. Entonces vio a alguien en la entrada del establo, era su madre.

-¿Qué haces aquí?- le preguntó su madre.

-Me marcho-respondió la joven- con o sin tu bendición, lo siento pero no puedo continuar aquí. Esta no es vida para mí.-

-Lo sé- añadió su madre- Ves con mi bendición, mi único deseo es la felicidad de mis hijos.- dijo su madre entregándole un colgante con forma de corazón.- Esto es tuyo. Cuidate! -

La chica montó en su caballo y se marchó mientras su madre la miraba desde lo lejos.

A partir de ese momento Allison había dejado de ser una simple campesina, era libre como siempre había soñado, estaba persiguiendo su destino y no sabía donde lo encontraría y mucho menos lo que sería.

El quinto elementoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora