White Sun

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-Irlanda - Invierno - 2003-

Dos siluetas pequeñas corrían entre la oscuridad de aquella casa, rodeadas de llamas, guiadas por una mujer que buscaba desesperadamente una salida, pues dentro era el infierno, mientras que fuera, la nieve caía. Ambas familias tenían la esperanza de que este fin de año, fuese prospero, sin embargo, todo se fue al averno, en cuestión de minutos. No supieron como ahora los hombres de la casa, intentaban con todo lo que tenían a la mano, disminuir el fuego, ya que una de las mujeres, era asmática y se había quedado sentada, implorando porque los bomberos llegasen pronto.

Una de las siluetas pequeñas, se detiene en el trayecto de la huida, percatándose de una persona extra en la casa, no podía verla bien por causa del humo, pero si notó, un par de ojos entre la densa neblina del fuego. De piel blanca, cabello negro, como su vestimenta roja adecuada al clima, sonriendo con maldad absoluta, con la mirada perdida en la ventana, parecía no importarle que todo estaba viniéndose abajo, y entonces, se da cuenta, de que esa pequeña niña misteriosa, traía en sus manos, una garrafa de gasolina, en la mano izquierda y en la derecha, una caja de fósforos.

A pesar de su corta edad, no tuvo que pensar demasiado, ni tener la mentalidad de esos detectives que veía en la televisión, para saber que, ella fue quien provocó el siniestro. Con una extraña electricidad recorriendo su pequeño cuerpo, sus ojos se llenan de lágrimas, queriendo golpear a esa niña que les había hecho pasar por esto, sin embargo. Una mano pequeña, ajena a su cuerpo, la toma del brazo, mira a la otra silueta notando que estaba decayendo, muy a su pesar, la sigue, y comparten dolor, al ver a la mujer que las guiaba a la salida, de rodillas en el suelo, con los brazos quemados por quitar la madera que impedía el salir de los infantes.

Gira su cabeza hacia atrás, viendo como aquella niña de rojo, ahora llevaba en sus manos, un arma, era la de su padre, que guardaba por protección, pudo escuchar los disparos, a la par de los gritos; quería volver pero la mujer, con su mano herida, sangrante, oliendo a lo peor del ser humano, la haló, dejándola salir antes que la otra silueta, cayó en la nieve cruda, mirando el humo negro sobre la que era su casa, y después, oía las palabras de la mujer mayor, que intentaba salvar a su acompañante de juegos, que no podía moverse, envuelto su cuerpo en lo que había sido el más hermoso abrigo blanco que había visto, ahora manchado de negro y después de la sangre de la otra mujer mayor, que corrió para salvarle, colocándose en frente, recibiendo dos disparos en la espalda, de parte de aquella niña.

Iba a levantarse, cuando una mano en su hombro detiene su acto, era un oficial, y cuando miro de vuelta a su casa, ya no estaba aquella extraña, solo aquella persona que siempre estuvo a su lado, inerte, como un cuerpo sin vida, con la piel sumamente pálida, sin poder reaccionar al momento en que le estaba hablando los oficiales, sus ojos, estaban puestos en el fuego del interior, así como la sangre en las paredes. No lloraba, no mostraba signos de estar ahí, era como si su mente hubiese sido absorbida. La primera silueta fue llevada a la ambulancia, la segunda silueta, seguía de rodillas, pero ahora con el ceño fruncido, mostrando una mirada de odio, incluso posando ese mirar en los oficiales, que querían ponerle de pie, su cuerpo se mantenía rígido, observando a quien fue su madre, con los disparos en la espalda, sobre un charco de sangre.

Levanta su pequeño cuerpo, zafando su brazo del agarre del oficial, alejándose de aquella casa, deteniéndose frente a esta, mirando el fuego que no podía ser exterminado por los bomberos, y al mirar por la ventana del segundo piso, pudo ver aquella sombra, conectando sus miradas, un azul intenso pero oscuro, contra un par de ojos duales en las penumbras. La silueta de blanco, le sonríe con malicia, ladeando la cabeza, y en silencio, articula perfectamente...

"Voy a encontrarte"

Después cierra los ojos, cayendo de rodillas por el ataque de asma que estaba experimentando, tenía la misma complicación de su madre, pero sobre todo, no quería seguir mirando las llamas, ansiaba tanto que todo terminara, hasta que al abrir los ojos, oye a los bomberos, quienes estaban por sucumbir ante el siniestro y lo último que vio antes de perder el conocimiento fue, a los cuerpos de ambas mujeres, quemándose, con el horrible olor a carne incinerada, brotando el humo más desagradable que pudo ver en su corta vida.

La primera silueta pequeña, llega hasta su lugar, abrazándole con lágrimas en los ojos, no quería alejarse, por lo que fueron llevadas en la misma ambulancia, pues aquella pequeña persona con la que compartió su niñez, tenía las manos heridas, hasta ahora lo había notada, con quemaduras de primer grado, y su hermoso cabello rubio, tostado y quemado. Viendo su cuerpo en la camilla y a los paramédicos intentado salvarla, se aferra a brazo izquierdo, diciéndole:

"Despierta, no me dejes tú también"

Hasta que sus ruegos fueron escuchados, se estabilizó y fue confortable oír a los paramédicos decirles que estaría bien, acariciándole la cabeza. Horas después de que se mantuvo cerca de su fiel acompañante de infancia, pudo ver sus ojos abrirse, sin dudarlo y a pesar del dolor en su tobillo, se levantó para sonreírle, pero no le correspondió el gesto, solo desvió la mirada azul, al cielo nocturno, concentrándose en los copos de nieve golpeando en la ventana.

"¿Cómo te sientes?-le preguntó"

"L-Las ma-manos me du-duelen-respondió sin emoción alguna, tartamudeando"

"La doctora dijo que pasará, podrás volver a las clases de música, a tocar el violín como tu madre te enseñó-buscaba confortarle o ver su sonrisa pero no funcionaba"

"Nu-Nunca más vol-volveré a tocar el violín-seguía en el mismo estado"

"Tu amas tocar el violín, tu sueño siempre ha sido ser la mejor el ello y..."

"Era-era el sue-sueño de mis padres, no-no el mío-ahora dejaba notar un poco de enojo-yo, nunca qui-quise tocarlo, pero me hi-hice a la idea de que de-debía compla-placerlos, ahora ya no están, es un alivio"

"¿Qué es lo que dices?-su asombro por esas palabras era enorme-eran tus padres, te amaban"

"Padres...--suspira-nun-nunca actuaron como tal-cierra los ojos-apaga la luz"

"Pero..."

"¡Apá-Apágala! "

Se mueve lo más rápido que puede, apagando las luces que parecían ser emitidas por velas llameantes, dándose cuenta que quien ahora tiene cerrados los ojos, no había estado fijando su vista solo en la nieve, sí no también, en esa simulación de vela encendida. Sentando a su lado, junta sus pequeñas manos, mirando la oscuridad con las luces urbanas a la lejanía, recordando el rostro de aquella niña de rojo, tensando su mandíbula infantil, con sus ojos cristalinos, mirando a la silueta de cabello rubio, y experimentó por primera vez, la ira, la furia, la necesidad de venganza.

"Te prometo, que yo la encontraré... y... también la quemaré"

..

..

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Continuará...

KieranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora